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Alejandro Chicharro fue paseado a hombros por el ruedo antes de salir por la Puerta Grande
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Alejandro Chicharro fue paseado a hombros por el ruedo antes de salir por la Puerta Grande (Foto: Emilio Mendes)

Feria de Colmenar Viejo: sigue el desplome de la otrora tierra de toros y exigente afición

sábado 26 de agosto de 2023, 23:45h
Colmenar, quién te ha visto y quién te ve. Lo que fue un ejemplo de tierra torista y afición exigente, a la que costaba mucho convencer para triunfar, hace tiempo que se ha convertido en un bochorno insufrible en todos los sentidos de la tauromaquia. Año tras año va descendiendo su nivel y parece que nunca toca fondo. De ahí que los triunfos no sean reales ni sirvan para nada, como el de Alejandro Chicharro, que salió a hombros tras cortar una oreja facilonga en cada enemigo, en este inicio de la feria.

Esta decadencia se hizo notar en la presentación del encierro de San Isidro, que salvo el que cerró función, anduvo muy justo de trapío en general y fue bochornoso en particular en el corrido en quinto lugar, tan pobre de cabeza que habría desmerecido en una plaza de talanqueras. También en un público festivo y blandito al que todo le vale y se rompe las manos a aplaudir. E igualmente en un palco presidencial practicando la elegancia social del regalo, aunque no hubiera argumentos. Así otorgó sendas orejas más que discutibles a Chicharro que le valieron para descerrojar la Puerta Grande.

El chaval, entregadísimo toda la tarde, tiene buen concepto y un punto artístico, como demostró con la mezcolanza de verónicas y delantales con que saludó al tercero y en un posterior y ajustado quite por saltilleras. También lo apuntó con la muleta en algunas series, aunque se vio desbordado en ocasiones por la casta del novillo. Al usía no le importó que necesitara cuatro descabellos para matarlo. Menos lucido estuvo con el geniudo sardo último, con el que se fajó sin más, pero tampoco le importó al presidente para desenfundar el moquero.

Igualmente dejó detalles de clase el local David López, académico en demasía frente al primero, aunque muy variado con la pañosa, más en el toreo en redondo que al natural, en los doblones, los ayudados por alto y alguna trincherilla. Un punto de frialdad y los fallos a espadas le impidieron tocar pelo. Con el otro no llegó a acoplarse ni a estar a gusto, sufriendo demasiados enganchones.

Claro que para múltiples enganchones, los que sumó Jarocho en el impresentable y casi acorne quinto, que además llegó casi cadáver al último tercio. Con este mínimo nivel de exigencia, es fácil imaginar que si su labor, vulgar y ventajista con capote, banderillas y muleta, ante el otro fue silenciada, pues que lo dice todo.

Destacar por último que dentro de tanto desastre y la caída en picado de la otrora tierra de toros, al menos queda un mínimo punto de esperanza merced a un grupo de jóvenes aficionados de los altos del tendido 5 que fueron los únicos que protestaron lo que lo merecía –presidente incluido, claro- y no se dejaron engañar. Mucho recordaron a los que pudieron ser sus abuelos. Aunque no creemos en los milagros, ojalá cunda el ejemplo.

FICHA

Novillos de SAN ISIDRO, discretos de trapío, excepto el 6º, de magnífica presencia, y el 5º muy chico y pobre de pitones. Todos nobles y el 3º, encastado. DAVID LÓPEZ: vuelta; algunas palmas. JAROCHO –que sustituía al lesionado Manuel Román-: silencio tras aviso; silencio. ALEJANDRO CHICHARRO: oreja tras aviso; oreja. Salió a hombros. Saludó el subalterno Tito tras banderillear al sexto. Colmenar Viejo, 26 de agosto, 1ª de Feria. Un cuarto de entrada.

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