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Profesionales de la psicología de GINSO analizan el impacto del COVID-19 en el alumnado
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(Foto: Pixabay)

Profesionales de la psicología de GINSO analizan el impacto del COVID-19 en el alumnado

martes 26 de mayo de 2020, 15:11h

En este contexto de incertidumbre, en el que aún no sabemos cómo será la vuelta a las aulas, se está debatiendo mucho sobre los recursos económicos, tecnológicos y de personal educativo que serán necesarios tras la desescalada, pero poco de cómo afecta este escenario a los alumnos desde un punto de vista educativo y psicológico. En este sentido, desde la Asociación GINSO y su programa RECURRA Ginso, que trabaja por el bien de la infancia apostando tanto por la prevención como por la intervención, se han analizado los efectos psicológicos que el contexto actual, así como el cambio de paradigma en la educación que se anticipa en los próximos meses, pueden tener sobre niños y adolescentes.

Angustia y ansiedad, principales consecuencias en niños y jóvenes

Sophie Álvarez-Vieitez, Subdirectora Recurra Prevención en RECURRA Ginso, señala que los principales impactos a corto y medio plazo que nos vamos a encontrar, y que ya se están produciendo, en los jóvenes como consecuencia de la situación de crisis sanitaria y la suspensión de las clases presenciales, son la angustia y la ansiedad. A ello se suman dificultades cognitivas como, por ejemplo, dificultades de concentración y para mantener la atención, memorizar, etc., así como alteraciones del sueño y la alimentación, tanto por defecto como por exceso.

En lo más puramente educativo, sobre todo para los más pequeños, un cambio de ritmo y de contacto tan prolongado en el tiempo puede tener consecuencias en el desarrollo social, en cómo se relacionan con sus iguales, puesto que muchos durante estas semanas se han visto privados de contacto con otros niños. En Primaria, además se añade la pérdida de las rutinas, que tan necesarias son y tanta seguridad dan.

Por supuesto, dependerá mucho de cómo haya vivido esta experiencia cada uno y de cuáles sean sus rasgos de personalidad, sus fortalezas, etc. Algunas familias han vivido situaciones dramáticas, por lo que es aún más importante estar pendientes de esos niños y de cómo se encuentran, hablar con ellos sobre sus emociones, validarlas y reconocérselas”, explica Álvarez-Vieitez.

En este contexto, es importante fortalecer el vínculo entre el profesorado y el alumno, fomentar mensajes de cercanía, de ánimo y tranquilidad y, sobre todo, de pertenencia a un colectivo. Desde RECURRA Ginso se recalca además que es necesario adaptar los contenidos y la evaluación y no centrarse en las notas, sino en el aprendizaje.

El papel de la tecnología en este nuevo contexto

Como consecuencia del cierre de los centros educativos y la suspensión de las clases presenciales, la tecnología se ha convertido en el canal principal a través del cual alumnos y profesorado se relacionan. En este contexto, el uso de las nuevas tecnologías ha pasado de ser una opción a una exigencia.

En algunos casos, el personal educativo se ha encontrado ante esta situación perfectamente preparado porque ya venían utilizando las nuevas tecnologías como herramienta en el proceso de enseñanza-aprendizaje, como forma de motivar al alumnado, en la comunicación con las familias e incluso como metodología central en algunos centros educativos en los que se trabaja a través de dispositivos digitales. Sin embargo, otros profesores se sienten perdidos en este mundo cada vez más tecnológico. Uno de los motivos es que el personal docente pertenece a generaciones muy distintas y también depende del centro educativo; algunos llevan años apostando por introducir la tecnología en su método educativo, y por tanto su profesorado está mejor formado en este tema, y otros no tienen recursos para conseguir esta modernización.

En cualquier caso, las nuevas tecnologías son ya parte de la educación, sin por ello rebajar la importancia de las clases presenciales. Ambas habrán de convivir, complementarse y enriquecerse. “Es por ello por lo que, ahora más que nunca, se hace fundamental una formación específica para que ningún profesor se quede atrás y todos puedan actuar con las referencias y conocimientos técnicos suficientes. Ello repercutirá positivamente en la educación de los niños y adolescentes de nuestra sociedad”, incide Cristina Arana, psicóloga educativa de RECURRA Ginso.

Una oportunidad para los alumnos

Desde el punto de vista del alumno, la ausencia de educación presencial y la mayor presencia de nuevas tecnologías requiere dosis más altas de responsabilidad y autonomía en el entorno educativo. Este hecho está reforzando el papel activo y responsable del alumnado en los casos en los que la motivación académica está presente.

En este contexto de educación no presencial, la motivación es un tema especialmente complejo, tal y como explica Sophie Álvarez-Vieitez: “Por un lado, la tecnología les atrae mucho y ese puede ser un as en la manga, sin embargo, el adolescente que no estaba motivado académicamente, que estudia porque es lo que toca y no tiene una motivación intrínseca, va a estar aún más desmotivado ahora porque va a percibir que tiene que trabajar más. En este nuevo escenario, los adolescentes tienen un papel más protagonista que nunca en su propio aprendizaje, más activo, por lo que sin actitudes proactivas se les hará más difícil cumplir con los objetivos de aprendizaje”.

En este sentido, desde RECURRA Ginso inciden en la importancia de la labor del profesorado en esta etapa; cuyo objetivo debe ser conseguir transmitirles interés por las asignaturas, ayudando así a que se involucren en ella.

“En consecuencia, pueden mostrar mayor interés, curiosidad, desarrollar su creatividad, poner en práctica el pensamiento crítico, mejorar la comunicación. Y aumentar su autonomía y responsabilidad. Algunos alumnos aumentarán su autoestima y su confianza en sí mismos, puesto que se sentirán más seguros en este nuevo escenario”, recalca Sophie.

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