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Del Álamo pasea la oreja que cortó a su segundo enemigo
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Del Álamo pasea la oreja que cortó a su segundo enemigo

Corrida de la Prensa: oreja justita para Del Álamo en tarde de mulos con cuernos

>Descastadísimo y grandullones lo de Pedraza, que impidieron lucirse a Escribano y Leal

martes 17 de mayo de 2016, 22:25h
La terna de la corrida de la Prensa -un fiasco como casi siempre- se dedicó a 'mulear'... Sí, porque el encierro de Pedraza de Yeltes, a excepción del codicioso quinto, que aprovechó Juan del Álamo para llevarse una oreja de escaso fuste, era por tamaño y descaste un conjunto de feos mulos armados de pitones. Frente a los que se estrelló el confirmante Juan leal, que dejó detalles de buen corte, y Manuel Escribano, que no dejó nada.

No diga/escriba Pedraza de Yeltes, no. Diga/escriba desafuero de toros o lo que fueran aquellos animalotes con exceso de kilos –no confundir trapío con volumen y peso- y ayunos de sangre brava. O sea, una especie de borricos o mulos con cuernos, que ni por constitución física por fuera ni por su vacuidad por dentro podían embestir. Ni siquiera topar, sino andar con trote cansino de acá para allá y luego a acullá. Vamos, un desafuero para sus propietarios, que en su fracaso arrastró a la terna, con la bendita excepción de un ‘colorao’ armónico, corrido en quinto lugar, que sin llegar a ser bravo sí que festoneaba bastante codicia y algo de casta.

Lo lidió el coletudo que más orejas ha cortado en esta plaza en las tres últimas temporadas, 8, incluyendo la de esta tarde y la que echó en su esportón el 2 de mayo en la goyesca: Juan del Álamo. Es más, en este tiempo ha hecho 9 paseíllos venteños, con lo que sale casi a un trofeo por tarde, una marca que las figuras no alcanzan ni en sueños. Al salmantino, sin embargo, le falta un aldabonazo fuerte que descerroje la Puerta Grande, de una vez y dispare su carrera.

Dicho/escrito lo cual, y sin olvidar que muleteó con gusto y ligazón a ese único toro de la divisa, más en redondos ligados y ajustados –no siempre- sin llegar a acoplarse al natural y añadiendo algún bello remate y las valientes bernadinas finales… sin olvidar estos méritos, aquello supo a poco porque la embestida noble y repetitiva del burel pedía más arrojo y calidad, una faena más maciza. Además, la espada quedó desprendida y hubo protestas cuando paseó la oreja.

Y aquí se acaba la crónica taurina. Porque el resto del espectáculo fue un quiero y no puedo por parte del propio Del Álamo en el segundo, al que se sumaron sus compañeros Manuel Escribano y Juan Leal –que confirmó alternativa- de forma desigual. Ya que el de Gerena echó toneladas de vulgaridad con capote, rehiletes y pañosa, por lo que incluso debe agradecer que por chiqueros aparecieran sólo mulos y no toros más o menos bravos.

Mientras el francés que sí dejó en el paladar de los aficionados un aroma de espada sazonado y hecho, en detalles sueltos al de la ceremonia, y de valor seco frente al que cerró la tarde, con el que incluso inició la faena de rodillas en el platillo, para nada porque con aquel último mulo, triunfar también era misión imposible.

Ficha de la corrida

Toros de PEDRAZA DE YELTES, desiguales en su mala presentación menos el 5º; nobles y descastados a excepción de ese 5º encastado. MANUEL ESCRIBANO: silencio; silencio. JUAN DEL ÁLAMO: oreja tras aviso con algunas protestas; silencio. JUAN LEAL, que confirmaba alternativa: silencio tras aviso; ovación. Plaza de Las Ventas. Tradicional Corrida de la Prensa, 17 de mayo. Dos tercios de entrada.

> CRÓNICA DEL FESTEJO ANTERIOR

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