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Francia presiona a Merkel para que el fondo ayude directamente a los bancos

¿Funcionará el rescate de los bancos españoles?: inversores y analistas creen que no

¿Funcionará el rescate de los bancos españoles?: inversores y analistas creen que no

jueves 14 de junio de 2012, 11:48h
Pues por desgracia no lo parece, ni siquiera en el corto plazo. ¿A qué se debe? La letra pequeña de las condiciones del rescate bancario ha dado alas a los expertos para señalar que tendrá impacto sobre la deuda y el déficit, y para dudar de la calidad y viabilidad de las cajas que optarán a las ayudas. Y estas dudas se están reflejando en la escalada de la prima de riesgo y la calificación de solvencia de nuestra deuda y del sistema bancario, además de respetar los recelos de otros países en situación parecida.

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Desde el mismo fin de semana que se hizo oficial el rescate de los bancos los mercados han estado influenciados además por una corriente de opinión estadounidense que califica esta acción de solución temporal. La óptica de los anglosajones es que Europa está podrida, como ya lo estuvo su sistema financiero antes, y las filtraciones están terminando por darles la razón. Ahora acaba de saltar a los medios que Francia presiona a sus socios para que el Banco Central Europeo sea el encargado de supervisar la banca y que el Mecanismo Europeo de Estabilidad, el nuevo fondo de rescate de 500.000 millones de euros que entra en vigor el mes que viene, pueda recapitalizar directamente los bancos, según publica el Financial Times. Todo parece indicar que los galos también tienen problemas debajo de la alfombra.

Y es que realmente es complicado que un analista o inversor sofisticado crea que no es una huida hacia delante para un país rescatar parte de un sistema bancario con 'subvención' comunitaria cuando esos mismos bancos son los que están comprando las propias emisiones de deuda pública del país. Y esto ocurre así porque los mercados están cerrados para España: la prima de riesgo se ha instalado desde hace dos años en una peligrosa espiral ascendente, que está culminando en niveles desconocidos, con el bono a diez años en el 7%, y se acaba de conocer que el BCE ha prestado más de 287.000 millones de euros a la banca española, un 80% del total de la financiación a la banca europea por parte del organismo emisor. Todo un récord que ilustra la desconfianza del interbancario para financiar a bancos y firmas de inversión.

El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz lo resumía muy bien al señalar hace unos días que si los bancos son los principales compradores de deuda soberana, el Gobierno podría verse obligado a pedir ayuda a los mismos bancos a los que ahora inyecta dinero para sanearlos con los fondos de rescate europeos."Si el Gobierno español rescata a los bancos y la banca rescata al Gobierno, el sistema se convierte en una economía vudú. No está funcionando y no funcionará", señaló con rotundidad el economista en una entrevista realizada el viernes por Reuters, un día antes que el Eurogrupo hiciera efectivo el rescate a la banca española por un montante de hasta 100.000 millones de euros.

Stiglitz es de la opinión de que la prioridad de Bruselas debería ser la de crear una autoridad bancaria común para toda la zona euro. Si no, no se podrán impulsar políticas que impulsen de nuevo el crecimiento económico, asegura el economista, que fue asesor económico del Gobierno de Bill Clinton, y conocido por sus críticas a las medidas de austeridad impulsadas por Angela Merkel.

El lado bueno: eliminar a las cajas de los políticos

Pero no todo tiene que ser negativo: la injerencia de Bruselas en la política económica española, y las condiciones del rescate financiero han puesto por delante la obligación de que desaparezcan todas las cajas de ahorro para convertirse en bancos. Esas cajas de ahorro tendrán su continuidad en fundaciones, con acciones en los respectivos bancos. Una medida que acabará con el control político de las cajas, y que ningún gobierno de este país ha podido o ha querido poner en práctica. Precisamente los intereses políticos están detrás del inmenso agujero especulativo en que se convirtió el sector inmobiliario, con las cajas como actores e inversores del ladrillo.

El Gobierno prevé que desde Bruselas se exigirá una mayor independencia del Banco de España y una revisión normativa para reforzar sus labores de supervisión. La condicionalidad europea afectará también a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y a la Dirección General de Seguros, por lo que es posible que desde la UE se reclame una modificación de su regulación para reforzar su independencia.
Asimismo, el Memorándum incluirá la exigencia de la profesionalización en la gobernanza de las entidades financieras, es decir, la profesionalización de sus directivos, reduciéndose los dividendos distribuidos a los accionistas y limitando los sueldos de los gestores; un cambio en la estructura de capital, de tal manera que haya una mayor proporcionalidad entre ese capital y el crédito; y, por supuesto, un plan de reestructuración de plantilla y sucursales. La Comisión Europea también obligará a realizar desinversiones y prohibirá que se utilice el dinero del rescate para hacer negocio adquiriendo otras entidades. La clave está en qué entidades son socorridas y si Bruselas considera que hay algunas que no son viables. Según los cálculos del Gobierno, no necesitarán ayuda europea BSCH Banco Santander, BBVA, Caixabank, Bankinter y BBK. Todas las demás cajas de ahorro, a distintos niveles, tienen problemas serios que requerirán de esta intervención europea bajo supervisión del Fondo Monetario Internacional (FMI).


Consecuencias para la deuda y el déficit

Lo que sí está claro, a pesar de la insistencia del Gobierno de Rajoy en negar que rescatar bancos no tenga consecuencias sobre el déficit y la deuda, es que el rescate podría engordar en un 10% la deuda pública, lo que podría complicar al Gobierno colocar bonos a un precio razonable en los mercados financieros y como consecuencia, podría verse obligado a pedir ayuda a las mismas entidades financieras a las que ahora está ayudando, una situación en la que el país, además, está sometido a las duras condiciones de ajuste del déficit impuestas por el pacto fiscal.

En la prensa estaounidense, el fin de semana ha sido un caldo de cultivo para aventurar cuánto va a durar el euro. El primero en salir a la palestra fue el famoso multimillonario Jim Rogers: "El rescate a la banca española es una locura, hay que dejar quebrar al país". Sus declaraciones a la CNBC pronto empezaron a ganar adeptos en los medios de comunicación norteamericanos. Tanto su receta como sus explicaciones. "Lo que están haciendo es quitar los bienes a las personas competentes para dárselo a las personas incompetentes... es una moral absurda, la forma de que un sistema funcione es permitir a la gente competente entrar y hacerse cargo de los activos, reorganizarlos y volver a empezar". Así que para Rogers todo aboca a un megarescate futuro, pues sólo se da una patada hacia delante al problema al "crear más deuda para solucionar el exceso de deuda".

En el mismo foro, tampoco auguraba mucho futuro al préstamo a la banca Mohamed El-Erian, consejero delegado de Pimco. "El paquete no rompe el vínculo creciente y problemático entre los débiles bancos españoles y la deteriorada solvencia de su deuda", decía el mayor gestor privado de fondos del mundo, para quien la acogida ha sido "decepcionante". "Esto debería recordar a los políticos europeos que cuanto más erosionada está la credibilidad de la política, más difícil es conseguir que el sector privado comparta sus planes".

La revista Time hablaba de que "el rescate bancario no hará sino aumentar la deuda del gobierno, agravando la preocupación entre los inversores sobre la salud de las finanzas del país, haciéndolos más reacios a mantener la deuda pública española y eso, a su vez, hará más difícil para España financiarse a tasas de interés asequibles". "En otras palabras, el rescate bancario sólo puede hacer otro plan de rescate del gobierno español más probable", añadía.

Para la publicación, el miedo a una gran intervención de la economía se basa en las "pobres" perspectivas económicas, que hacen sospechar que el país "seguirá necesitando apoyo sustancial". ¿Y la solución? Que salga de su "espiral de muerte", pues mientras la economía siga sumida en el paro y la recesión, la presión sobre los bancos persistirá. La contracción lleva a más quiebras y caídas de los precios inmobiliarios, ampliando el agujero de los balances de las entidades financieras. Ya un día antes, un editorial de The New York Times apuntaba en la misma dirección, asegurando que es "inevitable" un segundo rescate. Es muchísimo más que una opinión aislada, como confirma Reuters. Según su última encuesta entre economistas de EEUU y Europa, España seguirá pronto los pasos de Portugal, Irlanda y Grecia y pedirá un rescate internacional para su deuda pública. En concreto, 35 de 59 analistas consultados dicen que es"probable" o "muy probable" que el país necesite ayuda internacional para financiarse en los próximos 12 meses, mientras que sólo los 24 restantes lo ven como "improbable". Estos resultados contrastan con los de un sondeo en abril, que arrojó una posibilidad de apenas una entre cuatro de que España fuera a necesitar una intervención.
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