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Samuel Navalón recibiendo de rodillas a su primer toro al salir de chiqueros.
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Samuel Navalón recibiendo de rodillas a su primer toro al salir de chiqueros. (Foto: Alfredo Arévalo. Plaza1)

San Isidro: petardazo de los ¿toros? de Conde de Mayalde con el peor encierro de la Feria

viernes 06 de junio de 2025, 23:13h
Tiene (de)mérito y mucho. Porque a todo hay quien gana, incluso para lo malo. Y es que los bureles del hierro de Conde de Mayalde tenían todos los defectos que ustedes, lectores, puedan imaginar. Todos. No sólo su desigual presencia tirando a mala, no sólo su mansedumbre. No sólo su falta de la más mínima casta. No sólo. Porque a tanto desafuero, unieron una flojera tal que a poco de aparecer por chiqueros, ya estaban casi muertos, y eso que la suerte (desgracia) de varas fue un simulacro. O sea, la antítesis de la Fiesta: en vez de poderle al toro, cuidarle ¿...? Realmente el festejo fue un simulacro, una pantomima, una zaragata. Cuestión que a El Fandi se la trae al fresco, porque apoyado por el todopoderoso Matilla, seguirá pegando mantazos otros 25 años. Quizás per omnia saecula saeculorum. De modo que los perjudicados fueron los que podían ser sus hijos biológicos, Ismael Martín, que confirmaba doctorado, y Samuel Navalón, que intentan abrirse paso en sus incipientes carreras. Ambos, al menos, mostraron decisión y ganas de triunfo, amén de un buen concepto que fue imposible aplicar en Las Ventas, convertida en una pasarela de inválidos.

De estos jóvenes recién entrados en la veintena, el primero en estrellarse fue el salmantino nacido en Suiza ante la bazofia de su alternativa, al que banderilleó vulgar en solitario o con El Fandi (en el quinto) y alargó la faena -o lo que fuera aquello- intentando la cuadratura del círculo: sacar agua de aquel pozo seco de vida y dejando buena impresión. A ese quinto, un sobrero por desgracia también de Conde de Mayalde -se corrió turno al ser devuelto el primero y Martín había confirmado con el que iba a ser el segundo de su lote- se fue a recibirlo de hinojos en el tercio y también intentó calar en la gente comenzando la faena -o lo que fuera aquello- de rodillas con un farol.

Pero le esperaba la sorpresa: porque el animal no es que llegara a este último tercio casi cadáver, es que a mitad de faena -o lo que fuera aquello- hocicó la arena prácticamente muerto y hubo de ser apuntillado sin que su teórico matador pudiera hacerlo (matarlo). Un punto más de decisión aportó el otro veinteañero, Navalón, que igualmente se fue a esperar de rodillas a las bazofias asquerosas de su lote, y que, variado aunque acelerado por las ganas de triunfo con el percal, no se dejó un quite sin hacer, en los suyos y en su turno con El Fandi y Martín.

E igualmente comenzó de hinojos sus faenas muleteras -o lo que fuese aquello- intentando lo imposible con sus dos birriosos enemigos, mostrando buenos detalles en redondo y al natural y cerrando ambas pegándose sendos arrimones entre sus afiladas defensas, muy aplaudidos. Hay que repetir también a este chaval, pero como a Martín, con toros. El Fandi, que banderilleó a toro pasado en solitario y con el salmantino, pegó miles de pases y ninguno bueno. Y que viva Matilla.

FICHA
Toros de CONDE DE MAYALDE, muy justos de trapío, excepto 4º y 6º; muy flojos, nobles, mansos y descastados. EL FANDI: silencio; silencio. ISMAEL MARTÍN, que confirmaba la alternativa: ovación; ovación. SAMUEL NAVALÓN: ovación tras aviso; ovación. Plaza de Las Ventas, 6 de junio, 26ª de Feria. Tres cuartos de entrada (18.526 espectadores, según la empresa).

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