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La adopción ante el abandono: “comprar un perro es como comprar una persona”
(Foto: MDO)

La adopción ante el abandono: “comprar un perro es como comprar una persona”

viernes 15 de abril de 2022, 11:49h

Casi 900 perros abandonados fueron recogidos por el Centro de Protección Animal del Ayuntamiento de Madrid en 2021. De ellos, 500 fueron devueltos a sus dueños. El resto, puestos en adopción.

Estas cifras, a pesar de que han disminuido en los últimos años, reflejan la negligencia de muchos. En la ciudad existen numerosas organizaciones dedicadas al rescate y a la adopción de estos animales. El Refugio es una de ellas y supone una referencia en este campo.

A pesar de que este centro se encuentra más allá de las fronteras regionales, la mayoría de los adoptantes viven en la Comunidad de Madrid. Con capacidad para acoger un volumen de 130 perros, este lugar lleva más de 20 años dedicado a su cuidado y, según los coordinadores, la mentalidad de la adopción frente a la compra ha calado en la sociedad.

Cosmo tiene 12 años y es mestizo. En El Refugio tenía un apodo: el “perro-escapista”. Al parecer, durante una estancia en una casa de acogida el ambiente allí fue tan insoportable que acabó lanzándose por el balcón. Por suerte, era un primer piso y la caída no le produjo apenas secuelas físicas. La vida de este perro no ha sido muy fácil. Con seis meses llegó al centro y aunque ha tenido varias experiencias de convivencia fuera de él, nunca había tenido un hogar fijo hasta hace tres meses.

“Cosmo es un ser especial de este mundo. Cuando le vi estaba súper exaltado pero muy cariñoso con la gente”, cuenta Irene González, su nueva dueña. Venía con problemas de comportamiento, fruto de su experiencia vital. Muy pronto, notó que había un perfil humano en concreto al que Cosmo le tenía pánico: el de un hombre con voz grave.

Pero el miedo no se limitaba a los varones. Durante las primeras semanas se mostró reacio e inseguro hacia el nuevo escenario: el ruido de la televisión, el pasar de los coches, el murmullo de la gente por la calle. El perro tuvo que acostumbrarse a todas las novedades que implicaba habitar una nueva casa y vivir con una nueva dueña: “Hay que tener paciencia, invertir mucho tiempo y tratar de comprender el lenguaje de los perros”.

"Mucha gente quiere un perro 'instagrameable'"

Hoy, Cosmo muestra mucha más seguridad en sí mismo y con las personas. González explica que aún le cuesta sentirse tranquilo cuando alguien llega a su casa o cuando se encuentran con pequeñas multitudes por la calle, pero que los avances son evidentes. “Aprende las normas muy rápido, es muy intuitivo y cada vez conecta mejor con la gente. ¡Ahí va el hombre!”, bromea su dueña, atribuyéndole carácter humano a su compañero canino.

Sobre la idea de adoptar y la posibilidad de adquirir un animal de raza a un criador de perros a cambio de una cantidad de dinero, Irene González lo tiene claro. “Para mí, comprar un perro es como comprar una persona. Es un ser vivo”.

Además, expone que las implicaciones de pagar por un perro tiene detrás un reguero de consecuencias negativas, como la cría clandestina. “En muchas ocasiones se fuerzan cruces entre hermanos en condiciones detestables para, supuestamente, conseguir una mayor pureza de la raza”, zanja.

La falta de cariño

Los trabajadores del centro de adopción de El refugio han apodado como “ángeles” a Irene González y a Jorge Gorrín. El motivo es sencillo: ambos han acogido en sus casas a perros que nadie quería por su avanzada edad, por su estado de salud o por su escasa sociabilidad.

“La gente habitualmente no quiere trabajar con el animal para rehabilitarlo. La mayoría quiere tener un perro perfecto que no te mee la casa, que no haga caca en casa, que sea maravilloso, que te dé amor y que sea tu compañero de vida”, cuenta Gorrín, que tiene claras sus intenciones.

Perro rescatado

Perro rescatado

Para él, la principal razón para adoptar a estos canes es el agradecimiento que siente cuando un perro sin el suficiente cariño o atención vive de una forma más feliz. El proceso, eso sí, es duro en ocasiones. Gorrín tiene experiencia en el adiestramiento de animales en general y en aquellos que presentan problemas en particular. Pasados de violencia, de maltrato o de aislamiento provocan disfuncionalidades sociales y de comportamiento, problemas que tienen solución pero que requieren de cierto esfuerzo y tiempo.

“Lo fundamental es tener paciencia, ser firme y constante. Estos perros necesitan un líder firme, que no brusco, algo muy diferente”, asegura. Según cuenta, solo existe un camino para lograr la rehabilitación de estos animales.

Pone un ejemplo personal: “Con el último perro que he adoptado poner la televisión era un drama. Se escondía cada vez que la oía. Me costó dos horas y media sentado delante de la pantalla. Lo que hice fue quitar el volumen y luego ir subiéndolo poco a poco mientras tranquilizaba al perro hasta conseguir que la tolerara”.

Además del ruido de la televisión, su perro sentía un pánico incontrolable con otro tipo de sonidos. Con la música, con la aspiradora e incluso con el ruido de la calle también se angustiaba. El tesón de su dueño consiguió que poco a poco fuera dejando atrás todas sus fobias generadas mediante años de desatención y malas experiencias.

Es un animal que ha sufrido maltrato y que ha necesitado de mucha paciencia. Esto, insisto, no significa ser blando y dejar que haga lo que quiera. Significa tener la voluntad de intentarlo una y otra vez hasta que consigas que cambie. Ese es el secreto, que no hay ningún secreto”, explica Gorrín.

"La compra fomenta, en ocasiones, el maltrato"

Sobre aquellos que deciden comprar un perro, defiende que esta actividad en muchos casos “fomenta” el maltrato animal, aunque dejando claro que “no quiere meterse con los criadores” en su totalidad.

Explica que una práctica habitual de los criadores es abusar de las posibilidades genéticas de los animales de raza, convirtiendo a las hembras en “productoras”, camada tras camada, lo que puede acabar provocando problemas físicos y comportamentales.

Para él, la opción de adoptar comporta una sensación reconfortante al estar ayudando a un ser vivo, algo muy diferente a cuando compras un animal “creado” para ser vendido. “Lo que tú estás comprando no es un animal, no es una mascota, no es un compañero, sino un producto. Al final, mucha gente quiere un perro ‘instagrameable’, un cachorrito Scotex para tus redes sociales”, critica Gorrín, que achaca estas actitudes al “mundo de postureo” en el que, a su juicio, vivimos.

La evolución del abandono en Madrid

En el año 2017 ingresaron unos 1.417 perros en el Centro de Protección Animal que gestiona Madrid Salud, el órgano municipal competente en la materia. Cinco años después, la cifra ha disminuido hasta situarse en los 899 del año pasado. De estos casi 900 animales, 507 fueron devueltos a sus dueños, que los habían perdido. Los otros 393, fueron puestos en adopción. La tendencia es clara, aunque desde algunas organizaciones señalan que estos datos no tienen por qué significar una bajada real de los abandonos, ya que muchos de los animales escapan a los mecanismos de rescate de las instituciones y de las asociaciones.

Nacho Panuero, director de El Refugio

Nacho Panuero, director de El Refugio

Según datos aportados por el Ayuntamiento de Madrid, una cantidad importante de los perros ingresados en recursos municipales -unos 178- llegaron mediante intervenciones de la Policía Municipal, de los servicios sociales o de órdenes judiciales. Las causas, apuntan, son diversas: situación de desamparo debido a ingresos hospitalarias, limpiezas domicialiarias por síndrome de Diógenes, detención del dueño, desalojos, desahucios o por las malas condiciones del entorno donde habitan.

Abandonar a un perro es ilegal y conlleva una sanción cuyo importe varía en función de la gravedad del ilícito. La infracción tiene una calificación de "muy grave", por lo que la horquilla económica discurre entre los 9.000 y los 45.000 euros. Desde el Consistorio, explican que la Comunidad de Madrid es la competente para la tramitación de las multas. Según sus datos, solo desde el Centro de Protección Animal se tramitaron unos 67 expedientes por abandono de perros.

Sin embargo, no solo la Administración regional o local contribuye en esta materia. De hecho, en Madrid existen decenas de organizaciones privadas dedicadas al rescate y la adopción de perros. Según Nacho Paunero, presidente de El Refugio, la mayor fuente de detección de animales abandonados son las personas anónimas: "La gente se pone en contacto con nosotros cuando encuentra un perro. Ahí comienza el proceso de rescate". Explica que cuando se produce el hallazgo de un can, se valora el llevarle al centro veterinario con el que cuenta su organización, para conocer la situación real del animal.

"El objetivo es promocionar la adopción"

Después del chequeo, el procedimiento habitual es comprobar si tiene chip, con el objetivo de contactar con su dueño y devolverlo. Sin embargo, detalla Paunero que "la mayoría no tiene chip". En estos casos, los perros pasan al centro de adopción, donde esperarán a ser adoptados de forma definitiva o acogidos de forma temporal por aquellos que se muestren voluntarios. Según el volumen de actividad de El Refugio, Paunero no constata una disminución del número de perros abandonados, sin embargo, sí nota un aumento de adoptantes: "El objetivo es promover la adopción. Poco a poco estamos consiguiéndolo, todo el mundo sabe que es posible y fácil hacerlo".

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