Nadie en su sano juicio hubiese apostado mucho dinero a favor de que 'Tiburón 3D, la presa' fuese una gran película. Claro que muy pocos serían los visionarios capaces de imaginar un resultado final tan desolador. A los cinco minutos de proyección, estarás encogido en la butaca, con una mezcla de vergüenza ajena y de vergüenza a secas. Las carcajadas espontáneas, la risa nerviosa y una sensación de desconcierto te harán preguntarte, ¿qué diablos hago aquí?.
Deudora no de la película de
Spielberg sino de esa obra maestra de lo malo llamada 'Deep Blue Sea', 'Tiburón 3D' supera con creces a su predecesora, siendo una candidata más clara a obra definitiva en cuanto a peores películas. Está mal hecha, las actuaciones son de risa, el guión es tan malo que sólo puede ser hecho aposta, no hay dirección alguna, a pesar de venir firmada por el responsable del debut americano de
Elsa Pataky,
David R. Ellis, pero la guinda al pastel son los efectos 3D. Desastrosos sería quedarse muy corto. Si pensamos que el nombre de la película resalta lo del 3D, deberían poner una advertencia parecida a la que aparece en los medicamentos, diciendo que la visión de 'Tiburón 3D' puede dejar bizco. Hay varios momentos en que aquello hay que mirarlo sin las gafas para darse cuenta de lo que está pasando.
El grupo de protagonistas es algo que nunca se había visto en el cine, el guaperas narcisista, el negro ídolo del deporte, el protagonista empollón (que está más bueno que el guaperas) y su amigo graciosete. Por parte de las chicas está la tía buena, su amiga maciza y la novia hispana del deportista, que nadie se preocupe, también luce bien el bikini. Desde el momento en que aparecen ya sabes quién va a sobrevivir y quién va a servir de comida de tiburón, incluso puedes apostar por el orden en que serán engullidos. Tiene momentos tan divertidos como ver a uno de los chavales, al que le han arrancado el brazo anteriormente, con una sudadera puesta en la que por debajo se ve el brazo que le debería faltar. Si esto ya es de locos, lo mejor es que está empuñando una lanza y se dispone a meterse en el agua a cazar al tiburón. Otro de sus grandes momentos es la presentación de los antagonistas, borrachos, racistas, pendencieros y obsesos sexuales, la protagonista les disculpa: "Es que son de pueblo".
La película comienza con un homenaje a 'Tiburón' que se convierte en un insulto cinematográfico. Es, hablando totalmente en serio, lo mejor de la película. Hay veces que sólo con ver unos minutos ya sabes que estás ante algo especial. Es lo que ocurre con 'Tiburón 3D, la presa', a los pocos minutos ya sabes que estás ante algo especialmente malo. Cuidado
Uwe Boll, David R. Ellis quiere tu cetro de peor director. El incauto que sea capaz de resistir la tentación de salir corriendo del cine, asistirá atónito al visionado de una de las películas más bochornosas de la historia. Lo increíble es que se estrene en cines y no haya pasado directamente al circuito televisivo de sobremesa, donde, posiblemente, se encuentre su reino. Aunque, ahora que lo pienso, puede que su reino no sea de este mundo.
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