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‘Milagro en casa de los López’, de Miguel Mihura, 50 años después
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‘Milagro en casa de los López’, de Miguel Mihura, 50 años después

lunes 10 de agosto de 2015, 16:10h
No es uno de los títulos clásicos del humorista, guionista de cine, periodista y dramaturgo Miguel Mihura (Madrid, 1905-1977). No te asustes si no lo conoces, porque se estrenó hace ya más de medio siglo (23 de septiembre de 1964 en el Teatro Talía de Barcelona), y desde entonces no había vuelto a representarse. Ha permanecido catalogada en el baúl de los recuerdos teatrales de Mihura hasta que Manuel Gancedo (Madrid, 1973), director y adaptador de la obra, ha tenido el acierto de rescatarla y, en pleno verano madrileño, volver a subirla al escenario de la terraza del Teatro Galileo en donde, al aire libre, y -con showman para el entretenimiento de los prolegómenos y el intermedio de la obra incluidos-, un público posiblemente no muy asiduo al teatro, disfruta con este ‘Milagro en casa de los López’, otro exponente del humor absurdo y rocambolesco del dramaturgo español del siglo pasado.


La historia de ‘Milagro en casa de los López’ es absurda, surrealista, sorprendente en cada momento, pero encierra otras intrahistorias por debajo que el espectador va descubriendo a medida que avanza la obra. Un matrimonio rico, Mercedes y Jerónimo, vive encerrado en su mansión desde hace diez años con sus criados, eludiendo todo tipo de contacto con el exterior por extrañas y rocambolescas razones. El aburrimiento de la pareja en su inmensa mansión (10 habitaciones, jardín...) la lleva a admitir huéspedes en su casa para mantener algún tipo de contacto con el exterior. No por falta de fondos (47 millones de euros tienen en su cuenta corriente), sino por alejar el tedio de sus vidas.

Con la llegada de los dos huéspedes a la casa -Elvira de Jesús y Cristóbal, la criada (Teresa) no puede cogerse un día libre. En el original de Mihura, la chica tiene una cita con un hombre que va a montarle una mercería a cambio de hacerla su amante, a pesar de que ella tiene novio.

En la versión de Gancedo, el tema se actualiza y se transforma, ya que esa cita frustrada por la llegada de los desconocidos es para tener una entrevista de trabajo que le surge a través de una amiga, con alta probabilidad de que ello le permita obtener un interesante contrato en el Reino Unido para ejercer su profesión de ingeniero aeronáutico. El otro criado, Jacinto, es en realidad el cómplice del sr. López que, junto a Cosme -un personaje que no llega a hacerse presente- habían cometido un atraco a una joyería que llevó a Cosme a la cárcel.

Los protagonistas de ese galimatías con fondo surrealista y estrafalarios atuendos son Nuria González (Mercedes);Carlos Chamarro (Jerónimo);Elisa Lledó(Teresa criada); Juan Antonio Molina (Jacinto, criado); Ana Mayo (Elvira de Jesús, huésped que viene de Plasencia); Noé Denia (Cristóbal, el otro huésped, barcelonés) y Chema Trujillo (cocinera y Cundemaro,el showman). Todos ellos se ajustan a sus papeles respectivos.

Teatro y algo máss

La escenografía la configuran un par de sillones relax, un sofá blanco con mesita en el centro y dos laterales con sendas lámparas. Sobre la pared del fondo del salón cuelgan también dos grandes televisores de plasma.

Desde el 8 de julio pasado y hasta el próximo 29 de agosto ‘Milagro en casa de los López’ estará en la terraza del Teatro Galileo. La compañía tiene ya casi ultimada gira para el otoño y pretende volver a Madrid en enero próximo. A ver si es verdad porque los tiempos que corren no son precisamente alentadores para las giras teatrales y montajes estupendos, con mucho trabajo detrás, incluso con éxito en temporada, que se las ven y se las desean para tener un mínimo de bolos que permitan rentabilizar tanto esfuerzo previo. En todo caso, espero que en la gira se caiga del proyecto la compatibilidad con el tapeo -incluso la cena- como sucede ahora en el Galileo porque, aunque es cierto que atrae a un público inhabitual en las salas de teatro, no lo es menos que aleja al tiempo a los asiduos, a quienes resulta intolerable aguantar los sonidos de vasos, botellas, platos y humo de los cigarrillos, en medio de la función. En fin, estamos en verano, y vaya lo uno por lo otro...

“Los taxistas de Madrid nunca están para bromas”, dice Jerónimo cuando el criado intenta averiguar la identidad del profesional del volante que ha llevado a los huéspedes hasta la casa. Los taxistas no sé, pero los madrileños seguro que sí, porque el sábado pasado llenaban la terraza del Galileo y aplaudían a rabiar el trabajo de los actores y la dirección que han sabido materializar sobre el escenario el teatro del absurdo que el mejor Mihura escribió durante tantos años y que, en los últimos tiempos, no sé muy bien por qué, no se representa con la asiduidad que merece. Otro tanto puede decirse de sus colegas y coetáneos Jardiel Poncela, Alfonso Paso o Alejandro Casona, por poner solo algunos nombres. Quedamos a la espera.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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