One Piece: rompiendo la maldición de las adaptaciones de anime a acción real

“El oro, la fama, el poder. Todo lo tuvo el hombre que en su día se autoproclamó el rey de los piratas, ¡GOLD ROGER!”

Si eras niño (o no tan niño) a primeros de los años 2000 probablemente te suenen estas palabras, pues así comenzaban los créditos de One Piece en nuestro país, emitida en Fox Kids/Jetix y Tele5. Este anime empezó a emitirse en España en 2003 y, de aquellas, muchos no sabíamos que One Piece realmente ¡era un cómic que llevaba publicándose desde 1997!

Y es que efectivamente la mayoría de los dibujos animados japoneses populares tienen su origen en comics (Bola de Dragón, Sailor Moon, Detective Conan). Lamentablemente, y a pesar de ser un éxito de ventas en el país nipón, One Piece no corrió esa misma suerte en España y tan solo unos 250 de sus ahora ya más de 1000 episodios fueron doblados a nuestro idioma. Sin embargo, esto fue suficiente para que muchos españoles nos enganchásemos sin remedio a esta historia y sigamos viendo el anime subtitulado o leyendo el cómic (que en España lleva ya más de cien tomos publicados).

En 2017 se anunció que se estaba trabajando en una adaptación en acción real de One Piece, pero no fue hasta enero de 2020 cuando Eiichiro Oda (autor del manga) confirmó oficialmente que Netflix iba a ser la encargada del proyecto. El proceso de casting y rodaje se vieron retrasados por la pandemia pero, por fin, la primera temporada llegó a la plataforma el pasado jueves 31 de agosto.



Debemos destacar que la mayoría de adaptaciones de anime a acción real (especialmente americanas) han sido, como poco, decepcionantes (Dragonball Evolution, Death Note) así que, cuando se anunció que One Piece se convertiría en serie de acción real, no pudimos evitar preguntarnos ¿Se unirá este live action a la lista de adaptaciones horrorosas, o conseguirá romper la maldición? He de admitir que, a pesar de que el casting me parecía acertadísimo, los primeros avances me dejaron extremadamente frío y no tenía demasiada fe en el proyecto. Pocas veces me ha hecho tan feliz estar equivocado.

One Piece es una serie que captura a la perfección el espíritu del manga, que adapta los primeros doce volúmenes con escasos cambios (y la mayoría de ellos muy acertados) y que logra trasladar una estética estrafalaria y poco seria a la pantalla sin que luzca forzado o ridículo, sin sobresaturar con información y sin nunca perder un endiablado (pero no agotador) ritmo en ocho episodios de una hora.

El live action pudo haber caído en el típico error de intentar ser hiper-realista y por suerte han decidido no hacerlo así. Pelucas rosas, verdes, azules y rojas, accesorios completamente pasados de rosca, coreografías imposibles… One Piece ha decidido ir con todo y la jugada ha salido fenomenal. Aunque tal vez su principal acierto sea el cast. Los cinco intérpretes principales están en su salsa y la química entre ellos es palpable (se nota que se lo han pasado en grande durante el rodaje). Cada uno de ellos desprende verdadero amor y pasión por el material original (aunque, si tuviésemos que quedarnos con una interpretación, sería la de Emily Rudd como Nami).



One Piece no ha sido una serie barata, costando 18 millones de dólares por episodio (por poner en perspectiva, Juego de Tronos costaba unos 15 millones de dólares por episodio) pero cada billete se nota en pantalla: muchos escenarios y barcos se han construido desde cero y el CGI es más que aceptable.

Explicar de qué trata One Piece en un párrafo resulta casi tan inabarcable como sus más de dieciocho mil páginas, pero lo intentaremos. La serie narra las aventuras de Monkey D. Luffy, un chaval con la habilidad de estirarse como si fuese de goma que se hace a la mar con una meta: encontrar el legendario tesoro conocido como One Piece. Si bien se autodenomina pirata, lo hace porque sus metas son la libertad y la aventura. Poco a poco, distintos personajes se unirán a su tripulación (una navegante, un cocinero, un médico, un músico…) y vivirán la mayor aventura contada en un cómic.

Si bien se han batido récords de audiencia (serie más vista de la plataforma el fin de semana del estreno, por encima de Miércoles o Stranger Things), Netflix todavía no ha confirmado una segunda temporada y, de hacerlo, esperamos que mantengan el presupuesto y que cuenten con Jamie Lee Curtis, que es una gran fan.