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¿Estamos locos o qué?

La columna de Gema Lendoiro: 'La cantante Bebe, ordinaria y maleducada, la lía parda para presentar su disco'

La columna de Gema Lendoiro: "La cantante Bebe, ordinaria y maleducada, la lía parda para presentar su disco"

martes 06 de diciembre de 2011, 13:53h

En muchos sectores de la sociedad se considera que es algo transgresor ir sucio, despeinado y decir palabrotas. Con esa actitud muchos creen alcanzar la excelencia, la intelectualidad y el buen rollito. Le pasa a muchos artistas, parece como si fuese una condición sine qua non para parecer rebeldes, talentosos y geniales. Echen ustedes la mirada atrás y acuérdense cómo van muchos de nuestros artistas a recoger los premios Goya y premios varios: desaliñados, harapientos, con aspecto de sucios y de acabar de levantarse después de una noche de copas de garrafón. Quién tiene un hijo adolescente que sigue la moda de los pantalones que parecen cagados (con perdón) saben de lo que hablo.

Hay una señorita extremeña cuyo nombre artístico responde a Bebe. Salió a la fama con un single que denostaba el mal trato machista en plena efervescencia del entonces incipiente gobierno de ZP que llegaba para crear una conjunción planetaria y dar ejemplo al mundo entero de civismo democrático, de imponer igualdades basadas en desigualdades, de desenterrar conflictos en nombre de una memoria que sólo ellos parecían tener presentes...La sociedad civil de entonces estaba impregnada de un buenrollismo de un tipo que habitaba la Moncloa y que parecía que se levantaba cada mañana con una nueva idea que nos iba a hacer la nación más ejemplar del planeta tierra. En esas salió la canción de Bebe y comenzó a sonar como un himno. La gente que sabe hacer demagogia conoce bien la fórmula. Nada hay para conmover al público que hablar de las desgracias de los otros. Y ella, quiero creer que porque realmente está en contra de los malos tratos, creó el single malo, malo, malo y su fama y ventas subieron como la espuma. Cantar no ha cantado nunca. Es desaliñada como lo era Amy Winehouse, borde como podía serlo la británica, con aspecto de no ducharse y de no lavarse con algo que no sea ron pero falta un pequeño detalle. La inglesa cantaba como los Dioses y la extremeña rebuzna. Literalmente.

Acaba de sacar nuevo trabajo y lo mejor que se la ha ocurrido para presentarlo a la prensa es lo siguiente: primero aparentar estar borracha o estarlo, no me queda claro. Después, encenderse varios cigarros en la Sala Sol (lugar de la presentación) cuando de sobra es sabido que en este país está prohibido hacerlo. Y, por si no fueran pocas las provocaciones que perseguía, es decir, hablar de lo ridícula que es en lugar de sus canciones, no se le ha ocurrido mejor idea que asegurarse la repercusión de la presentación de su trabajo que insultar a la prensa, ésa misma que se hace eco de lo que hace y sin cuya presencia ella no sería nada más que la torda que canta en las tabernas del pueblo y el de al lado. Aquí sus perlas:

«Esto es lo más 'friki' que me habéis hecho pasar en la puta vida [...] Si vais a preguntar algo, bien, si no, sois unos hijos de puta igual por hacerme que yo hable todo esto [...] Me puedo sentar, da igual que no veáis, que os follen. Habéis visto bastante, si queréis os enseño las bragas luego, pero ahora paso» Y, para terminar añadió, «Muchas gracias, buenas noches, que os follen bien a todos...»

Se supone que no estaba contenta con las preguntas. Ya. Le pasa a mucha gente. Lo que no es tan común es despachar de maneras grotescas, ordinarias y propias de una poligonera que, además, parece que está borracha (o lo imita). La chica es, efectivamente, un dechado de virtudes. Yo la entiendo. Su música y la presentación de la misma no hubiera pasado de una mera citación en algún medio musical y otro extremeño y de esta manera consigue salir en más medios. Claro que eso no le da más ventas. Eso es algo que en la discográfica han olvidado comentarle. Pequeño detalle a tener en cuenta. Ni se venden más discos por posar en pelotas en Interviú, ni por acudir a programas rosas a contar la vida de uno ni por salir con el famoso de turno ni, muchísimo menos por liarla parda. Aquí está demostrado, al menos cuando la gente se tiene que rascar el bolsillo y pagar unos euros por un CD, que lo que funciona es tener talento. Por eso a la pobre Amy Whinehouse le iba bien en las ventas. El público no es tonto. Y aunque pueda parecer que está aborregado lo cierto es que sabe gastarse muy bien los dineros y que se lo pensará muy mucho a la hora de hacerlo en una ordinaria que encima ni canta ni baila. No se lleven a engaño, hay ordinarias que triunfan en la tele pero porque es gratis. Otra cosa es gastarse los cuartos en alguien carente de talento salvo el de insultar y provocar.

Un consejo, Bebe. Aprovecha la juventud y belleza que tienes ahora. Dentro de unos años, cuando eso se marchite ya no sólo resultarás ridícula sino también patética.Y no se crean, habrá quienes la defiendan. El gusto por la malas maneras siempre ha existido. El problema es cuando se convierte en ejemplo y en conducta a seguir.

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