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Teatro Nada que perder
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Teatro Nada que perder

'Nada que perder', un intencionado thriller sociopolítico sobre la España actual

lunes 21 de diciembre de 2015, 19:04h

Un profesor de filosofía con su hijo desempleado; una funcionaria corrupta asesorada por una especie de couching (entrenador) ante los tiempos adversos porque su comparecencia en los tribunales esya más que probable;un responsable de cobro de deudas formando a uno de sus empleados;un concejal, prototipo de hombre actual de partido, que no ha ejercido otro oficio distinto al de político en su vida, duramente recriminado por su madre; o una madre y un hijo que están a punto de ser desahuciados… Historias, en definitiva, de nuestros días, convenientemente enlazadas sobre temas de plena actualidad cuya representación -¡paradojas de la vida!- pudimos ver en la Sala Cuarta Pared el sábado, 19 de diciembre, el día de reflexión para los ciudadanos que, al día siguiente, teníamos que elegir a nuestros representantes políticos para los próximos cuatro años.

Podría tacharse de oportunista a esta pieza dramática, ‘Nada que perder’, una historia de serie negra que reúne en ocho episodios (en realidad, ocho interrogatorios) y un epílogo toda una trama corrupta de empresarios y políticos, de funcionarios represaliados y hasta de asesinatos, pero sería injusta esa apreciación. Oportunista, no, pero parcial, sí, porque las únicas citas explícitas que se hacen en el epílogo de la obra que ha dirigido Javier G. Yagüe -también autorde la obra, junto a Quique y Yeray Bazo y Juanma Romero-, y producido la compañía del propio teatro, apunta a los dos partidos que se han alternado en el poder en nuestro país desde 1977 y ese solo gesto hace de esta una obra partidista, parcial, y hasta maniquea (los unos y los otros, los malos y los buenos), cuando la experiencia política e histórica universal nos demuestra permanentemente que la gente se aferra al sillón, independientemente de la ideología de la que provenga. Esa es, por supuesto, una opción legítima de los autores que, sin embargo, creemos que han desaprovechado una gran oportunidad de hacer mucho más universal una obra que está técnicamente muy bien construida, y en un montaje también muy bien resuelto e interpretado.

La voz de la conciencia

Efectivamente, Marina Herranz, Javier Pérez-Acebrón y Pedro Ángel Roca, asumen brillantemente todos los papeles que tienen cabida en este montaje, el de las parejas de personajes implicados en las distintas tramas argumentales que recorren el montaje: policía y sospechoso, el filósofo y su hijo, abogado y empresaria, jefe y empleado, madre e hijo a punto de ser desahuciados, psiquiatra y paciente… Pero hay, además, un tercer personaje que aparece en todos y cada uno de los episodios, un personaje imaginario -bastante brechtiano- que actúa de contrapunto racional y objetivo, una especie de conciencia colectiva, frente a la situación que se plantea en cada escena. Un personaje que apabulla a preguntas, no a la conciencia de los personajes protagonistas, sino también del espectador.

El montaje, que se desarrolla con una escenografía sencilla, que firma Silvia de Marta (apenas una mesa, un par de sillas para los interrogatorios, y papeles y más papeles esparcidos por todo el escenario, ya que los hechos suceden bajo una huelga de basuras), con una iluminación, de Alfonso Ramos, que combina los amarillos y azules con varios tubos de neón asimétricamente situados en el fondo y a los lados del escenario, inunda de preguntas al espectador a una velocidad vertiginosa, más propia de un film o de una serie de televisión; pero supongo que esa es una circunstancia deliberadamente buscada por su director Javier G. Yagüe. Al fin y al cabo, lo que se busca es despertar la conciencia crítica del espectador que, a veces, asiste adormecido a ciertos hechos que le afectan personal y colectivamente.

En conjunto ‘Nada que perder’ parte de una propuesta interesante pero, a nuestro juicio, excesivamente enfocada al aquí y ahora, lo que, convenientemente revisado por sus autores, podría evitarse muy fácilmente y extender temporal y espacialmente una realidad política y social, la del abuso de poder, la corrupción y la ambición, que ha recorrido siempre monarquías, repúblicas, y cualesquiera otras formas de poder que en el mundo han sido, son y serán.

‘Nada que perder’

Dramaturgia: Quique y Yeray Bazo, Juanma Romero, Javier G. Yagüe

Dirección: Javier García Yagüe

Intérpretes: Marina Herranz, Javier Pérez-Acebrón, Pedro Ángel Roca

Fotografía: Daniel Martínez López

Ayudante de dirección: Elvira Sorolla

Utilería y vestuario: Cuarta Pared

Realización de escenografía: Richard Vázquez

Producción, distribución y comunicación: Cuarta Pared

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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