Hungría se 'blinda' completamente ante la llegada de refugiados a sus fronteras, que lejos de disminuir, sigue aumentando. Además de las leyes que aprobó para criminalizar a los que entrasen de forma ilegal en el país, fuesen refugiados o no, ahora ha dotado al ejército de más poder en la gestión de la crisis humanitaria en sus fronteras. El Parlamento ha decretado que los militares podrán utilizar material no letal, como pelotas de goma y gases lacrimógenos además de poder participar en el control fronterizo junto con la policía. También les da permiso para bloquear carreteras o restringir el tráfico. Estas nuevas leyes se suman a la construcción de vallas en sus fronteras con Croacia, Serbia y Rumanía, todo para frenar el paso de migrantes.