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Mitos sobre el BDSM: bondage, dominación, sadomasoquismo...
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(Foto: LELO)

Mitos sobre el BDSM: bondage, dominación, sadomasoquismo...

viernes 27 de julio de 2018, 12:38h

Bondage y Disciplina, Dominación y Sumisión, Sadismo y Masoquismo son las siglas que componen una de las prácticas sexuales más desconocidas: el BDSM.

Creado a principios de la época de los 1990, se celebra el día internacional del BDSM, un grupo de prácticas y fantasías sexuales sobre las que todavía existen muchas dudas.

Los 4 mitos del mundo BDSM

El éxito de la trilogía '50 Sombras de Grey' disparó el interés y el lanzamiento de productos eróticos diseñados para este tipo de prácticas como máscaras, arneses, fustas o grilletes que experimentaron un crecimiento de ventas de hasta un 50% tras el lanzamiento de la primera película.

Sin embargo, la adaptación cinematográfica de la obra de E.L. James dibujó de manera errónea la realidad de las relaciones BDSM, creando falsas expectativas. LELO hace un repaso a los mitos más extendidos:

  1. Mentalidad “desviada”: es muy común pensar que la gente que lleva a cabo este tipo de prácticas tiene algún tipo de problema o trauma psicológico. De hecho, la RAE define el concepto de “sadomasoquismo” como la “perversión sexual de quien goza causando y recibiendo humillación y dolor”. Sin embargo, esto dista mucho de la realidad, ya que según un estudio del Journal of Sexual Medicine, no hay diferencias en la salud mental entre las personas que practican relaciones del ámbito del BDSM y personas que mantienen relaciones sexuales convencionales.
  2. Es una práctica abusiva y destructiva: única y exclusivamente si se realiza de manera incorrecta. La idea generalizada en torno a esta práctica consiste en infligir dolor a otra persona sin ningún motivo. Sin embargo, las relaciones BDSM se rigen por un reglamento conocido por las siglas SSC (Seguro, Sensato y Consentido); es decir, todas las prácticas que se llevan a cabo se especifican previamente y son consensuadas por ambas partes. Además, se establece un código de seguridad (generalmente una palabra) mediante el cual cualquiera de los participantes puede detener la acción de manera inmediata.
  3. Control: la historia entre Christian Grey y Anastasia Steele ha propagado de manera errónea la creencia de que una relación sexual BDSM extiende su control más allá de los límites de la sexualidad, llegando a controlar otros aspectos de la vida diaria. Este es un grave error que la comunidad BDSM se esfuerza en desmentir, puesto que el juego de control se limita única y exclusivamente a la relación sexual.
  4. Los roles: una de las creencias más extendidas reside en el hecho de que los roles están fijados acorde al sexo de los participantes. En otras palabras, se ha extendido la creencia de que el hombre siempre se encuentra en una posición dominante, mientras que la mujer es siempre la sumisa. A pesar de que este juego de roles pueda ser la tendencia predominante, es crucial destacar el hecho de que los roles van acorde a las preferencias sexuales, es decir, tanto hombres como mujeres pueden experimentar placer jugando cualquiera de los dos roles, por lo que depende de una preferencia que en ningún caso va asociado al sexo del participante.

“Somos millones de personas en este planeta sin que existan dos seres humanos idénticos. Por tanto, la diversidad es una parte fundamental de nuestras vidas, tal y como demuestran los gustos culinarios, musicales u otras tantas cosas”, señala Alberto Gooding, responsable de comunicación de la marca de juguetes eróticos LELO. “Los gustos sexuales no son menos, ya que cada persona entiende, descubre y siente el placer de forma distinta. Desde LELO, defendemos el BDSM con una forma alternativa de obtener placer tan válida como cualquier otra, a pesar del oscurantismo, incertidumbre y falsedad que lo rodea”, añade.

La situación actual de la comunidad BDSM en España es muy difícil de determinar ya que no hay datos concretos. Sin embargo, desde LELO estiman que el perfil del practicante BDSM en España se corresponde con una persona de 35 años de edad, mayoritariamente mujeres (un 55%, frente al 45% de hombres). “El temor a no ser aceptado por el entorno y la dificultad de explicar de manera correcta en qué consisten este tipo de prácticas son los principales miedos a los que la gente se enfrenta a la hora de hablar libremente sobre su predilección por el BDSM”, comenta Gooding.

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