Crítica de la obra de teatro 'A fuego': ontología incendiaria y jocosa del ser

Anoten este nombre, por favor, o tarde o temprano llegarán a arrepentirse de no haberlo hecho a tiempo: Pablo Macho Otero. Se trata de un joven artista catalán (31 años) que nos visita durante unos días en el Teatro de La Abadía con una pieza personal, llena de inteligencia, chispeante, divertidísima y al tiempo filosófica, ‘A fuego’, que él mismo ha escrito, codirige junto a Emma Arquillué, y también la interpreta.

Se trata de una pieza en verso -algo inusual en nuestros días-, repleta de imaginación, ingenio, pensamiento, frescura, ironía, autocrítica y hasta de análisis sociológico en torno a una época -la nuestra-, en donde la megalomanía, el egocentrismo y el narcisismo han hecho ya escuela casi filosófica. No creo que vaya a estudiarse por las generaciones futuras al lado de las de Aristóteles, Epicuro, Sócrates o Platón -pongamos por caso-, entre otras cosas porque a nuestros políticos no parece que les guste mucho formar a las jóvenes generaciones en eso de pensar y, consecuentemente, han decidido que lo mejor es expulsar del curriculum académico eso de la Filosofía, un saber casi ancestral que no conduce a seguir elevando el PIB de la nación sino a cultivar ciudadanos críticos y eso no conviene nada a la clase política.

El monólogo -insisto, construido enteramente en verso-, de algo más de una hora de duración, en el que abundan los juegos de palabras (“...Artemisa..., no arte y misa”), sobre el ser, el escritor, el autor, el actor…, la sátira y una invitación permanente al público para que se sienta parte del diálogo. Para ello, Macho Otero se desdobla en varios personajes (el yo intérprete, el yo escritor, el yo autor...), evocando la figura de Eróstrato, el pirómano de la antigüedad (siglo IV a.C.), que prendió fuego en Éfeso al templo dedicado a la diosa griega Artemisa únicamente para conseguir con ello que 24 siglos después todavía siguiésemos hablando de su teórica “gesta”. Ese mismo afán de notoriedad, de alcanzar la fama, de dejar huella, lleva al protagonista de ‘A fuego’ a declararse autor material del incendio de la catedral de Notre Dame en París, el 15 de abril de 2019.

El incendiario juego dialéctico y dramatúrgico que propone Pablo es ingeniosísimo, divertido de principio a fin del espectáculo y capta la atención del espectador desde el primer minuto de función hasta el mismo fundido en negro del final. Ayudan, y mucho, en ese empeño la sencilla, pero imaginativa escenografía de Yaiza Ares (apenas dos mesas negras entrecruzadas y de distintas alturas, y una maqueta del templo de Artemisa), el preciso diseño sonoro de Gerard Vidal Barrena (¡esta vez es de las pocas que la utilización del micrófono es esencial, incluso indispensable), el más que imaginativo diseño de movimiento de Oriol Pla, la iluminación de la propia compañía (La Bella Otero), y el trabajo discreto, callado, pero imprescindible de Eudald Font, ayudante de dirección.

Si de algo sirve la experiencia ajena, háganme caso y acudan este fin de semana a La Abadía o, si les resulta imposible, el viernes y el sábado de la semana próxima al Corral de Comedias de Alcalá. La diversión, el entretenimiento y la reflexión están más que aseguradas.

‘A fuego’

Texto: Pablo Macho Otero
Dirección: Emma Arquillué y Pablo Macho Otero
Reparto: Pablo Macho Otero
Escenografía: Yaiza Ares
Diseño sonoro: Gerard Vidal Barrena
Diseño de movimiento: Oriol Pla
Iluminación: La Bella Otero
Ayudante de dirección: Eudald Font
Mirada externa: Jordi Oriol
Producción ejecutiva: Emma Arquillué
Producción: La Bella Otero y Mola Produccions
Teatro de La Abadía, Madrid
Hasta el 4 de mayo de 2025
Corral de Comedias de Alcalá de Henares, Madrid
9 y 10 de mayo de 2025