'La conspiración': El recado de Robert Redford a George W. Bush

La película parte de hechos históricos y se nota una profusa documentación en la labor del guionista James D. Solomon. Tras un breve prólogo en la Guerra de Secesión, 'La conspiración' comienza con la recreación del asesinato de Lincoln para dar paso a un drama judicial que sigue muchas premisas de este tipo de historias. El joven abogado Frederick Aiken, James McAvoy, reacio a admitir el caso pues considera a su cliente, una hierática Robin Wright dando vida a Mary Surratt, culpable; un juez totalmente predispuesto en su contra; una sentencia que en realidad ya está firmada. En definitiva una historia que nos dejará más de un déjà vu.

Pero si rascamos un poco más veremos que los paralelismos que nos propone la película con hechos más recientes de EEUU son evidentes. Para Redford la película no trata sobre si Mary Surratt es o no inocente sino sobre como en momentos críticos su querida nación rompe con su norma más sagrada, la Constitución.

El único problema con esto es que el director de 'Leones por corderos' vuelve a ser un poco tendencioso a la hora de presentarnos a su protagonista, ése prólogo inicial donde se le presenta como héroe de guerra o esa iluminación exagerada durante el juicio no creo que sean necesarias. Claro que parte de ese error se subsana con la incierta mirada sobre Mary Surratt. Robin Wright y Redford nos ofrecen una visión mucho más subjetiva de la "mártir". En ningún momento se posiciona sobre su inocencia o culpabilidad, el director tiene claro que eso no es lo importante, no es a una persona a la que se está juzgando sino a la propia Constitución. En definitiva, da igual su inocencia o culpabilidad, toda persona tiene derecho a un juicio justo.

Las coincidencias con la administración Bush no acaban aquí, ya que el personaje interpretado por Kevin Kline, el Secretario de Guerra Edwin Stanton, guarda demasiadas semejanzas con Donald Rumsfeld o Dick Cheney. Es más puede que no sea una coincidencia que en un momento Stanton diga a uno de sus subordinados que mantenga a Johnson (el presidente marioneta) alejado de la bebida ¿Un recadito de Sundance Kid a Bush Jr.?

Más allá de esto si la película funciona es gracias a un reparto que se cree a sus personajes. McAvoy tiene pocos momentos para brillar pero dota de cierta fragilidad a un personaje que por otro lado es demasiado arquetípico. Robin Wright obtiene los mejores momentos de la película dando vida a la estoica Mary Surratt, su relación materno filial con el abogado es lo que le da un poco de alma a la película. A esto también ayuda Evan Rachel Wood, dando vida a la hija de Surratt, la joven actriz aporta cierta calidez a una película que en momentos peca de fría. Kevin Kline da vida a Stanton después de que Rumsfeld rechazase el papel por motivos obvios.

Redford vuelve a entregar una película política como aquellas que protagonizaba en los años 70. No en vano el abogado interpretado por McAvoy terminaría fundando el Washington Post, el periódico en el que trabajaba uno de sus papeles más recordados, Bob Woodward de 'Todos los hombres del presidente'. En definitiva, 'La conspiración' es una historia mil veces contada pero que vuelve a funcionar, no es arte pero es artesanía bien hecha.

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