Por tanto no estamos hablando de una pastilla, sino de un
pequeño dispositivo electrónico, con unas dimensiones de 20x20x7 mm, que se
sitúa bajo el brazo, una nalga o el abdomen. Este dispositivo libera una
hormona que se encuentra en las píldoras anticonceptivas, levonorgestrel,
diariamente.
Se calcula que puede tener una duración de unos 16 años de
dosis para poder proporcionar el control anticonceptivo que necesita la mujer,
pero lo principal de este dispositivo no es su duración, sino que le da el
control a las mujeres de la cantidad que se quieren suministrar.
El chip abastece las dosis de hormonas a través de una señal que se envía al cuerpo, pero sucede lo mismo a la inversa, es decir, si una mujer desea concebir, la misma señal provoca que se detenga. Por tanto cada mujer puede intervenir en el proceso, decidiendo cuando desea recibir las dosis y cuando desea pararlas para concebir un niño.
No será hasta el próximo 2015 cuando se iniciarán las pruebas clínicas, aunque si todo va bien, en el 2018 ya podrían estar a la venta. Durante esos años intermedios, los responsables de su desarrollo deberán realizar determinadas pruebas para saber cómo afecta a las voluntarias. Además conviene tener en cuenta que aunque fuese efectiva, las píldoras siempre causan alteraciones hormonales que afectan de diferentes formas a las mujeres.
Su punto negativo es que no tiene ninguna influencia sobre la transmisión del VIH u otras enfermedades venéreas, al igual que las píldoras comunes.
El chip abastece las dosis de hormonas a través de una señal que se envía al cuerpo, pero sucede lo mismo a la inversa, es decir, si una mujer desea concebir, la misma señal provoca que se detenga. Por tanto cada mujer puede intervenir en el proceso, decidiendo cuando desea recibir las dosis y cuando desea pararlas para concebir un niño.
No será hasta el próximo 2015 cuando se iniciarán las pruebas clínicas, aunque si todo va bien, en el 2018 ya podrían estar a la venta. Durante esos años intermedios, los responsables de su desarrollo deberán realizar determinadas pruebas para saber cómo afecta a las voluntarias. Además conviene tener en cuenta que aunque fuese efectiva, las píldoras siempre causan alteraciones hormonales que afectan de diferentes formas a las mujeres.
Su punto negativo es que no tiene ninguna influencia sobre la transmisión del VIH u otras enfermedades venéreas, al igual que las píldoras comunes.