Tras los sondeos, que no son fiables absolutamente pero indican la tendencia general, ha comparecido Marine Le Pen con un afán triunfalista y arrogante, que por otra parte se esperaba y siendo ella ahora precisamente la prepotente: "Es tiempo de liberar al pueblo francés de su élite arrogante". Después, ante sus seguidores celebrando lo que sí es seguro, que pasará a la segunda vuelta del 7 de mayo, ha mostrado su alegría.
Amén de solicitar al pueblo galo que no desaprovechen, ese 7-M, "esta oportunidad histórica". Porque, según ella, la supervivencia de Francia está en juego: "Yo soy la candidata del pueblo. Lanzo un llamamiento a todos los patriotas vengan de donde vengan".
Auque los sondeos le daban el primer puesto, para el novato en este tipo de comicio Emmanuel Macron, ha sido un enorme éxito quedar en segundo lugar y, sobre todo, pasar a disputarle la presidencia a Le Pen. De ahí su euforia cuando delcaró que quería hacer a Francia más fuerte y que, para ello, necesitaba los votos en la segunda vuelta: "Quiero ser el presidente de los patriotas contra la amenaza de los nacionalistas".
Hamon pide el voto para Macron
Ya desde las primeras estimaciones basadas en las encuestas a pie de urna, Benoit Hamon, el candidato socialista, anunciara de inmediato su dimisión tras conocerse esos resultados parciales. Además, pidió el voto en ese mismo instante para Macron, puesto que explicó que se trataba del rival, pero no del enemigo político, que era la ultraderecha de Le Pen, a quien señaló clara y contundentemente como el mal a superar en esa segunda votación el domingo 7 de mayo.
El resto de los candidatos
También acertaron esta vez las encuestas, no como en el Brexit o las elecciones norteamericanas, con los otros candidatos. Si bien los sondeos anticiparon el primer puesto para el economista independiente Macron, que fue superado por unas décimas por Le Pen, François Fillon quedó tercero, dejando después de mucho tiempo a los conservadores fuera de la pugna por la República francesa.
Distinta fue la forma de quedar fuera de segunda ronda la del candidato izquierdista Jean-Luc Mélenchon, de abuelo español, murciano. El equivalente al Pablo Iglesias en el país vecino celebra ese cuarto puesto como una pequeña victoria moral al confirmar el 'sorpasso' frente al Partido Socialista, que evidenció que el pueblo galo está harto, decepcionado y desencantado del partido de Hollande, el presidente saliente. Sin embargo, ha sido protagonista por otro tema: no ha pedido el voto para Macron, sino que quiere consultarlo previamente a las bases. Un gesto democrático que ha sido interpretado de manera negativa por parte de la población francesa y los medios.