Ayer comenzó en Sintra, Portugal, el encuentro anual de bancos centrales organizado por el BCE, que se extenderá durante 3 días. En su discurso de bienvenida, la presidenta del BCE aludió a las “3 íes” que dominan la economía actual: incertidumbre, imprevisibilidad e inesperado.
Un ejemplo de este entorno es la falta de acuerdo comercial entre Europa y Estados Unidos, a poco más de una semana de que expire la tregua arancelaria de 90 días. La existencia o ausencia de este pacto será determinante para anticipar la evolución de la inflación y el crecimiento. Aunque el foro suele tener un enfoque académico, los mercados prestarán especial atención a las intervenciones de los principales responsables monetarios. Hoy, tras el almuerzo, tendrá lugar un panel destacado con la participación de los gobernadores de los bancos centrales de Estados Unidos, Reino Unido, Japón y Corea del Sur, junto a la presidenta del BCE.
Los bancos centrales llegan a Sintra en distintas fases del ciclo monetario. Mientras el BCE considera una pausa tras ocho recortes consecutivos -del 4 % al 2 %-, la Reserva Federal mantiene los tipos entre el 4,25 % y el 4,50 %, y otras instituciones como el Banco de Inglaterra y el de Corea del Sur han reducido con mayor cautela. Japón destaca por mantener su tipo en 0,5 %. La cumbre también abordará la fragmentación del mercado interior europeo y los desafíos regulatorios. En un contexto de tensiones comerciales y debilitamiento del dólar, el encuentro supone una prueba clave para la credibilidad y liderazgo del BCE.