En el pecado llevó la penitencia. Sí, porque el citado usía, malo como todos los que sufrimos en la Monumental, no debió conceder el trofeo a De Manuel tras su primer novillo. Es verdad que el jovencísimo chaval, de tan sólo 17 años, que repetía en Las Ventas, donde el pasado día 1 tuvo idéntico balance, anduvo con la entrega que deberían tener todos los novilleros y con valor a pesar de la paliza que sufrió al ser volteado en un par de ocasiones, librándose del percance milagrosamente. Es verdad.
Y que merced a ello, hubo emoción porque el burel desarrolló algo de genio y se vino poco arriba, y el coletudo no se arredró, plantándole cara e incluso logrando estimables muletazos por ambos pitones antes de un espadazo desprendido entrando con decisión. Pero todo ello insuficiente mérito para la oreja, que se pidió con fuerza pero tampoco con una abrumadora mayoría. O sea que nada hubiera pasado si el presidente –malo, como todos- no le concede el trofeo.
El problema se le reveló tras la labor, algo más entonada en lo artístico del novillero llevándose al descastado bicorne al platillo para obligarle y extraerle un par de buenas series en redondo, intentarlo por la izquierda sin acoplarse y volver a la mano derecha con el novillo ya rajado y en tablas, donde le despenó con otro espadazo similar. Una buena faena a secas con apuntes de toreo clásico.
Pero como el desparpajo del chaval, que banderilleó espectacularmente, cala en el público, donde había muchos partidarios, hizo que afloraran los mismos moqueros que antes. Y el señor De Villa, que ahora acertó al no concederle la oreja, se llevó un broncazo de categoría. Que hubiera evitado sin el óbolo con que obsequió una hora antes a un chaval que dejó su impronta prometedora.
Se salva de la quema por poco, ya que el encierro de Fuente Ymbro dio el juego suficiente para que la terna se hubiera hartado de disfrutar toreando. Y si De Manuel aprueba, no así sus compañeros Marcos y Alejandro Gardel, que para más inri se presentaban. Los dos, insustanciales, conformistas y escasos de ilusión y ganas de comerse al mundo –o a los novillos- en sus respectivas labores, como si ya tuvieran cortijos.
Además de adalides de todos los trucos del toreo posmoderno: siempre al hilo del pitón, siempre en línea recta, nunca rematando los pases ni ligándolos etcétera. Sí, claro, como las figuras, a las que imitan. Pero éstas, con o sin razón, ya están en la cumbre,donde pueden seguir milenios si los punteros del escalafón inferior son así: nueve hicieron el paseíllo en el abono isidril y sólo aprobó uno.
FICHA
Novillos de FUENTE YMBRO, de excelente presentación, noblotes y manejables en general. MARCOS: silencio; silencio. ALEJANDRO GARDEL: ovación tras aviso; silencio. FRANCISCO DE MANUEL: oreja; vuelta. Plaza de Las Ventas, 25 de mayo, 19ª de feria. Algo más de media entrada.
Crónica del festejo anterior