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El coletudo cortó tres orejas, Uceda y Vicente una sin peso

Colmenar Viejo: Puerta Grande para López Simón y petardo presidencial

martes 28 de agosto de 2012, 23:40h
Cuatro toros de RAMÓN CARREÑO (el 2º como sobrero, sustituyendo a uno de este hierro devuelto por inválido); 4º de ROMÁN SORANDO y 6º, sobrero, de HEREDEROS DE MANUEL IBÁÑEZ (sobrero en sustitución de otro inválido de Carreño), muy mal presentados, descastados y nobles, sin fuerza, 2º, 5º y 6º, sospechosos de pitones. UCEDA LEAL. oreja protestada; silencio. IVÁN VICENTE: silencio; oreja. LÓPEZ SIMÓN: dos orejas; oreja. Plaza de La Corredera, Colmenar, 28 de agosto, menos de un cuarto de entrada.
  • López Simón inicia la faena al cuarto

    López Simón inicia la faena al cuarto
    1 Juan Muñoz

  • Presidente (en medio), veterinaria y asesor

    Presidente (en medio), veterinaria y asesor
    2 Juan Muñoz

  • El banderillero Campano intenta levantar al quinto toro, de sospechosa cuerna

    El banderillero Campano intenta levantar al quinto toro, de sospechosa cuerna
    4 Juan Muñoz

  • El segundo toro lidiado y sus ¿pitones?

    El segundo toro lidiado y sus ¿pitones?
    3 Juan Muñoz

Han acabado, desgraciadamente con la otrora torista plaza de Colmenar Viejo y acaban con la Fiesta. ¡Por estas! Los taurinos, digo/escribo. Eso sí con la complicidad de las autoridades -cómo nos acordamos del grito de guerra del pobre Salva, del tendido 7 venteño: "¿a quién defiende la autoridad?"; pues desde luego a los aficionados, no-. Y este paupérrimo festejo que cerró una paupérrima feria no iba a ser excepción. Menos mal que nos redimió la fragante torería de López Simón -foto primera- con un sólido triunfo.

El chaval, todo un soplo de aire fresco en tanto coletudo clónico, apostó por la ilusión y la entrega, sí; pero también por la ortodoxia y el clasicismo frente al anovillado tercero, que al menos obró el milagro de tenerse en pie. Inició su labor con la flámula clavado de hinojos en el centro del ruedo, muleteó en redondo con temple y ligazón -también en menor grado al natural-, amén de quietud mando, relajo y tersura antes de despenarlo y echó en el esportón dos orejas.

En verdad en verdad digo/escribo que con una bastaba por la podredumbre de presencia y fuerza del burel, pero como este presidente de rimbombante nombre, Don Gonzalo Julián de Villa Parro -foto segunda-, practica la elegancia social del regalo, pues al espada le cayeron las dos. Y otra en el sobrero sexto, un zamacuco feísimo y de romos pitones tan inválido como el que sustituyó, y al que calificarle de descastado es hacerle un favor, ante el cual el coletudo se pegó un arrimón.

Un usía protagonista negativo

Hubo otros dos óbolos del usía -coprotagonista en su parte negativa, de la tarde junto a Simón- a Uceda Leal, en el invalidísimo que abrió festejo y a Iván Vicente con el aún más ídem quinto -foto cuarta-, sospechoso de cuerna, por dos faenitas de escaso fuste y escaso floreo de pañuelos -¿sabe contar Don Gonzalo?-. Ambos coletudos ni siquiera pudieron apuntar algo semejante a un pase con los otros superinválidos de su lote, con el agravante del sobrero corrido en segundo lugar, prácticamente acorne y no sospechoso, no; convicto y confeso de afeitado como puede comprobarse en la tercera foto.

Y es que, amén de regalar orejas -como en anteriores tardes, hundiendo más el ya poco prestigio de Colmenar, que sólo defiende un puñado de sufridores aficionados- y mantener en el ruedo a animales sin trapío -la veterinaria, bien, gracias- e inválidos, el usía se marcó una devolución al corral del segundo ¡en el último tercio!. Sí, cuando Iván Vicente muleteaba a tal birria, algo insólito, aunque no ilegal. Y es que la parroquia se puso tarasca, los gritos de "fuera del palco" arreciaban y Don Gonzalo, único asistente que no había visto hasta entonces la supina invalidez del bicho, en prevención de males peores tiró de moquero verde, redondeando así una 'gloriosa' tarde y 'desolé'.    
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