Construcción de la pena en el derecho moderno

El sistema penal está pensado para la solución de controversias que procuren el bienestar social. Para ello se desarrolla de manera sistemática la formulación de normas que cuentan con un supuesto de hecho y una consecuencia jurídica. Esa sanción o consecuencia jurídica es la herramienta que el derecho encuentra precisa para retribuir los daños causados y lograr que las personas se adhieran a la moral, los principios, los valores.

La imposición de las penas es un tema que se encuentra en constante debate y evolución. El reconocimiento y ampliación del catálogo de derechos humanos y garantías fundamentales han permitido su reformulación. La concepción moderna de la pena es una conquista de la humanidad que seguirá avanzando con el fin de prevenir la criminalidad y reducir la impunidad. Hoy te contamos cómo ha sido el proceso de construcción de la pena para el derecho moderno y dónde puedes encontrar a los mejores abogados penalistas en Madrid.

De castigar a curar

En todas las épocas de la historia la pena ha sido vista como un mal necesario. Por medio de ella se busca prevenir la criminalidad, retribuir los males causados, generar control y bienestar social. Inicialmente las penas castigaban al cuerpo, el cual se creía que pertenecía al Estado, en virtud de la teoría del “Contrato Social”, que tenía por abanderados a Rosseau, Locke y Hobbes. Las personas eran sometidas a un teatro de suplicio en el cual, mediante castigos físicos o la muerte, se buscaba compensar el mal causado.

La persona, al quebrar ese contrato social violentando o vulnerando un bien jurídico tutelado de otra u otras personas, era susceptible de ser privado de ello también. Entendiendo el concepto de “bien jurídico”, como la relación que tenemos con cosas materiales e inmateriales que nos permiten satisfacer nuestras necesidades para la vida en sociedad. Algunos son la libertad, la vida, el buen nombre o la propiedad.

Durante el siglo XIX, conocido como el “siglo de las luces”, ocurre una transformación del pensamiento. Foucault dice que el derecho penal comenzó a replantear cuál era el verdadero objetivo de la pena. El castigo se desvirtuó y entendieron que el núcleo a atacar en la sociedad era el alma de las personas, ya que en ella se encuentra la historia del cuerpo, en ella guardamos nuestras ideas, principios y valores. Por lo tanto, es donde el derecho debe buscar introducirse para evitar la delincuencia.

Al ser el alma eje central del derecho penal, que la pena solamente tuviera como fin castigar ya no parecía eficaz; comienza el concepto de “curar” con el fin de resocializar a las personas. Movimiento que se concatena con la ocurrencia de las revoluciones en Europa y los procesos independentistas en América, donde la idea abanderada era el reconocimiento de garantías fundamentales como la vida, la libertad y el principio de legalidad.

La pena en la contemporaneidad

El abanico de derechos humanos y fundamentales continúa en expansión y crecimiento. Los avances tecnológicos y la revolución digital han dado pie para nuevas discusiones en el panorama del derecho penal. Sin embargo, el concepto de pena desde las teorías de la unión cada vez se consolida más. La teoría de la unión hace referencia a la mixtura de las teorías absolutas y relativas de la pena. La teoría absoluta concebía a la pena con un carácter meramente expiatorio, retributivo de pagar el mal con el mal. Mientras que las teorías relativas presentan la idea de resocialización del individuo. La unión de estas dos es la aplicada en el derecho penal moderno occidental. Y para que la pena sea legal debe ser preexistente al hecho, necesaria, humana, razonable, determinada y proporcional.

Abogados penalistas en Madrid

Contar con un buen abogado que se destaque por su desempeño profesional y su compromiso ético es fundamental para el éxito de los casos y la ejecución de la defensa técnica. La firma Chabaneix Abogados Penalistas cuenta con el mejor abogado penalista de Madrid. Se trata de Luis Chabaneix, quien además de ser abogado es bilingüe en Derecho francés y español de la prestigiosa Universidad de Paris X Nanterre. Así mismo, es Máster en Derecho Financiero y Tributación del Centro de Estudios Garrigues y la Universidad Carlos III de Madrid. Es abogado asesor de la Embajada y Consulado de Francia y abogado recomendado por la Embajada de Estados Unidos, Canadá y Bélgica. Obtén asesoría, visitando su sitio web.