El quinto episodio de 'The Last of Us' ha traído consigo el primer resbalón digno de mención de la serie, con la subtrama de Katheleen y la liberación de Kansas City. Eso sí, se ha redimido a sí mismo con un final espectacular con el que ha vuelto a remontar el hielo.
ATENCIÓN, ESTA CRÍTICA CONTIENE SPOILERS DEL EPISODIO
Si la semana pasada decía que el episodio cuarto servía como transición, este debería ser el que recogiera los frutos, cerrando la trama de Kansas para que Ellie y Joel continuen su viaje. Así ha sido, pero no todo ha sido perfecto, en los primeros quince minutos nos han querido resumir lo ocurrido en a ciudad en los últimos días, el derrocamiento de FEDRA por parte de un grupo de resistencia, liderado por Katheleen a la que ya nos adelantaban como villana en el anterior capítulo, y cómo Henry y (en este capítulo nos enteramos) que su hermano Sam llegan hasta Joel y Ellie armas en mano. No ha funcionado, principalmente porque tras detallarnos a la perfección a los personajes secundarios en capítulos anteriores en pocos minutos, como Tess y, principalmente, Bill y Frank, en esta ocasión no queda así, y Katheleen, el personaje interpretado por Melanie Lynskey, está muy lejos de estar bien definido y más que una persona real parece un cúmulo de tics para crear una villana a la que tengan que enfrentarse nuestros protagonistas.
Es increíble también lo que destila también 'The Last of Us' de EEUU como sociedad, esto es un puro hurra al individualismo, a la imposibilidad de la cooperación y la empatía si no hay un estrecho vínculo entre personas, es fascismo o individualismo. Es evidente que la serie tiene que profundizar en ese vínculo entre Joel y Ellie, pero lo de Kansas City, sencillamente, no ha sido creíble. Siempre, hasta en los momentos más felices, va a haber varios desgraciados que van a provechar la ocasión para el revanchismo personal, recuerden que el mismo día de la liberación de París, entre los besos, los abrazos y el desfile triunfal, hubo quien sacó tiempo para rapar y escarniar a las mujeres que habían colaborado o habían tenido una relación con algún alemán o nazi. Son cosas medianamente comprensible, uno entiende que en un mundo post apocalíptico como el que pinta 'The Last Of Us' esto sea todavía mayor, pero lo que uno no puede imaginar es a De Gaulle parando la lucha contra Hitler para pasear por París, mientras dispara en la cabeza a colaboradores esposados, "¡Quiero la cabeza de Petain!".
Y eso es lo que hace este capítulo y esta subtrama, nos convierte a la cabeza de la Resistencia a FEDRA en una fanática de la venganza personal a la que lo único que la mueve es el odio, llegando a pasar por alto, en el anterior episodio una amenaza tan creíble como la de la pandemia zombie que ha acabado con el mundo. ¿De verdad Katheleen ha conseguido que toda la resistecia, una vez liderada por un tipo casi angelical, se vuelva totalmente imbécil y considere a Henry una amenaza mucho mayor que un puto ejército de zombies?
Compro que su segundo de abordo, claramente enamorado de ella, pueda seguirla ciegamente, compro que ella, totalmente trastornada, solo quiera venganzam pero se podría haber llevado mucho mejor esta historia, ha quedado demasiado tramposa, en una ciudad como Kansas City, Katheleen parece conocer personalmente a todos los colaboradores de FEDRA, también es evidente que nos tienen que poner en su contra, para crear una gran villana pero todo es un poco forzado, los tipos que ayudaban a un régimen fascista y despiadado, que violaba y asesinaba y le dio el sobrenomebre a Kansas de "Killer City", son el doctor que la vio nacer, un tipo amabilísimo que prefiere morir a revelar algo de Sam, pero que no debía tener tantos escrúpulos cuando ayudaba a FEDRA y luego está Henry, un chaval que lo hizo todo por salvar a su hermano, un niño afroamericano que tenía leucemia, además de ser sordomudo. ¿No parece un poco forzado?
Ansiada venganza
Y luego está la propia Katheleen y su hermano, el tipo por el que busca su ansiada venganza, se han buscado los extremos más posibles, el hermano era un ángel, la hermana un diablo, no hay tintes medios, por primera vez la serie ha sido un poco ramplona, nos ha querido poner claramente en el equipo Henry, Katheleen incluso tiene un monólogo en el que deja claro que su hermano le pidió expresamente el perdón para su delator, pero a ella se la resbala, ("he hecho cosas horribles", nos aclara), su hermano era Jesucristo, ella es Pol Pot...
Eso sí, aunque igual de forzado para que simpaticemos con ellos, la subtrama de Joel y Ellie conociendo a Henry y a Sam, su pequeño hermano, y formando un vínculo afectivo con ellos es mucho más creíble. No he jugado al juego en el que se basa la serie pero el momento en el que Henry le hace su confesión a Joel, diciéndole básicamente que puso su amor por su hermano por encima del bien de todos es un presagio claro de algo que tendrá que afrontar Joel en el futuro con respecto a Ellie y el bien común, porque la mirada de Pedro Pascal es de total entendimiento.
Pero el capítulo se salva a sí mismo con un par de escenas finales realmente brillantes, la primera es la vuelta de los zombies como amenaza más seria y terrible, que como habíamos hablado antes demuestran ser la amenaza más aterradora de este mundo post apocalíptico. Su aparición recuerda a la de los orcos en la minas de Moria, gran Troll incluido, y la escena está resuelta brillantemente, con Joel como francotirador intentando poner a salvo a Ellie, y un momento verdaderamente escalofriante, cuando Ellie se cuela en un coche abandonado y una zombie niña se cuela en el mismo y va a por ella.
La desaparición de Katheleen no es ni una sorpresa, ni toca ninguna fibra en el espectador, porque no se ha ganado su derecho como gran personaje, no ha sido una gran villana, porque tampoco ha sido muy creíble. Algo totalmente distinto sucede en la última escena, el momento en el que el capítulo vuelve a volar a las cotas alcanzadas en el capítulo de Bill y Frank. Ellie ha creado un vínculo con el joven Sam y los dos comparten su afición por el cómic, el chico se abre a ella y ella a él, se cuentan sus miedos y Sam pone bajo palabras algo que todos deberían tener como primer pensamiento en su cabeza desde que comenzó este terrible virus: "Si te conviertes en un monstruo, ¿sigues siendo tú por dentro?".
Entonces llega la gran revelación, el chico está infectado, pero Ellie parece creer que al ser ella inmune su sangre le podrá curar, el capítulo puede virar hacia muchas tierras y convertir a Ellie en una especie de Mesías, pero no lo hace, y llega otro devastador final, cuando tras prometerle mantenerse despierta a su lado, comienza a entender más a Joel, al ver lo que es preocuparse por otro, a parte de resistir y sobrevivir (¿no son lo mismo?) por uno mismo, se queda dormida y cuando despierta Sam ya es un zombie que trata de matarla. Entonces Henry impide que Joel ayude a Ellie, pero cuando su hermano (¿o ya no es su hermano? Evidentemente esa sigue siendo la gran pregunta) está a punto de morderla le dispara en la cabeza. Tras ese acto reflejo, al ver a la razón por la que ha llegado hasta ahí con los sesos esparcidos por el suelo, se suicida, la reacción de Bella Ramsey es digna de Emmy. Esta vez sí que lo sientes, evidentemente porque nos pusieron de su lado desde el principio, pero también porque sus acciones, incluso las muy malas, tenían una explicación.
La despedida de Ellie a Sam es el epílogo perfecto para un capítulo que ha presentado las primeras fisuras en la serie, toda la parte de Katheleen y sus compañeros de la resistencia no me han convencido, pero que se ha redimido, como Henry, con un gran final que vuelve a dejarnos con ganas de más. Evidentemente no todas las tramas subsidiarias a la de Joel y Ellie van a estar a la altura de la de Bill y Frank, pero esperemos que Katheleen y su venganza solo sean un pequeño resbalón en una serie que marchaba sin mácula hasta aquí...
Si (
No(
