Crónica de los Surfin' Bichos en Madrid: Efervescente reencuentro

Lo de este jueves en la Sala Paqui de Madrid tenía su miga, los Surfin' Bichos, leyendas vivientes del rock en español, volvían a subirse a un escenario para presentar canciones nuevas, las primeras en 30 años. El caso es que superaron la prueba con nota, ante una parroquia entregada que vivió con efervescencia el ansiado reencuentro.

El caso es que los albaceteños ya se habían subido al escenario en alguna ocasión desde su separación en 1994 pero era la primera vez que lo hacían para presentar un disco nuevo, 'Más Allá', una obra que se sostiene muy bien en relación a sus cuatro anteriores trabajos, aunque, como era de esperar, las canciones nuevas no se vivieron con el grado de entusiasmo con la que se acogían los grandes clásicos de la banda.

Comenzaron sobre seguro con una de sus grandes canciones, 'Viaje de redención', un tema al que han acudido con frecuencia en esta segunda etapa para abrir sus conciertos y es una de nuestras 10 canciones favoritas de la banda. El caso es que es normal es un as ganador y hace que la gente entre rápidamente en el concierto, pero en esta ocasión faltaba algo, el sonido no era muy bueno y la banda no parecía ir con todo. La segunda canción 'Yo que te he visto', una de las nuevas, tampoco despegaba del todo pero todo cambió a partir de ese latigazo que es '¿Qué clase de animal?' de su segundo disco, 'Fotógrafo del Cielo', entonces sí que apareció la rabia y la actitud que caraecterizaban a esta banda.

Maná del cielo

Con otra de las canciones de aquel disco de 1991, 'Rifle de repetición', se vio que aquello iba totalmente en serio y los que nunca pudimos llegar a verles en directo, vimos cómo se las gasta la banda con un Joaquín Pascual perfecto, coloreando las canciones, y entretejiendo tormentas con la Les Paul de Fernando Alfaro. Pero, además de sus canciones más populares y las canciones de 'Más Allá', también hubo tiempo para repescar otros temas menos conocidos pero altamente apreciados por los más fanáticos, como los sonidos góticos de 'El crujido del cangrejo', procedente de su primer disco, 'La luz en tus entrañas', publicado en 1989, o los 7 épicos minutos de esa 'Oración del desierto' que sonó a maná caído del cielo.

También hubo un momento para encadenar sus momentos más calmados y bellos, como ese momento en el que encadenaron 'Mis huesos son para ti' y 'El final de una quimera', capaces de recordar al Alfaro más íntimo y que nos dejaron un resplandor de gloria, como si estuviéramos soñando.

De entre las canciones nuevas destacaron 'Señales', mi canción favorita de 'Más Allá', que no perdió nada de su melódico gancho en directo, los sonidos folk griegos de 'Luz del Mediterráneo' con Pascual imitando con su guitarra la mandolina del original y Lea Leone, la hija de Alfaro e Isabel León, haciendo una magnífica segunda voz. Fue ella la que recogió los ánimos manchegos entre el público, con un Joaquín Reyes (autor de la portada de 'Más allá') entregado, para gritar un aplaudido "Viva la Mancha y viva Albacete". Aunque, eso sí, la mejor acogida del lote fue 'Máquina que no para' que fue recibida, y coreada, como si ya fuera uno de los grandes clásicos de la banda.

Los grandes clásicos

Como primera gran traca final se quitaron de encima las tres canciones más populares de la banda (principalmente la última), las que todo el mundo estaba deseoso de oír, 'Gente abollada', 'Mi hermano carnal' y 'Fuerte'. Comenzaron con una versión mejorada y más tranquila de su primer gran clásico, 'Gente abollada', con Joaquín Pascual al piano y un ritmo más pausada que hizo que muchos no supieran que estaba sonando hasta que Alfaro comenzó a cantar las desventuras de Pedro, Juanma y Paco, el loco. Luego sonó ese "Ana tiene un hermano..." que da paso a la maravillosa 'Mi hermano carnal' que volvió a demostrar que su tercera obra, 'Hermanos carnales', sigue siendo el gran referente de su discografía (y por si vale de algo nuestro 8º disco nacional de todos los años 90). Fue la canción más coreada hasta que la Paqui se vino definitivamente abajo con el surgir del riff de 'Fuerte', el gran clásico de su carrera y la más perfecta de sus canciones, una canción de la que se coreó cada palabra para que se escuchara de Madrid a Albacete.

Pero hubo más, los Bichos volvieron para deleitarnos con 'Crisis', otra canción de 'La luz en tus entrañas' que demuestra que en 1989 estaban en otra galaxia diferente del resto del rock nacional, una en la que los Pixies y la Velvet eran los dos grupos más importantes de todos los tiempos. Por último, entregaron esa gema pop de 'Hermanos carnales' que se llama 'Efervescente' y cuyo título sirve de perfecto resumen de un concierto que fue de menos a mucho más y dejó contenta tanto a la parroquia más veterana y abollada, como a los que nunca les vieron en su primer momento.