Los indicadores de actividad económica de la zona euro publicados ayer reflejan un deterioro respecto a marzo, con el índice PMI compuesto descendiendo a 49,5 en mayo desde 50,4 en abril, situándose por debajo del umbral de los 50 puntos que separa expansión de contracción.
Esta es la primera lectura negativa del año y evidencia una desaceleración más aguda de lo previsto. El sector servicios, que ha sido clave en el dinamismo reciente, mostró una debilidad destacada al retroceder hasta 48,9, su nivel más bajo desde enero de 2024. Por otro lado, el PMI manufacturero repuntó levemente hasta 49,4, su máximo en casi tres años, lo que sugiere una cierta estabilización del sector industrial, favorecida en parte por una disminución de los precios de producción. Los datos ponen de manifiesto que la eurozona continúa rezagada respecto a Estados Unidos. Aunque el índice Ifo alemán mostró señales de mejora y la industria da muestras de estabilización, el crecimiento agregado de la zona euro se mantiene por debajo del 1 %, con riesgos claramente inclinados a la baja.
En contraste, la economía estadounidense mantiene un dinamismo relativo superior. En mayo, el PMI compuesto subió a 52,1 desde 50,6 en abril, con ambos sectores, manufacturero y de servicios, por encima de 52. A pesar de las tensiones comerciales, la actividad empresarial parece beneficiarse de una pausa arancelaria, y las empresas están adelantando pedidos ante posibles restricciones a partir de julio.