Crítica de 'The Last of us' 1x06: centauros postapocalípticos

Joel y Ellie se dirigen al Oeste, literal y metafóricamente, en el último episodio de 'The Last Of Us', una nueva maravilla que profundiza en la relación de los dos protagonistas y saca las mejores interpretaciones hasta la fecha de Pedro Pascal y Bella Ramsay.

ATENCIÓN ESTA CRÍTICA CONTIENE SPOILERS DEL EIPSODIO

Tras la explosión con la que terminó el episodio anterior, aquí 'The Last Of Us' vuelve a tomarse un respiro en la acción pero entregando un episodio maravilloso en lo emocional, tomando muchas referencias del género más cinematográfico que existe, el western. La directora bosnia Jasmila Žbanić ('Quo Vadis, Aida?') toma elementos prestados del gran John Ford tanto en los planos abiertos y majestuosos, esas montañas y cordilleras, ese horizonte siempre abierto, como en los más íntimos y personales, los que suponen el corazón de este episodio.

Pero comencemos desde el principio, han pasado tres meses desde el trágico final de Sam y Henry, Joel y Ellie han llegado a Wyoming y se encuentran en una cabaña con una pareja de nativoamericanos, es el primer guiño al western del episodio pero, ni mucho menos, el último. Es más lo que les preguntan (encañonándoles con un arma) es sobre la mejor manera de ir al Oeste.

Una de las mejores cosas de esta serie es que se toma muy en serio a cada personaje que aparece en la misma, es increíble lo bien que te pueden llegar a caer esos dos personajes que no llegan a aparecer ni cinco minutos en pantalla, claro que no son cualquiera sino Graham Greene, de 'Bailando con lobos', y Elaine Miles, la inolvidable Marilyn de 'Doctor en Alaska', con un personaje que podría haber sido la evolución de la recepcionista del Doctor Fleischman, de haber sobrevivido al apocalipsis.

Tras abandonarlos (aunque espero que vuelvana a aparecer) Joel y Ellie no les hacen caso y cruzan el "río de la muerte", tanto Craig Mazin como Neil Druckmann saben jugar con los múltiples peligros de este mundo postapocalítptico, pero no se encuentran la muerte sino a Tommy, el hermano de Joel. Vive en Jackson, un poblado que parece totalmente sacado del mítico Oeste con tipos que cabalgan a caballo y portan rifles y revólveres. Eso sí, entre banderas americanas, el pueblecito es una comuna que funciona "jodidamente bien", en palabras de Ellie. Es la primera vez, más allá del utópico sueño de pareja de Bill y Frank, que vemos una comunidad que funciona medianamente bien en este destartalado mundo.

Podría ser un destino final más que aceptable para ambos pero los dos protagonistas ya han llegado a una conclusión evidente, su seguridad personal ya no es lo más importante y sí la posible vacuna que se puede obetener a partir de la inmunidad de Ellie. La gran pregunta de la serie sigue siendo "¿qué estás dispuesto a sacrificar para salvar (o al menos intentarlo) el mundo?" Pero para conseguir ese propósito general primero tienen que aferrarse a algo que valga la pena ese sacrificio, Joel sigue lastrado por no haber podido salvar a su hija, pero Ellie le está recordando que ser humano es mucho más que sobrevivir. Por primera vez le vemos abrirse y reconocer sus miedos y sus debilidades ante su hermano, también empieza a sufrir ataques de pánico. Joel vuelve a tener una razón para luchar y sacrificarse y eso da mucho miedo. Ellie se quita también por primera vez su máscara de niña malcriada para venir a decirle que es casi la única familia que conoce.

Tras un enfrentamiento, Joel recapacita y decide seguir a su lado, a pesar de que sepa que su hermano sería un acompañante más seguro, ya ha llegado a la misma conclusión que Ellie, si hay que sacrificarse, mejor hacerlo al lado de alguien a quien se ama. Žbanić se luce con varios planos y secuencias que traen a la mente la gigantesca 'Centauros del desierto', otra película sobre un tipo hosco y malhumorado en busca de una redención. Eso sí, no sabemos si al final el destino dejará a Joel vagando eternamente mientras paga por sus pecados o le concederá su deseo de una granja de ovejas en la Luna.