Crítica de la obra de teatro 'Misericordia': el más íntimo y profundo universo Despeyroux

Hasta el próximo 25 de febrero y en la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán de Madrid, puede verse ‘Misericordia’, la última creación de la dramaturga uruguaya afincada en Madrid Denise Despeyroux, que también dirige y actúa en la pieza. Junto a ella, y con mayor presencia escénica sus compañeros Natalia Hernández (Delmira), Pablo Messiez (Darío), Cristóbal Suárez (Dante) y Marta Velilla (Dunia).

Estamos, a mi juicio, ante el más profundo, desgarrador, intenso y emotivo texto y montaje de Denise Despeyroux en el que, partiendo de la autoficción teatral, la artista habla incluso de su reciente ictus cerebral, una de esas situaciones vitales que marca siempre un antes y un después en la trayectoria de cualquier ser humano. La propia Denise utiliza estos vocablos en su corta pero intensa presentación de la pieza: Emociones, riesgo, raíces, perplejidad, confusión, pasado, presente, incertidumbre, frustración, exilio, exposición, atrevimiento, viaje no concluido… Sólo esos términos dan ya una idea aproximada de la densidad dramática del montaje.

En ‘Misericordia’ hay autoficción, drama y comedia (¿qué es, si no, la vida…?). Sí, ‘Misericordia’ es una comedia que lleva dentro de sí un drama desgarrador e irreparable que va mucho más allá de su misma verbalización, de su exposición a los otros. Es, al tiempo, una obra sobre los límites de la autoficción, que no excluye tampoco un desnudo integral de las vicisitudes, emociones, dudas, anhelos, frustraciones y logros de la propia autora, siempre reflexiva y autoexigente hasta límites extremos. La autora se ríe de sí misma en un mensaje de respuesta a Darío, que le recaba su ayuda para el montaje que va a estrenar, y Denise tiene que hacer cinco o seis intentos para acabar diciéndole sencillamente que sí, que de acuerdo.

Cada uno de los personajes protagonistas de ‘Misericordia’ está lleno de contratiempos, afanes, obsesiones y cargas del pasado que son todos los que configuran también a la autora de la pieza. Pieza que gira en torno al acontecimiento más importante de su vida: el viaje que la niña Denise hizo en 1983 (bajo el gobierno socialista de Felipe González), a Uruguay, cuando sólo tenía nueve años, en un avión que transportaba a 154 niños, hijos de exiliados y presos políticos.

Los hermanos Duarte -Darío, Delmira y Dunia-, sienten una admiración profunda por Dante, también dramaturgo, que ha decidido retirarse del oficio a pesar de que ya tiene en su haber todos los premios importantes del teatro y, a pesar de ello, no puede salir de la precariedad económica que viene arrastrando durante años. Ahora se ha reconvertido en una suerte de estudioso de una nueva y holística disciplina, la psiconeuroendocrinoinmunología.

Darío, también dramaturgo, por el contrario, va a estrenar en el CDN con una pieza de autoficción sobre ese viaje a Uruguay del que él también formaba parte, junto a Denise, como expedicionario cuando sólo tenía cuatro años e iba a visitar a su padre, encarcelado, pero apenas sí recuerda detalle alguno sobre el viaje. Ahora ni siquiera se siente afortunado, a pesar de que va a hacerlo en el Centro Dramático Nacional con 45 años, siendo “hombre, heterosexual, y sin ningún personaje en su obra que reivindique su condición”. Delmira es una psicoanalista lacaniana que está obsesionada por los estudios cabalísticos y en las tradiciones judías. Y, por último, Dunia es la menor de los hermanos, nacida ya en España, frágil psicológicamente y que anda más que sumergida en los videojuegos, en una realidad paralela que ella mismo levanta y de la que no quiere salir.

Los cuatro actores bordan sus personajes, todos ellos llenos de matices, de fragilidades y de obsesiones que Natalia Hernández (magnífica actriz), Pablo Messiez (la primera vez que lo vemos como actor, sorprendente, desternillante…), Cristóbal Suárez (espléndida también su actuación) y Marta Velilla (delicada, atrevida, valiente), se apropian con verdadera maestría de sus personajes respectivos.

Divertidísimas las alusiones que Darío y Dante hacen para diseccionar con tanto humor como verdad el mundillo teatral de nuestros días. A colación salen nombres como los del mismo Pablo Messiez, Andrés Lima, Pablo Remón, Francesco Carril o Sergio Blanco. Delirantes también las escenas relacionadas con las tradiciones judías como la del Rosh Jodesh Nisán, celebración mensual judía marcada por la luna nueva. O el Yom Kipur, o día de la expiación, en la que los cuatro amigos se reúnen para ayunar… Y la escena final en la que Dunia, la más joven de las hermanas, asiste a su propia muerte, real o imaginada, que acaba en brazos de Denise Despeyroux cantándole en hebreo una hermosísima y emocionante canción.

Acertadísima elección por parte de Despeyroux del equipo artístico de la pieza, que comienza por la espectacular escenografía (una casa que ocupa casi todo el escenario), de Alessio Meloni; la sensible iluminación de David Picazo; el bellísimo vestuario de Guadalupe Valero; la evocadora música y el sonido de Pablo Despeyroux, y la labor de auténticos orfebres de la imagen en el vídeo de Emilio Valenzuela y Máximo A. Huerta.

Estamos, repito, ante una de las más comprometidas y personales propuestas escénicas de Denise Despeyroux. Es un montaje tan profundo como divertido, tan sincero como arriesgado y tan inteligente como valiente y, por tanto, digno de agradecimiento por parte de su viejo y su nuevo público. Muy interesante.

‘Misericordia’

Texto y dirección: Denise Despeyroux

Reparto: Denise Despeyroux, Natalia Hernández, Pablo Messiez, Cristóbal Suárez y Marta Velilla

Voz en off: Sergio Blanco

Voces infantiles: Marta Despeyroux y David Despeyroux

Escenografía: Alessio Meloni (AAPEE)

Iluminación: David Picazo (AAI)

Vestuario: Guadalupe Valero

Música y sonido: Pablo Despeyroux

Vídeo: Emilio Valenzuela y Máximo A. Huerta

Ayudante de dirección: María García de Oteyza

Ayudante de escenografía y vestuario: Igone Teso (AAPEE)

Realización de escenografía: Readest (AAPEE)

Realización de utilería: Rocío Barreto (cordero)

Confección vestuario: Ángela Lozano y Juliet García

Ambientación de vestuario Final Fantasy: Marisa Echarri

Fotografía: Geraldine Leloutre

Tráiler: Bárbara Sánchez Palomero

Diseño de cartel: Equipo SOPA

Producción: Centro Dramático Nacional y Showprime

Agradecimientos: Mauro Coll

Teatro Valle-Inclán, Madrid

Hasta el 25 de febrero de 2024