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Espectacular estocada de Toñete al sexto novillo, al que cortó una oreja
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Espectacular estocada de Toñete al sexto novillo, al que cortó una oreja

San Isidro: oreja bajo el diluvio universal para un firme Toñete

Salvó una tarde en la que Atienza y Cadaval desaprovecharon un noble encierro de Conde de Mayalde

lunes 21 de mayo de 2018, 23:08h
El dios de la lluvia, que nunca falta en San Isidro, apareció en el último burel de la novillada con una fuerza bestial, casi bíblica. Y cambió el desarrollo mortecino de la misma hasta ese momento, y valiéndole a Toñete para echar una oreja en su esportón. Del resto, mejor olvidar porque él y sus compañeros de terna Pablo Atienza y Alfonso Cadaval dieron muchos pases a una novillada bonancible pero no torearon.

No se le puede quitar ningún mérito al trofeo que un Toñete firme se ganó reglamentariamente con mayoría de los escasos espectadores que aguantaron uno de los más tremebundos chaparrones que hayan caído en Madrid últimamente. Por supuesto, los de gradas y andanadas, que los de los tendidos, salvo algunos héroes, partidarios del coletudo, los habían vaciado con toda razón.

Seguros los que huyeron de que en ese postrer tramo de la función iban a disfrutar lo mismo que en todo lo anterior: casi nada. Pero Toñete, además de mantenerse en pie e intentar el toreo con reposo, que apuntó en el anterior, ahora logró algunos muletazos templados y de cierta enjundia y enterró la tizona a la primera y en su sitio volcándose espectacularmente sobre el morrillo. Razón para que el usía disparase su moquero blanco.

Poco más hay que relatar de lo acontecido con anterioridad, porque una terna que ya ha hecho suficientes paseíllos –Pablo Atienza el que menos, pero ya lleva un lustro en el escalafón- desaprovechó el encierro de Conde de Mayalde, que sin ofrecer el triunfo claramente se acercaba mucho a pesar de su mansedumbre, porque su catadura era de nobleza extrema.

Sí, es verdad que salvo la codicia de 2º y 4º, tampoco fueran una máquina de embestir, pero en líneas generales y con matices eran toreables aunque entraran rebrincaditos y sin emplearse en demasía. Pero toreo no es lo que aplicaron estos tres representantes de la tauromaquia moderna: muchas ventajas en el cite, escaso mando en la embestida, mucho pico en la salida de la mayoría de cada pase y también escasa ligazón.

Atienza, que se fue a recibir de hinojos en el tercio frente a toriles a su segundo, dejó algún muletazo suelto en redondo. Alfonso Cadaval, también de rodillas al inicio de su labor a su primero, cayó pronto en la vulgaridad, y el reposo que Toñete sí logró en el de la lluvia no le salió en el otro. Para su fortuna, el aguacero que tanto suele perjudicar le benefició de manera fundamental y no se descarta que pida al dios de la lluvia que esté presente en futuros compromisos.

FICHA

Novllos de CONDE DE MAYALDE, bien presentados en general aunque desiguales; manejables con 2º y 4º codiciosos. PABLO ATIENZA: ovación tras aviso; silencio tras dos avisos. ALFONSO CADAVAL. palmas; silencio. TOÑETE: más palmas que pitos al saludar; oreja. Plaza de Las Ventas, 21 de mayo. 14ª de Feria. Dos tercios de entrada.

Crónica del festejo anterior

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