La Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán acoge durante estos días el montaje de ‘Los brutos’, escrita y dirigida por el joven dramaturgo y guionista de cine Roberto Martín Maiztegui (1986). El texto surgió en la temporada 21/22 como consecuencia directa de su residencia en el Dramático (CDN), y ahora ha podido representarse.
A través de una armónica simbiosis de cine y teatro, esta pieza metateatral cuenta a través de su protagonista, Nito (Francesco Carril), un joven residente en el barrio madrileño de Aluche, sus cuitas personales, familiares y de sus amistades más cercanas , esa lucha que ha de librar alguien que no parece predestinado a ocupar el lugar que pretende -en su caso, conseguir hacerse un guionista cinematográfico de éxito-, y superar toda una serie de retos y contratiempos para poder conseguirlo. Probablemente el principal sea precisamente el de no flaquear en su fe para hacerlo, en un ambiente generalmente incrédulo, cuando no hostil a quienes osan adentrarse en un mundo sin poseer el necesario pedigrí.
‘Los brutos’ es una especie de muñeca rusa que contiene varias otras muñecas (léase historias), en su interior, las que relacionan a Nito con sus padres, sus amigos del barrio, sus novietas, sus compañeros de la Escuela de Cine y, más adelante, cuando el joven ya ha conseguido hacerse un nombre en el proceloso mar de la industria del cine y la televisión, con los productores, esos señores -en este caso señora-, tan temidos como amados en cuyas manos está poder sacar adelante los proyectos.
Todos esos personajes que rodean a Nito, encarnado con eficacia, naturalidad y sencillez por Francesco Carril, narrador también de su propia peripecia, están encarnados por Javier Ballesteros (El Rata, un chaval más que espabilado del barrio; Germán, un estudiante de la Escuela de Cine), Ángela Boix (Naza, primera novia de Nito; Productora italiana a la que intenta seducir profesionalmente el protagonista), Olivia Delcán (otra Novia de Nito, la actual), y Emilio Tomé (Tío de Nito; Isra, viejo amigo de la infancia que ahora trabaja como repartidor de una gran pastelería y, por otro lado, Profesor de la Escuela de Cine).
La escenografía de Mónica Boromello gira en torno a dos grandes maquetas (una representa algunos edificios de dos barrios populares madrileños, Aluche y Carabanchel, limítrofes entre sí, y la otra a la Escuela de Cine); la iluminación es de David Picazo, el vestuario de Sandra Espinosa y el sonido de Sandra Vicente.
En la historia no faltan el humor, el costumbrismo, la literatura o la ambición (son la cara A de la aventura), pero tampoco la dureza del camino a recorrer para poder terminar alcanzando el pretendido éxito y los girones que uno tiene que acabar aceptando para hacerlo (la otra cara del asunto, la B, la amarga). Real, pues, como la vida misma. Y a ello hace alusión el título de la pieza, ‘Los brutos’, que es la forma con la que se denomina dentro del mundo del cine y la televisión a todo ese material filmado que se desecha necesariamente después de seleccionar el que finalmente se va a utilizar en la pieza.
‘Los brutos’
Texto y dirección: Roberto Martín Maiztegui
Reparto: Javier Ballesteros, Ángela Boix, Francesco Carril, Olivia Delcán y Emilio Tomé
Escenografía: Monica Boromello
Iluminación: David Picazo
Vestuario: Sandra Espinosa
Espacio sonoro: Sandra Vicente
Ayudante de dirección: María García de Oteyza
Ayudante de escenografía y vestuario: Mauro Coll Piotrowski
Ayudante de iluminación: Alejo Gozente
Tráiler y fotografía: Bárbara Sánchez Palomero
Diseño de cartel: Emilio Lorente
Producción: Centro Dramático Nacional
Teatro Valle-Inclán, Madrid
Hasta el 15 de junio de 2025
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