Crítica de la obra de teatro 'Soledad (vida y obra de mi abuela)': viejas y entrañables rencillas de familia

Solo ante el peligro, como diría un clásico, cada miércoles Selu Nieto se enfrenta al público del madrileño Teatro Infanta Isabel durante 75 minutos en ‘Soledad (vida y obra de mi abuela)’, una tragicomedia en la que encarna a su abuela, ya desaparecida. Antes, el artista andaluz, se muestra próximo, cercano, y hasta baja del escenario repartiendo entre el público unas cuantas fotos reales de familia en la que se ve al Selu niño y adolescente junto a su abuela materna. Después vendrá la historia (real o de ficción, da lo mismo, porque respira verdad).

Con ella, con Soledad -en realidad su abuela se llamaba Dolores, pero ese es el título de otro espectáculo de Selu y eso obligó al actor y dramaturgo a cambiar la tarjeta de presentación de la propuesta-, el actor rememora su infancia en un pueblo de Sevilla, sus largas tardes hablando y enfadando a su abuela, siempre en la cocina, limpiando, cortando, sacando lustre a muebles, lámparas y objetos... Y es que Dolores, o Soledad, que lo mismo da que da lo mismo, se sabía el centro del universo familiar y su único fin era tener siempre todo listo, sin una mota de polvo, sin un pero que pudiera ponérsele. Menos aún su marido, un hombre 25 años mayor que ella, con el que se casó no se sabe muy bien por qué. Las cosas eran así hace medio siglo, y no hay que darle más vueltas.

La dirección de escena es de Susana Hernández, la iluminación corre a cargo de Manuel Lostes, el vestuario de nieto y abuela lo ha diseñado Paloma de Alba, y la escenografía la firma Alessio Meloni.

Cubos en el suelo y fregonas pendiendo de sendas cuerdas repartidas por el escenario, que dibujan la cocina y el pequeñísimo salón de una casa de apenas 40 m2, la de la abuela de Selu. Y, eso no podía faltar, un cuadro bien grande con la figura de Jesús del Gran Poder, la advocación predilecta de la mujer, el camino más corto para buscar la ayuda, la protección, el consuelo frente a tantas adversidades y contratiempos como siempre trae la vida.

Y Selu se mete en el vestido que solía ponerse Dolores, se planta un delantal y, a partir de ahí abuela y nieto sostienen una conversación que trata de restañar viejos enfrentamientos, tensiones, diferencias… Entonces parecían muros imposibles de saltar, pero el tiempo, que todo lo tamiza, lo lima, lo minimiza, lo presenta ahora como un necesario paso para crear un vínculo eterno entre los dos. Y las depresiones constantes de la abuela, sus neuras, sus soledades, sus culpas, sus acciones y sus omisiones, resucitan de nuevo con y en su nieto, en esta pieza llena de amor y de un sentido del humor constante. Aquí no paran de reír y sonreir nieto, abuela y espectadores porque la tragicomedia destila sonrisas, afectos, verdades y emociones.

‘Soledad (vida y obra de mi abuela)’

Dramaturgia y dirección artística: Selu Nieto

Dirección escénica: Susana Hernández

Escenografía: Alessio Meloni

Iluminación: Manuel Lostes

Vestuario: Paloma de Alba

Diseño gráfico: Mar de Cambas

Fotografía de estudio: Víctor Brenes (Gente bastarda)

Fotografía de escena: Carlos Pascual

Vídeo: Ales Alcalde

Diseño gráfico: Mar de Cambas

Distribución: Teresa Velázquez

Una producción de Teatro a la Plancha, con la colaboración y apoyo de Jesús Torres (El Aedo Teatro)

Teatro Infanta Isabel, Madrid

Hasta el 3 de mayo de 2023