Los mercados se enfrentan de nuevo a una semana cargada de citas muy significativas y con un nuevo factor de incertidumbre a sumar a los ya existentes: las manifestaciones ayer a favor de la democracia en Hong Kong, en uno de los mayores desafíos políticos para Pekín desde la represión de la plaza de Tiananmen hace 25 años. En este contexto, que impone una mayor cautela en la toma de posiciones de riesgo, quizá la cita más importante sea nuevamente con el presidente del BCE. Este jueves se reúne el Consejo de Gobierno en Nápoles. En este encuentro se espera que Draghi detalle las nuevas medidas de política monetaria no convencional que anunció el pasado septiembre. En particular, se espera que concrete el programa de compra de titulizaciones de activos (ABS): qué volumen de compras pondrá en marcha y qué tipo de activos formarán parte de este programa. Según una reciente encuesta entre operadores del mercado monetario europeo, el BCE podría comprar unos 200.000 millones de euros en activos de deuda privada en un año, lo que supone un fuerte descenso frente a los 300.000 millones de euros que preveía un sondeo anterior realizado a comienzos de mes. Por lo demás, en cuanto a tipos de interés, no cabe esperar nada nuevo, ya no hay margen para actuar, y previsiblemente reiterará la necesidad de reformas estructurales. Al día siguiente, el viernes, la cita se traslada a Estados Unidos con la publicación del informe del empleo del mes de septiembre. Se espera que la tasa de paro se mantenga en el 6,1% y se creen 225.000 nuevos empleos no agrícolas.
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