Las reservas fantasma en hostelería podrían ser delito: cobros por adelantado al reservar

La práctica de reservar en un restaurante y luego no acudir se ha incrementado en los últimos meses, especialmente en épocas de afluencia como puede ser el verano o las navidades.

A esto se le denomina 'reservas fantasma' y los hosteleros llevan denunciando tiempo el perjuicio económico que les supone, por lo que muchos han tomado medidas y han comenzado a cobrar por reservar.

La Cadena SER ha recogido algunos testimonios de comensales que han admitido que a veces no acuden a las reservas porque se les "olvida" cancelar. Algunos reconocen reservar en varios a la vez para no quedarse sin opciones y después se olvidan.

Un despiste que, aposta o sin querer, al restaurante afectado le puede suponer un grave problema, pues al tener mesa reservada vetan a otros clientes. ¿El resultado? Pérdidas de dinero que en algunos casos pueden llegar a ser cuantiosas.

Por ejemplo, los restaurantes más pequeños con una menor capacidad de aforo, una mesa de 8 o 10 personas que no acuda a su reserva les supone un gran perjuicio económico.

No acudir a la reserva se paga

Para evitar esto, algunos hosteleros han empezado a cobrar por adelantado al hacer una reserva y así evitarse una pérdida total en caso de que los comensales no aparezcan.

Desde la web de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señalan que esta práctica es legal siempre y cuando te descuenten el importe anticipado de la factura final. No puede ser un suplemento.

Pero también puntualizan que en el caso de que los clientes no se presenten, el restaurante podría no devolverles el importe cobrado por la reserva anticipada.

"Si no te presentas en la fecha fijada, pueden retener el importe que pagaste por adelantado. Y en algunos casos esto supone perder una abultada cifra de dinero. La ley no se pronuncia sobre la legalidad de este extremo, aunque el perjuicio que se le causa al establecimiento debería ser demostrable. Es legal", indica la organización en su web.

Algunos casos han llegado a los tribunales, según han anticipado en la SER, y los jueces han empezado a dar la razón a la hostelería.

Es cierto que las denuncias son pocas ya que es un desgaste de tiempo y papeleo y además a veces es complejo localizar a los infractores si en la reserva no dan todos sus datos. Pero si se consigue demostrar que detrás de no presentarse a una reserva existe una intención de hacer daño, sería considerado un delito.

Por ejemplo, Paulo Airaudo, al frente del restaurante Amelia en Donosti, cobró 510 euros a unos comensales que no cancelaron la reserva y no acudieron. Ahora la Justicia le ha dado la razón.

Si quieres recibir más temas como éste, suscríbete al Boletín gratuito de noticias de Diariocritico y recibe en tu correo electrónico la actualidad del día. También puedes suscribirte a nuestras alertas gratuitas de noticias de Whatsapp o Telegram. Además, estamos en Facebook, Instagram y X (Twitter).