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'Juego de Tronos' 8x03: Un resbalón en toda regla
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'Juego de Tronos' 8x03: Un resbalón en toda regla

lunes 29 de abril de 2019, 12:25h

((ATENCIÓN SPOILERS))

'Juego de Tronos' siempre tuvo dos partes, una excepcional de intriga política y otra fantástica sobre dragones, muertos vivientes, Caminantes Blancos y resurrecciones varias. La primera siempre fue la más interesante y la que hizo que esta serie se convirtiera en el fenómeno que es. La segunda le sirvió para convertirse en la serie más espectacular de todos los tiempos y darle mayor visibilidad pero siempre fue la que le hizo cojear. Este capítulo ha sido el final de esa segunda parte y la cojera se ha notado en todo momento.

Los dos primeros episodios de la serie me habían dado muchas esperanzas sobre el encauzamiento de la misma. A pesar de seguir siendo espectacular, los personajes y recovecos ganaban peso, la escritura era de mucho nivel y las mejores esencias de las cuatro primeras temporadas volvían. Eso sí, tenían por resolver toda la parte fantástica, gente que era capaz de viajar por pasado y futuro, hechiceras capaz de resucitar a gente, profecías y, sobre todo, un ejército de muertos vivientes capaz de convertir a todas sus bajas en miembros de sus huestes. ¿Han conseguido unir las dos historias, la política y la fantástica, de manera satisfactoria? No, lo que han hecho es darse cuenta de que funcionaba mejor la primera y quitarse de mala manera la segunda dándonos por el camino, eso sí, un espectáculo gigantesco.

Y el espectáculo ha sido verdaderamente grandioso, pero tampoco ha sido perfecto, lastrado por una fotografía oscura que apenas nos permitía saber lo que pasaba. Supongo que esa niebla estaba allí para hacernos ver lo caótico de una batalla así, pero es que no nos estaban contando Waterloo o Stalingrado, sino la batalla entre un grupo de hombres y un ejército de zombies. Las cosas, de cualquier manera, empezaban bien, construyendo la tensión necesaria cambiando el punto de vista entre Sam y Tyrion ocupando sus respectivos puestos en la batalla. La reaparición de Melisandre ha sido totalmente peliculera pero muy efectiva, podríamos decir que la carga de los dothrakis (carente de ningún sentido, por otro lado) con sus armas llameantes ha sido de lo mejor del episodio. Ahí sí que se ha podido sentir el verdadero peligro que les afligía, no en vano, estaban luchando contra la mismísima muerte personalizada.

La alargada sombra de Tolkien

Había un aire a la batalla del Abismo de Helm o a la de Gondor de 'El Señor de los Anillos' y es que este ha sido, sin duda, el capítulo más Tolkien (y en cierto modo, Peter Jackson) de la historia de 'Juego de Tronos', esos comportamientos heroicos, esos rivales deshumanizados, esos momentos finales de la batalla cuando todo parece perdido y no queda esperanza... y entonces algo sucede y la amenaza desaparece por completo. Lo malo es que, por increíble que parezca, la obra de Tolkien, pensada para un público más infantil, es mucho más amarga que lo que se nos presenta aquí. Cuando al final el Bien prevalece no lo es porque Frodo y Sam consigan completar su increíble aventura, sino que es la avaricia de Gollum la que acababa precipitando todo. Aquí ha sido la increíble pericia de Arya Stark, desde ya la asesina más peligrosa del mundo, y ya está. ¿Quizás hubiera sido tan sencillo como que en el plan original hubieran decidido esconderla cerca de Bran para acabar con el Rey de la Noche?

Además, como bien decía Sandor 'el Perro' Clegane, acaban de vencer a la muerte en sí misma. ¿Qué queda después de eso? ¿Ver quién se sienta en el Trono de Hierro? ¿Cersei como megavillana final? Creo que se han equivocado de orden, a la hora de resolver las cosas, aunque espero equivocarme y que tengan guardadas más cartas en la manga. Pero el caso es que tras haber estado construyendo delicadamente cada momento hasta llegar aquí, parece un poco anticlimático que la batalla de todas las batallas se resuelva con un triste balance de cinco personajes, queridos pero secundarios, muertos y veinte supervivientes, entre ellos todos los protagonistas principales.

Y no es que quiera un baño de sangre porque sí, pero si estás hablando del fin del mundo, en una serie que se ha mostrado muy certera a la hora de enseñarnos lo peligroso que es caminar por el mundo (no digamos por su fin), entonces estas muertes tampoco parecen especialmente dolorosas. Además todas ellas han sido sospechosamente parecidas, dándolas a todas un tinte heroico. Edd muere salvando a Sam, Lyanna acabando, nada más y nada menos, que con un gigante y Beric sacrificándose por Arya. Hay planos al final que parecen puestos a propósito para calmar a los seguidores y en los que el realizador podría haber dicho, atención todos los extras al suelo haciéndose el muerto, actores principales en pie y respirando fuerte. Ha habido innumerables momentos en los que Brienne ha tenido a 15 muertos encima pero siempre conseguía salir, otro en el que Jon ve en el suelo a Sam con innumerables zombies encima. Diez minutos después sabemos que sobrevive y así con todos. Lo peor de todo es que las dos muertes principales, Jorah y Theon, han sido un calco a la de Boromir en 'El Señor de los Anillos', solo les ha faltado soplar el cuerno de Gondor.

Por supuesto que cuando leo a Tolkien quiero que se salven todos y que ganen los buenos, es la historia del Bien contra el Mal, en la que apenas caben intermedios. En cambio 'Juego de Tronos' había jugado con una complejidad moral mucho mayor, era una serie con una amplia gama de grises, por eso este capítulo es mucho menos gratificante que las películas de Jackson. Y es que después de que nos prepararan para un baño de sangre y para que dijéramos adiós a unos cuantos de los personajes principales, han decidido echarse atrás y dejar a, casi, todo el mundo vivo. Si Arya llega a acabar con el Rey de la Noche un minuto antes, ni siquiera habrían muerto Theon y Jorah.

Después de que la serie nos acostumbrara a acabar con sus personajes principales sin clemencia, el saldo de esta batalla ha sido un poco escaso. El ejército de los muertos que acabó con el Muro, una construcción de miles de años, que hizo que los Salvajes abandonaran sus tierras para organizarse y cruzar ese Muro, que cambió la política de alianzas en Poniente y que no conocía la derrota, ha sido derrotado por una aprendiz del señor de los muchos rostros. Qué quieren que les diga, pero pelín decepcionante. Si Arya llega a poner el nombre del Rey de la Noche en su lista de víctimas para Jaqen H'ghar, esto hubiera acabado mucho antes.

El lado positivo

Aun así hay cosas buenas en esto capítulo, esto sigue siendo 'Juego de Tronos', como el hecho de que la daga de Meñique vuelva a ser clave en la historia. La misma daga que iba a ser empleada para acabar con la vida de Bran, y que comenzó todos los eventos de 'Juego de Tronos', es la que finalmente le salva la vida a él y a todos los seres vivos, cuando Arya se la clava al Rey de la Noche. También la relación entre Tyrion y Sansa en las catacumbas, cuando todo parece perdido, vuelve a demostrar los grandes actores que hay aquí y como un primer plano de cualquiera de ellos vale más que las borrosas batallas entre dragones. También el escape de Arya por los pasillos de Invernalia, sacado directamente de una película de zombies, la cara de terror de Clegane durante una parte de la batalla o varios de los momentos de Melisandre, aunque su suicidio no la cuente como víctima del Rey de la Noche.

Pero, por lo general, no me ha convencido el capítulo, a pesar de que vaya a recibir muchos elogios por su espectacularidad y por regalar toda la acción de la que carecían los dos primeros capítulos de la temporada. Eso sí hasta sus defensores, críticos que hablan de uno de los mejores episodios de la historia de la televisión, dicen cosas como "y ahora Cersei volverá a tener los focos. Ella, Qyburn, la Montaña zombie, la compañía dorada y Euron Greyjoy. Ninguno tan aterrador como un ejército de muertos pero ese nunca fue el punto principal". Básicamente la admisión de una derrota para la serie, su imposibilidad de unir satisfactoriamente sus dos partes. Ahora volverán las maquinaciones, las alianzas y las traiciones que han hecho que nos enganchemos a esta serie y la muerte y su ejército quedarán como uno de esos cuentos que la nana de los niños Stark les contaba al principio de la serie.

Evidentemente en el capítulo cuarto veremos cómo los dos ejércitos de Daenerys han quedado casi completamente aniquilados y lo difícil que lo van a tener para oponerse a Cersei, pero la falta de valentía a la hora de acabar con sus propios personajes es algo que no solía ir con esta serie. 'Juego de Tronos' me sigue pareciendo una gran serie pero lo de hoy ha sido un resbalón en toda regla.

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