www.diariocritico.com
Los 10 mejores discos de John Coltrane
Ampliar

Los 10 mejores discos de John Coltrane

lunes 17 de julio de 2017, 18:27h

Hace 50, un 17 de julio, moría uno de los gigantes del jazz, el hombre que junto a Louis Armstrong, Duke Ellington, Charlie Parker y Miles Davis compone el quinteto de figuras mayores de las primeras 5 décadas de esta música. Para homenajear a esta impresicindible figura vamos a repasar 10 de sus discos más representativos.

- Los 10 mejores discos de Miles Davis

Blue Train (1958)

En ‘Blue train’ todavía no se puede apreciar al hombre que iba a revolucionar el jazz poco tiempo después, es un disco ‘hard bop’ de la época pero ya demuestra lo excepcional que es Coltrane tocando. Grabado en septiembre de 1957, cuando Coltrane estaba trabajando para Thelonious Monk, después de haber sido despedido del quinteto de Miles Davis por su adicción a la heroína. Las enseñanzas del pianista le sirvieron para mejorar exponencialmente y dar rienda suelta a su creatividad. En el disco le acompañan sus ex compañeros en la banda de Miles Davis, Philly Joe Jones y Paul Chambers, además del pianista Kenny Drew, el trombonista Curtis Fuller y un joven trompetista que también dejaría grandes cosas por su cuenta en la historia del jazz, Lee Morgan. El momento estelar es, sin duda, la canción que le da título.



Giant Steps (1960)

Publicado en 1960, aunque grabado en 1959, dos semanas después de su participación en el histórico 'Kind of blue' de Miles Davis. A 'Giant steps' se le puede considerar la primera gran obra maestra de Coltrane por su cuenta, además del disco que le consolidó definitivamente como lider por su cuenta. Con siete composiciones propias, tres de ellas se convertirán en estándares ('Giant steps', 'Naima', dedicada a su primera esposa, y 'Mr. PC', dedicada a Paul Chambers). 'Giant steps' es su huida del jazz de acordes y un primer ejemplo de lo que se conoció como 'sábanas o capas de sonido' y los ‘cambios de Coltrane’.



Thelonious Monk with John Coltrane (1961)

Un disco fundamental para entender a Trane. El saxofonista utilizó su tiempo junto a uno de los padres del be bop para ampliar su sonido gracias a la libertad que ofrecía Monk. Publicado en 1961, aunque grabado cuatro años antes ‘Thelonious Monk with John Coltrane’ cuenta con uno de los primeros ejemplos de sus ‘sábanas de sonido’ en la canción 'Trinkle, Tinkle', además de dos espléndidas interpretaciones de dos de los clásicos absolutos de Monk, 'Ruby, My Dear' y 'Epistrophy'.



My Favorite Things (1961)

Con Sonny Rollins retirado, no había duda de que John Coltrane era el mejor saxo tenor del mundo. En 1960 abandonó definitivamente el grupo de Miles Davis, no sin antes recibir un regalo de su líder, un saxo soprano. El instrumento estaba en desuso en el mundo del jazz pero Coltrane decidió investigar su sonido. En el verano de 1960 formó su primer cuarteto con McCoy Tyner al bajo, Elvin Jones a la batería y Steve Davis al bajo. Los mismos que participarían en este disco en el que Coltrane devolvió al saxo soprano a la primera línea, con uno de sus mayores éxitos comerciales. Mucha culpa de ello la tuvo su versión del ‘My favorite things’ de ‘Sonrisas y lágrimas’, una canción a la que quitó todo el almíbar para convertirla en uno de los grandes clásicos de su carrera. El resto del disco también se basa en estándares pop como 'Ev'ry Time We Say Goodbye' de Cole Porter, en la que también toca el soprano y 'Summertime' y 'But not for me' de los Gershwin, en las que vuelve a demostrar que su clase con el saxo tenor.



Africa/Brass sessions (1961)

Una especie de ‘My favorite things’ en Big Band, con Trane nuevamente en el saxo soprano en ‘Greensleeves’ y una instrumentación de lo más variada, con fiscornio o ese clarinete bajo tocado por un Eric Dolphy que, junto a McCoy Tyner, se hace cargo de los arreglos. Fue el primer disco de Coltrane para Impulse después de que le compañía le ofreciera el mejor contrato desde el fichaje de Miles Davis por Columbia. Su enfoque modal queda expuesto con poquísimos cambios de acordes, tanto es así que Steve Reich dijo que se trataba de “media hora de música jazz en Fa”.



Coltrane "Live" at the Village Vanguard (1962)

Otro disco fundamental, como buen músico de jazz, el sitio en el que mejor se expresaba Coltrane era el directo. En este grabado en uno de los clubes más míticos de Nueva York en noviembre de 1961 se puede disfrutar del saxofonista en un magnífico estado de forma, además de a un Eric Dolphy especialmente inspirado. Para colmo la cara B, con la interpretación de 'Chasin' the Trane' supone la primera grabación del cuarteto clásico, con Trane, Tyner, Jones y Jimmy Garrison al bajo. Lo mejor es hacerse con la versión completa en la que aparecen la misteriosa 'India', la canción que serviría de inspiración a los Byrds para componer 'Eight miles High' e 'Impressions' que luego aparecerían en el disco del mismo nombre.



Duke Ellington and John Coltrane (1963)

El hecho de que el mejor compositor de la historia del jazz y uno de sus dos o tres mejores intérpetes se juntaran para un disco ya debría garantizar su presencia aquí, pero es que, además, la interpretación del 'In a sentimental mood' del primero es la definitiva y eso es mucho decir. Coltrane vuelve a demostar que es un exquisito baladista, como hiciera en otros discos de esta época también notables como 'Ballads' o, sobre todo, 'John Coltrane & Johnny Hartman' (la única vez que grabó con un cantante). Puede que el resto del disco no esté a la altura de su comienzo pero pocos discos de jazz lo están. El hecho de que se grabara en un día sin apenas ensayos da una idea de la espontaneidad con la que transcurrió todo.



Coltrane’s sound (1964)

Publicado en 1964, aunque grabado en 1960 durante las sesiones de 'My favorite things', 'Coltrane's sound' se puede ver como una jugada de mercadotecnia de Atlantic, su ex compañía, ahora que Coltrane era el faro de la música jazz, pero estas sesiones son puro oro por sí mismas, con dos terceras partes de su cuarteto clásico, McCoy Tyner y Elvin Jones, Coltrane está en encendido como se puede apreciar en sus versiones de 'The Night Has a Thousand Eyes' o 'Body and soul', aunque la mejor pieza del disco sea la propia 'Equinox', una canción a la altura de sus grandes clásicos como 'Naima' o 'Lonnie's Lament'.



Crescent (1964)

El lado melancólico que precede a la explosión de espiritualidad de ‘A love supreme’. ‘Crescent’ es uno de los discos fundamentales en la carrera del saxofonista, con las cinco piezas llevando su firma en la composición y demostrando la telepatía del cuarteto clásico. Es el disco más melancólico de su carrera y uno de los más bonitos. La canción titular, ‘Bessie’s blues’ y ‘Lonnie’s lament’ se encuentran entre sus mejores composiciones.



A Love Supreme (1965)

Los dos discos que suelen servir de entrada al fascinante mundo del jazz son 'Kind of blue' de Miles Davis y 'A love supreme' de John Coltrane. Si la obra maestra de Davis, en la que también participa Coltrane, es la perfección hecha disco y resulta mucho más accesible, la obra cumbre de Coltrane está llena de aristas, resultado de un hombre que intenta ir un paso más allá de la perfección. Se puede considerar este disco como el que mejor resume una carrera que siempre intentó llevar al límite las posibilidades de su instrumento. En 'A love supreme' encontramos a un Coltrane que mezcla el hard bop de sus inicios en el quinteto de Davis con el jazz modal y el free jazz que abrazó en su carrera en solitario. Junto a él están los otros tres miembros de su cuarteto clásico, Jimmy Garrison al bajo, Elvin Jones a la batería y el otro gran protagonista del disco, el pianista McCoy Tyner. Juntos grabaron uno de los discos más intensos y espirituales que haya dado cualquier tipo de música. Coltrane se liberó de todas las restricciones y llevó al jazz a cotas inimaginables de emoción con esta grabación. Una vez Miles Davis le dijo "Coltrane no puedes tocar todo a la vez" pero con esta grabación su antiguo alumno le llevó la contraria. El instrumentista más dotado de la historia supo llevar la libertad que trajo consigo Ornette Coleman a los lugares más sagrados y es que las cuatro partes que componen 'A love supreme', comenzando con 'Acknowledgement' no son música, son religión.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios