Crítica de la película 'Una familia de superhéroes': una visión europea

Se podría pensar en 'Una familia de Superhéroes' como la versión europea de 'Los Increíbles' de Pixar. Ambas van sobre una familia de superhéroes y de la dificulatad de adpatarse al mundo real, de ser un superhéroe en el día a día, más allá de poder volar, correr muy rápido o cualquier otro superpoder. Mientras que en los héroes de Pixar no se descuida la espectacularidad, la película dirigida por Rasmus A. Sivertsen y con guión de Kamilla Krogsveen, se centra más en lo que les pasa por dentro, principalmente a su personaje principal, Hedvig.

Pero que nadie se asuste, esto no es Dreyer animado, la película también tiene su ración de acción y risas para que los más pequeños la disfruten sin dificultad, pero cuesta pensar en una película estadounidense en la que, al final, se sacrifiquen los superpoderes (y el supertraje) por saber adaptarse mejor a la vida misma. Y es que 'Una familia de Superhéroes' es un canto a los inadaptados, a esos que suspenden gimnasia y sufren en esos estúpidos concursos de talentos. A Hedvig le gusta jugar a los videojuegos y la película nos dice que está bien así, esa es su forma de ser feliz.

Hedvig ha perdido a su madre y vive con un padre que es un superhéroe que salva una y otra vez a todos los habitantes de su pueblo bajo el alias de 'Superleón'. Un nombre que va pasando por su familia de generación en generación. El problema es que su padre se fija en su atlético primo para seguir sus pasos y entonces ella tendrá que tomar cartas en el asunto con la ayuda de su carismática abuela.

Evidentemente esta película noruega no juega en la liga de las grandes películas de Pixar pero es un más que pasable entretenimiento y cuenta con un positivo mensaje para los chavales, no hace falta que reces a Superman cada vez que estés en peligro, cuál Homer Simpson, es mejor solucionar los problemas uno mismo.