Tras las reuniones el miércoles de la Fed, del Banco de Japón y del Banco Central de Brasil, ayer fue el turno del Banco de Inglaterra, el de Suiza, el de Suecia y el de Sudáfrica. El Banco Central de Suiza decidió reducir los tipos en un cuarto de punto, al 0,25%, siendo su quinto recorte consecutivo. Sin embargo, su presidente advirtió sobre la elevada incertidumbre económica y señaló que los riesgos inflacionarios siguen siendo bajos. Por su parte, el Banco de Inglaterra decidió mantener su tipo de referencia en el 4,50%, en un contexto de crecientes tensiones comerciales a nivel global.
En su comunicado, la entidad resaltó que la incertidumbre en la política comercial internacional ha aumentado, lo que podría afectar las perspectivas económicas del Reino Unido. Si bien se mantiene una postura cautelosa, el Comité de Política Monetaria indicó que podría ajustar su política en función de la evolución de la inflación y el mercado laboral. El Riksbank de Suecia también dejó sin cambios su referencia clave en el 2,25% y descartó ajustes en el futuro cercano. Los responsables de la política monetaria señalaron que el reciente repunte inflacionario es probablemente transitorio, aunque se mantendrán atentos a cualquier indicio de efectos de segunda ronda. Por último, el Banco Central de Sudáfrica mantuvo el tipo de interés en el 7,50%.
El rand sudafricano se debilitó frente al dólar tras la decisión, reflejando la creciente preocupación por la estabilidad económica del país. Mientras tanto, el Banco Central de Turquía ha endurecido su política monetaria al suspender las subastas de repos a una semana y elevar su tipo de préstamo a un día al 46% desde el 44%. Esta medida busca frenar la volatilidad de la moneda y contener las presiones inflacionarias.