Más allá del Reggae

Si nos hablan de semillas autoflorecientes de marihuana muchos pensaremos en Jamaica, otros tantos en la última stoned movie y una minoría, quizás los más informados o comprometidos, en la revolución legislativa que está sacudiendo medio mundo y en los descubrimientos médicos que están arrojando luz en dolencias que parecían no tener remedio. Ya que hemos nombrado Jamaica, detengámonos en este país, paradigmático por el estereotipo que le define (y del que se han lucrado muchos) gracias a su relación con la marihuana. Recientemente (en febrero de este año) el gobierno de este país estipuló que no sería delito consumir marihuana en pequeñas cantidades ni portar un máximo de dos onzas (56 gramos) de ganja (marihuana), aunque existiría una sanción administrativa por posesión.

Por otro lado, y esta salvedad es muy importante, los pertenecientes al culto rastafari podrán contar con una licencia, al igual que los que aleguen un uso medicinal de esta sustancia.

La cuestión es que, una vez regularizado el uso y disfrute de la marihuana, se abre todo un mundo de posibilidades de negocio, y no sólo en el ámbito privado. El ministerio de industria de Jamaica ha propuesto gravar esta sustancia con cuatro impuestos en las cuatro etapas que marcarían su llegada a los habitantes: producción, cultivo, empaquetado y distribución. En palabras de Anthony Hylton, ministro de industria: Como sucede con cualquier otro producto alimenticio, nutricional o farmacéutico, los nuevos productos de cannabis que se creen tendrán que cumplir con requisitos específicos relacionados a la salud, la seguridad y el medio ambiente, así como también los estándares de calidad de producto, etiqueta y empaque".

Son grandes cambios para la población, más allá de los consumidores de marihuana, en la medida en que las arcas públicas podrían beneficiarse de ello.