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Atención a las altas capacidades en niños
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(Foto: Pixabay)

Atención a las altas capacidades en niños

miércoles 13 de febrero de 2019, 13:29h

Lo primero que hago cada mañana es buscar noticias relacionadas con el tema de las altas capacidades intelectuales para las redes sociales de ARCA y, aunque puede haberles parecido que esta semana solo se habla de relatores o de derbis, he de decirles que ha habido una ola diaria de noticias sobre este asunto y me he animado a aprovecharla.

Llevo 15 años trabajando con este alumnado y debo reconocer que si me decidí por esta población fue porque me costó entender sus dificultades. De hecho... ¿quién no ha pensado que todo deben ser ventajas? Aprenden rápido y no tienen que estudiar; pero es precisamente esta velocidad de aprendizaje la que los lleva a aburrirse, desmotivarse o incluso a empezar a molestar. En otros casos conlleva abandono escolar, somatización, trastornos de la alimentación o del sueño. Hay mucha responsabilidad por parte de los centros educativos como tantas veces hemos comentado: sin formación no hay atención. El profesorado no puede reconocerlos porque para algunos sigue estando relacionado el rendimiento y la alta capacidad. Es decir, si no saca sobresalientes en todo, no tiene altas capacidades. La frase “yo no lo veo” cuando los padres intentan preguntar en el colegio si creen que sería factible una valoración para salir de la duda suele ser uno de los argumentos.

Cuando optan por solicitarla de manera privada, siempre los animo a que sea el propio centro el que se ocupe de hacer la evaluación, pero la respuesta de los padres es que prefieren comprobarlo de manera privada y "si sale", entonces van más seguros y “lo comentamos en el colegio”. Estos padres no son narcisos que proyectan en sus hijos atribuciones de seres divinos ni de niños índigos. Ven unas peculiaridades que saben que si no se encauzan, será talento perdido y quieren hacer por sus hijos lo que esté en su mano para que sean felices. Ni más ni menos.

Pensemos que, aunque muchos de estos niños pueden ser felices y tener éxito sin necesidad de ayudas extraordinarias, se trata de una población que tiene una manera diferente de aprender porque presentan características cognitivas y motivacionales distintas y su historia académica podría terminar engrosando las listas del fracaso escolar a pesar del enorme potencial que tienen.

Muchas veces las respuestas de los centros es que no se pueden ocupar de algo que no es un problema cuando tienen otras necesidades que atender: el lado izquierdo de la curva, es decir, aquellos alumnos que se salen de lo estándar porque presentan dificultades. Por supuesto, pero a las familias les insisto: ellos también tienen derecho a esa evaluación que les preocupa; Si no es en 2019, será en 2020, pero deberían conseguirla. ¿Y para qué? Para que su hijo reciba la ayuda que necesita, pero también para que el Ministerio de Educación tenga constancia sobre la cantidad de alumnado con estas características que hay escolarizados (se estima que nada menos que de un 2 a un 10%) y que, de esta manera, se apliquen medidas de atención al alumnado con necesidad específica de apoyo educativo asociado a la alta capacidad, para que puedan acceder a becas y para que cada vez estén más presentes y menos estereotipados. El sistema educativo tiene la responsabilidad de hacer sentir a las familias con esta sospecha que es algo que hay que atender y, sobre todo, que el éxito no está asegurado por muy inteligente que se sea, es el esfuerzo con desafíos y retos, la clave del éxito en la escuela y en la vida.

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