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Crítica de la película

'Crepúsculo, Amanecer Parte I': La boda de mi mejor vampiro

'Crepúsculo, Amanecer Parte I': La boda de mi mejor vampiro

viernes 18 de noviembre de 2011, 09:58h
La cuarta parte del Bella Swan´s Flying Circus vuelve a dar en el clavo. La saga 'Crepúsculo' es tan divertida que no necesita parodias. Ninguna película tipo 'Hot Shots' o 'Scary Movie' podría encontrar unos actores tan graciosos. Robert Pattinson se sigue mordiendo tanto los carrillos, que no hace falta que le den cápsulas para simular la sangre. Es la suya propia. Por su parte, Taylor Lautner vuelve a demostrar que es el mejor discípulo de Pamela Anderson a la hora de correr exhibiendo sus abultados pectorales. También a la hora de actuar.
Pero vayamos a lo que importa, habíamos dejado la historia a tres con Edward (Robert Pattinson) y Bella (Kristen Stewart) a punto de casarse y Jacob (Taylor Lautner) rechazado por trigésima vez (Si quieres ponerte al día no te pierdas: 'Crepúsculo: Eclipse': el festival del humor). Por fin ha llegado el día más importante en la vida de un vampiro, ese con el que sueña desde que se convierte en un ser inmortal, el día de su boda. ¡Y qué boda amigos! Digna de la saga, la boda de Edward y Bella tiene momentos tan divertidos como los de la boda de Lolita, con la Faraona gritando aquello de "Si me queréis, irse". Escoger uno sería difícil pero el final, con la concatenación de la despedida de la novia con Nadal, digo Jacob, donde le vuelve a decir lo mucho que la quiere, luego pasamos a la despedida con su madre, donde le dice lo mucho que la quiere, y luego la despedida de su padre, que supongo que a estas alturas todo el mundo sabe lo que la dice. Para el momento que llega a los brazos de su pálido marido, la chica ya no quiere más amor sino un poquito de sexo.

De eso se encarga la luna de miel. Por fin, Bella y Edward dejan de ser vírgenes en una especie de videoclip new age, en el que se reproducen cursis postales de viaje y suena una música todavía más cursi. Luego resulta que tras una noche de pasión (que nosotros no hemos visto porque estábamos viendo el videoclip pastel) ella tiene unas pequeñas marcas fruto de la pasión. Así que deciden que a pesar de haber experimentado el mejor sexo que hayan conocido (lo cuál es lógico y normal pues eran vírgenes y no tienen con que comparar) van a volver a lo de la castidad. Esto cabrea un poco a Bella, que sigue con sobredosis de amor pero anda un poco raquítica de alegrías para su cuerpo. Así que se pone tontorrona con Edward hasta que consigue que este vuelva a cumplir con sus deberes matrimoniales. El vampiro parece que se porta (no podemos opinar porque no nos lo enseñan, nos vuelven a poner el videoclip pastel de antes) y Bella se queda embarazada. 

Es entonces cuando empieza el verdadero conflicto, Edward se pregunta ¿un bebé vampiro? No me veo cambiando pañales para toda la eternidad. Bella en cambio se vuelve una madraza y, a pesar de quedarse más esquelética que Kate Moss después de tres días de marcha, le da a su retoño unos magníficos batidos de sangre con pajita para que deje de chuparle por dentro. Como lo de tener bebés vampiros no es muy normal, el joven papá se informa en el lugar del que los vampiros sacan toda la información desde hace siglos, Internet. Así que teclea bebé vampiro en Google y le da a imágenes y claro el resultado le deja un poco mosqueado. 

Por otra parte, los colegas lobos de Jacob se ponen nerviosos porque habían jurado defender a Bella y habían hecho un pacto con los vampiros pero eso de traer niños vampiro a este mundo es trampa, así que se ponen en plan malotes. Los vampiros mientras tanto, como cualquier familia vampira que se precie, cuidan todos de su invitada humana y le dan todas sus reservas de sangre, servidas, como hemos dicho, en sabrosos batidos con pajita.

Jacob vuelve a ser rechazado por trigésimo novena vez pero en revancha le imprime algo a la cría para que los lobos la dejen en paz, aunque tampoco me he enterado muy bien de esto último porque las carcajadas no dejaban oír bien la sesuda trama. Al final, nace una niña riquísima sin colmillitos ni nada y Bella consigue ser una vampira después de llevar suplicándolo desde hace al menos dos películas. 

En la segunda parte de 'Amanecer' la hija de Bella y Edward va a la guardería donde se hace amiga de un cachorrito de lobo y se enamora de un murciélago. Durante los siguientes 18 años de su vida el cachorrito la sigue a todas partes poniendo ojitos mientras que ella intenta desvirgar al murciélago que, al ser de una secta satánica que promulga la castidad con humanos hasta el matrimonio, se resiste hasta lograr casarse con ella, como cualquier murciélago decente. Y es que como la vida misma, la historia se repite en un círculo. Eso sí, necesitarán otras cuatro películas para contárnoslo.

La dirección, actuación, fotografía, guión y demás están algo de más cuando alguien te cuenta algo tan divertido como 'Crepúsculo'. Habrá quien piense que dos horas es demasiado tiempo para contarnos cómo dos chicos totalmente enamorados se casan y tienen un bebé pero ¿y los gags?



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