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Obra de teatro 'Contra la democracia'
Obra de teatro 'Contra la democracia'

‘Contra la democracia’: Uso, abuso y límites de la democracia

domingo 24 de septiembre de 2017, 14:02h

Si buscaba el debate, acertó de lleno en la diana. Si lo que quería era agitar al espectador en su cómoda posición de voyeur, más aún. Hablamos de ‘Contra la democracia’, un texto extraordinario de Esteve Soler escrito en 2010 que, a través del Grand Guignol (ese género teatral de origen francés que, mediante montajes de corta duración, denunciaba la monstruosidad de un tiempo histórico, el de finales del XIX y principios del XX), reflexiona ahora sobre lo que estamos viviendo en nuestros días, la falta de representación política y el uso interesado, de unos y de otros, del término democracia.

La Sala Galileo de Madrid acoge ahora esta propuesta -para nosotros imprescindible-, ‘Contra la democracia’, en montaje de la compañía Teatro del Noctámbulo, sabiamente dirigido por Antonio Castro Guijosa y con una magnífica interpretación de Memé Tabares, José Vicente Moirón, Gabriel Moreno, y la joven Marina Recio.

El texto, que fue escrito originariamente en catalán, y que ha sido adaptado por 100 directores de todo el mundo y traducido a 17 idiomas, no ha llegado a nosotros hasta ahora en castellano y, desde luego, no ha podido hacerlo en mejor momento, tal y como está el panorama patrio, especialmente ese rincón del noreste ibérico que vio nacer a Esteve Soler, donde los políticos gobernantes dan muestra diaria de como eludir las leyes, tergiversar la realidad, hacer uso permanente de un cinismo de academia, presentar adulteraciones de la historia y, en consecuencia, fracturar la convivencia social…

¿Dónde ha quedado nuestro compromiso como ciudadanos?, ¿estamos dispuestos a comulgar con ruedas de molino?, ¿hasta dónde llega nuestro quietismo, nuestro embobamiento, frente a todo lo que está ocurriendo delante de nuestras narices? Estas y muchas otras preguntas surgen ante el espectador que, indudablemente, necesita plantearse qué hacer después de ver los siete actos en los que está dividido el montaje, que presentan situaciones sociales extremas, en forma de sátira y de esperpento que, sin embargo -como pasa en el teatro de Valle-Inclán-, están llenos de vida, son retazos de una realidad que permitimos que nos devore día a día.

En medio de una escenografía claramente expresionista (un par de árboles desnudos, una red, y colores oscuros tanto en la indumentaria de los actores como en el ambiente general…), se suceden las siete situaciones que marcan otros tantos actos, entre surrealistas y absurdas que presenta Soler en ‘Contra la democracia’ que, sin embargo, nos remiten lacerantemente a nuestra propia realidad.

En el primer acto dos insectos -humanizados, claro está-, mantienen una conversación absurda, atrapados en las redes de una araña. “El futuro será mejor”, aseguran, pero acaban devorados por su propio hijo. El segundo acto centra la acción en torno a la figura de un político corrupto (“La ciudad es nuestra…”), empeñado en modelar ciudadanos que nunca se quejen por nada. Todo discurre sobre ruedas hasta que aparece ante él su expareja, la prueba del nueve, de que una cosa es predicar y otra bien distinta dar trigo. El siguiente cuadro presenta a dos individuos en medio de una guerra, con tirachinas, en torno al neocapitalismo que nos rodea, la especulación, el dinero…

La pieza va in crescendo y el surrealismo alcanza el zénit cuando un extraño llama al timbre de una puerta, en plena madrugada, abrumado porque no recuerda qué número va después del 6. Los inquilinos no pueden ayudarle porque también lo han olvidado. Y el surrealismo se mezcla con la perplejidad en la siguiente escena cuando los padres de un joven de 18 años lo despiertan para hablarle de que ha sido fruto de un coitus interruptus, y que los malos tiempos que atraviesa la familia, va a obligarles a hacer una especie de ERE (“hemos decidido reducir personal”).

Por último, las dos escenas finales elevan la tensión dramática hasta el extremo. En la primera de ellas, una mujer enfundada en un burka (soberbia Memé Tabares), narra cómo ha asesinado a su marido al mismo tiempo que exige ser respetada por su identidad y su vestimenta. Y, finalmente, política y religión se dan la mano en un bar de copas. Allí se dan cita el rey Leopoldo de Bélgica y el exvicepresidente estadounidense Dick Cheney, que esperan a Gregorio VII. Los colonialistas europeo y norteamericano presumen de sus barbaridades con las poblaciones invadidas, con las que no se andan con chiquitas para dominarlas y acallarlas con todo tipo de vejaciones que, si es preciso, pueden llegar hasta la muerte.

Estupendo este montaje, tanto por su factura y su interpretación, como por un texto muy bien construido que pone delante de nosotros realidades que no vemos, probablemente porque no queremos ver. Imprescindible para amantes y detractores del teatro y de la res pública.



‘Contra la democracia’

Texto y traducción: Esteve Soler

Dirección: Antonio Castro Guijosa

Intérpretes: José Vicente Moirón, Memé Tabares, Gabriel Moreno y Marina Recio

Escenografía: Mónica Teijeiro

Vestuario: Rafael Garrigós

Iluminación: Daniel Checa

Selección musical: Antonio Castro Guijosa

Maquillaje: Pepa Casado

Fotografía: Vicente S. Román

Realización video: Antonio Gil Aparicio Emblema Films y Zagal Producciones

Diseño gráfico y cartel: Diego Pérez Aragüete

Traductora de árabe: Souad Sani Hdidi

Dirección de producción: José V. Moirón / Gabriel Moreno

Producción: Teatro del Noctámbulo

Distribución: Mara Bonilla

Teatro Galileo, Madrid1

Hasta el 8 de octubre de 2017

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