Crítica de la obra de teatro 'Verduras imaginarias': una pareja 'comme il faut'

La expresión francesa con la que intento condensar la tragicomedia ‘Verduras imaginarias’ que, por el momento, sólo podrá verse el próximo jueves, 27 de abril, en El Pasillo Verde Teatro, podría traducirse por “como es debido”, o por “ejemplar”, aunque en realidad, con la aplicación de ese sarcástico adjetivo quiero llamar la atención para subrayar justamente lo contrario. Carlos (Alberto Úbeda) y Matilde (Carmen Latorre), protagonizan esta propuesta del argentino Martín Giner, adaptada y dirigida por Carmen Latorre, que pone sobre el escenario una circunstancia desgraciada y extremadamente habitual en buena parte de las parejas maduras de nuestros días.

Matilde, después de haber preparado la cena con lo que ha podido encontrar en el mercado, como cada jornada, espera sentada en el salón con una revista en sus manos, la llegada de Carlos, su esposo. Es un rito que permanece inalterable desde hace más de 20 años, día sí, día también. La llegada del marido es acogida con los gestos neutrales de siempre y correspondida con idéntica frialdad por él. A las preguntas de rigor para saber cómo ha ido el día, esta vez los reproches mutuos van a subir el tono a colación de un atasco en el wáter que lleva ya más tiempo de lo debido sin que Carlos haya encontrado el momento de echarle un vistazo. Su excusa, el cansancio acumulado tras la dura jornada laboral. Claro que eso no es óbice para que se encuentre también con los amiguetes a tomar algo antes de llegar a casa. Matilde, que ya no puede más, estalla sin miramientos: “… El marido de Leonor ayuda en casa y también trabaja fuera… Sólo tienes tiempo para tus amigos… ¿Qué soy yo para ti? ¿Un monigote que limpia, cocina, lava la ropa, plancha …?”

Situaciones cotidianas (relaciones sexuales todos los “miércoles impares…”.) en las que, probablemente, se vea retratada buena parte del público adulto, ese que acumula rutina e insatisfacción en su relación con la pareja, a la que posiblemente siga queriendo más que a nadie, pero que no hace nada para dar la vuelta a la situación. Y es entonces cuando un buen día en que faltan tomates para cenar, puede surgir el estallido entre los dos, y ese sea el principio del cambio o, por el contrario, el principio del final de la relación.

El punto de partida del conflicto va a llevar a la pareja a una situación tan difícil de superar como de imaginar, pero absolutamente necesaria para acabar con ese estado de cosas a las que el tiempo conduce irremisiblemente si no se resuelven cuanto antes.

Carmen Latorre, que hace esa doble y difícil labor de dirigir e interpretar a la vez, dota a su personaje de una dolorosa verdad, de una fuerza imparable que, a nuestro juicio, engrandece más aún al personaje de Matilde. Alberto Úbeda, que en la función del día 20 se sintió paulatinamente indispuesto hasta el punto de tener que abandonarla, construye un Carlos machista, egoísta y encantado con que su mujercita le tenga preparado cada día el periódico y la cena a la vuelta del trabajo. Su actitud contrasta con la fuerza de Matilde. Entre ambos surge la imaginación, la vuelta a las cosas que de verdad importan como único tratamiento a este mal ya endémico de la rutina en pareja.

Como la propia compañía que ha puesto en pie estas ‘Verduras imaginarias’, indica en el dosier de la obra, “vivir sin imaginación es morir de realidad”. Y esa reivindicación de la imaginación como único antídoto de la rutina es la vía propuesta en este montaje que, a pesar de lo que pueda parecer, tiene un final tintado de optimismo. Muy interesante.

‘Verduras imaginarias’

Autoría: Martín Giner

Adaptación y dirección: Carmen Latorre

Reparto: Carmen Latorre y Alberto Úbeda

Compañía: Nomenescio Teatro

El Pasillo Verde Teatro, Madrid

Próxima función: 27 de abril de 2023