El Banco de España, en el contexto de los altos precios energéticos por la guerra de Ucrania, alerta de que un posible invierno frío, como ha empezado siendo éste, aumentaría el consumo de gas natural un 25%, poniendo en peligro las estimaciones económicas para esta temporada.
El invierno anterior fue el cuarto invierno más cálido en España desde 1961, de acuerdo con los registros de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). En particular, en el período comprendido entre el 1 de diciembre de 2021 y el 28 de febrero de 2022, la media de la temperatura máxima diaria se situó 1,6 ºC por encima del promedio histórico -14,9 ºC-. En cambio, el invierno 2004‑2005 fue el cuarto más frío desde 1961, y en él la media de la temperatura máxima diaria se situó 1,3 ºC por debajo del promedio histórico y 2,9 ºC por debajo de la registrada en el invierno 2021‑2022.
Las temperaturas representan un condicionante fundamental de la demanda de energía en nuestro país en un contexto en el que, principalmente como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania, los mercados internacionales de materias primas energéticas están expuestos a una considerable volatilidad. Además, existen dudas en cuanto a la posibilidad de que se produzcan problemas de desabastecimiento de gas en algunos países europeos.
Consumo de electricidad
Por otro lado, la relación entre consumo de electricidad y temperatura máxima presenta forma de U. Es decir, en los meses más fríos, el consumo de electricidad se incrementa ante descensos en la temperatura -debido al uso de la calefacción eléctrica-, mientras que, en los meses más cálidos, lo que conlleva un mayor consumo -debido al uso de aire acondicionado- es el aumento de la temperatura.
Durante los meses más fríos del año, el consumo de gas natural es más sensible que el consumo de electricidad ante cambios en las temperaturas. Esto es, un descenso de la temperatura provoca un mayor aumento relativo en el consumo de gas natural que en el de electricidad.
Las estimaciones sugieren que, en un invierno frío, los niveles de consumo de gas natural y de electricidad en nuestro país serían un 32% y un 7% mayores, respectivamente, que los que se observarían en un invierno cálido. Es decir, sin tener en cuenta otros factores independientes de la temperatura que hubieran concurrido en el último año, si el invierno 2022‑2023 fuera tan frío como el invierno 2004‑2005, el consumo por parte de las familias y las pymes españolas de gas natural y de electricidad podría incrementarse, en términos interanuales, un 32% y un 7%, respectivamente.
De mantenerse este cambio reciente en los patrones de consumo energético, permitiría reducir en un 10% interanual el consumo de gas natural en España durante el invierno 2022‑2023, si este registrara las mismas temperaturas que el invierno pasado. No obstante, incluso teniendo en cuenta estos cambios recientes en los patrones de consumo, si el invierno 2022‑2023 fuera tan frío como el invierno 2004‑2005, el consumo de gas natural en nuestro país podría aumentar en torno a un 25% con respecto al año pasado.
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