Una reclusa de Pamplona logra que le permitan tener el satisfyer en la celda

Pocos objetos pueden llevar los reclusos cuando ingresan en prisión, pues existe un catálogo de objetos prohibidos para evitar riesgos.

Pero en este listado no figura el satisfyer, uno de los juguetes sexuales más demandados en la actualidad.

Y es precisamente este juguete el que una reclusa de Pamplona quería llevar consigo pero se le denegó durante el registro de su ingreso.

Pero en vez de dejarlo pasar decidió protestar y elevó el caso a los tribunales penitenciarios y le han dado la razón.

Puso en manos de su abogada lo ocurrido y finalmente la magistrada de Vigilancia Penitenciaria ha permitido a la reclusa que tenga en su celda el satisfyer.

La cárcel lo denegó por motivos de seguridad

Según ha informado el diario 'ABC', el centro penitenciario justificó su negativa por motivos de seguridad por considerar que el juguete sexual podría suponer un riesgo para los internos y para el personal de la prisión.

La dirección del centro insistió en que un mal uso o el uso compartido de este tipo de accesorios puede propagar enfermedades entre las presas y expone a patógenos al personal de la cárcel si tienen que manipularlo.

Por su parte la presa insistió en que su peligrosidad es "nula" y que además no está recogido en el catálogo de objetos prohibidos.

La jueza de Vigilancia Penitenciaria decidió fallar a su favor en un auto firmado el pasado 23 de junio.

Eso sí, la autorización tiene condiciones, pues no podrá hacer un mal uso como compartirlo, sólo podrá utilizarlo cuando haya intimidad y deberá preocuparse por su higiene, es decir, lavarlo adecuadamente.

La magistrada además ha indicado que es una opción válida para cualquier presa que lo solicite: "Cada interna podría tener, en caso de adquirirlo, su particular 'satisfyer' siempre que se atuvieran al respeto de las condiciones que se imponen; pues no resulta un objeto prohibido ni peligroso", ha remarcado en el fallo.