La gran Amaya Curieses 'actualiza' a un clásico como Dürrenmatt con "Todos mienten"

En estos momentos de crisis no sólo económica y política, sino también de valores, ningún título mejor que "Todos mienten", aunque ya Dürrrenmat es un clásico en estas profundas obras de denuncia de situaciones que muchas décadas después siguen produciéndose, que se veían venir sin necesidad de ser un pitoniso. Pero, además, es una propuesta "escénica, atrevida y rompedora", que nos ofrece Amaya Curieses, después de una intensa adaptación de la obra del suizo, "La muerte de la Pitia".

En su desarrollo vemos cómo a través de dos actrices, Amaya e Irene Curieses, se va a desenvolver todo un mundo de falsedades, mentiras, engaños pero, al mismo tiempo, ciertas verdades, que nos van a recordar, de forma muy próxima nuestro mundo actual. De forma cínica, desenfadada, como un humor que roza, en muchos casos, la propia herida, vamos a ver desfilar, en solo dos cuerpos femeninos, a una infinidad de personajes que han ido marcando esta tragedia única e inmortal.

Y es que, como está más que demostrado, los textos clásicos fueron, son y serán 'per omina saecula saeculorum' una eterna fuente de inspiración. Seres mitológicos, descarnados, desnudos en su impunidad de lejanía, pero tan cercanos como latentes, han dejado tal huella en nuestra memoria emocional y artística que van apareciendo, de vez en cuando, como fantasmas vivos que buscaran una eterna resurrección.

Paniquis, Delfos y otros mitos

Y ya que hemos citado lo del pitoniso, este es el caso ahora de la mítica Paniquis, la pitonisa de Delfos -¿quién no ha oído hablar del famoso oráculo de este histórico lugar griego, un país en el que algo saben y sufren ahora de mentiras, de estafas y de engaños-, cuya lapidaria profecía ha marcado todo un mito en la historia de nuestras vidas. "Matarás a tu padre y te casarás con tu madre", y ahí empezó a crearse el mito de Edipo.

Claro que la inconsciente bruja es ya una anciana, cansada de su oficio y cercana a la muerte. Por eso ha decidido confesar la verdad de sus oráculos. Las palabras son un arma de doble filo, una losa que no deja indiferente a nadie y que marca el destino de todo aquel que cree en ellas. Así le sucedió a Edipo y toda su prole. Con todos estos hilos se teje, entre jueves y domingos, este "Todos mienten", en el Guindalera, cita imprescindible, por ahora en la capital de España con posible gira posterior.