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'Amor Fati o cómo llegué a operarme de glaucoma': recuerdos telescópicos

'Amor Fati o cómo llegué a operarme de glaucoma': recuerdos telescópicos

martes 03 de abril de 2018, 19:54h
Interpretada por unos divertidos Cristina Bertol, Josep Maria Riera, Horten Soler y Montse Gabriel, acaba de estrenarse en la Sala Nave 73 'Amor Fati o cómo llegué a operarme de glaucoma', el primer texto de Yaiza Ramos, una comedia insolente y cínica, en un montaje muy dinámico que ella misma dirige. Se trata de un texto de autoficción -también, al parecer, con bastante de autobiográfico-, y con dosis de realismo y surrealismo a partes iguales en donde se cuenta cómo ve una adolescente (el alter ego de Yaiza Ramos) la fatalidad de descubrir que los malditos genes son los causantes del glaucoma que padece.

Una canción punki, con letra provocadora -como corresponde al género- proclama que Dios ha muerto poco antes de que la oscuridad total se adueñe del escenario, y vayan apareciendo después, uno a uno y enfocados por una linterna, los personajes de 'Amor Fati', la propia Yaiza, sus padres, y una alemana, Brigitte, que ha alquilado el local que antes fue un bar en pleno barrio gótico de Barcelona, para pasar a convertirse en una tienda de souvenirs para los turistas que acuden a la Ciudad Condal y que buscan artículos de cierta calidad.

"¿Yaiza Ramos?, ¿ha venido Yaiza Ramos? Tiene que presentar su 'treball de recerca…'". La voz de la profesora de Yaiza reclama su presencia en el aula para exponer un trabajo escolar fin de curso (el treball de recerca), en el que la alumna adolescente quiere explicar la sucesión de hechos, impresiones, recuerdos, frustraciones y anhelos vividos por ella, hija de madre cordobesa y padre gallego, que un buen día se conocen en un bar de Barcelona, donde el padre trabaja como camarero. Allí surge todo (boda, hijos, separación…), y ese es también el origen de la enfermedad genética y hereditaria, el glaucoma, que padece Yaiza, que avanza inexorable, reduciendo paulatinamente el campo de visión de quien la contrae. Y lo hace de forma silenciosa pero contundente, hasta el punto de que si el paciente no se da cuenta de que la padece, su visión en tuvo –o telescópica-, puede acabar inevitablemente en ceguera. Eso le pasó a su abuelo Manolo, a su tatarabuelo…

Y la joven alumna, finalmente, acude al examen y comienza a dar cuenta de su trabajo -que es tanto como decir de su vida-: "…tengo el placer de presentarles mi trabajo titulado 'Las posibles causas de contraer glaucoma... Un trabail…' es una investigación que debes hacer durante tu etapa de bachiller en cualquier escuela o instituto de Cataluña. Investigación es un ejercicio exhaustivo y… Exacto es algo que decide alguien muy cansado… Cansada es como estaba yo cuando a mis adolescentes 18 años… Adolescente es alguien que es casi adulto… Adulto es una persona responsable… Los adultos pueden ser masculinos, y ser hombres, o femeninos y ser mujeres…".

A partir de ahí, y a lo largo de la hora y pico de función, se recurre obsesivamente en el texto a esas reglas encadenadas de la lógica (silogismos), es decir, del arte de pensar, que desembocan una y otra vez en los recuerdos personales de la alumna, que se centran fundamentalmente en las figuras de sus padres, de sus abuelos, y de aquella Barcelona de la juventud de sus progenitores (inmigración, la ejecución de Puig Antich con un Franco ya casi agónico, la llegada de la democracia…), y de su propia infancia y adolescencia, que han conformado su historia familiar y personal.

El destino final del recorrido vital del alter ego de Yaiza es, pues, tanto un viaje a la España de la Transición, a través de sus usos, sus costumbres, sus canciones (Julio Iglesias, Camilo Sesto, Los Chunguitos…), como a las propias vivencias de la protagonista del montaje, que la llevan a descubrir entre decenas de colirios regados en el suelo de todo el escenario, el origen, la evolución, el desarrollo y las consecuencias del glaucoma, hasta llegar a la conclusión de que sus padres, sus abuelos, sus antepasados en definitiva, no tenían ni la más ligera idea de que podrían transmitir la enfermedad que padecían a toda su descendencia.

La escenografía y el vestuario de Nacho Nava (sencillos y evocadores a un tiempo), las luces de Nacho Rodríguez y la coreografía de Inés López Carrasco, colaboran muy eficazmente en hacer de este primer montaje enteramente firmado por Yaiza Ramos un divertido y nada complaciente análisis de una circunstancia que ha marcado la personalidad de alguien que ha tenido que convivir con una patología ocular que conviene saber que se padece o no. Tan sencillo como acudir al oftalmólogo cuanto antes.

'Amor Fati o cómo llegué a operarme de glaucoma'

Texto y Dirección: Yaiza Ramos

Intérpretes: Cristina Bertol, Montse Gabriel, Horten Soler

y Josep Maria Riera

Escenografía, Vestuario y Diseño gráfico: Nacho Nava

Ayudantía de dirección, Diseño técnico y Vídeos promocionales: Nacho Rodríguez

Coreografía: Inés López Carrasco

Ayudante de producción y Técnica de Luces: Elena Lara-Cortés

Prensa, Comunicación y Redes: Hugo Álvarez Domínguez

Sala Nave 73, Madrid

Domingos 1, 8, 15, 22 y 29 de abril de 2018

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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