Cualquier montaje que salga de la mano de Jesús Torres (Puños de harina, La historia interminable.) es, por definición, al menos interesante. 'El monstruo de White Roses', te aseguro que va mucho más allá del interés básico por el hecho teatral de un thriller psicológico, impregnado además por aspectos sociológicos, antropológicos y de utilización espúrea de los medios de comunicación, más interesados por ganar cuota de mercado que por perseguir la verdad sobre un acontecimiento.
La Mirador ha tenido sólo por unos días sobre el escenario 'El monstruo de White Roses', montaje escrito y dirigido por Jesús Torres y con dos extraordinarios actores dando vida a Harry Coleman, Víctor Palmero, y a Emily, Lucía Díez. A Harry muy pronto las televisiones de la época comienzan a llamarle con el apodo de El Monstruo de White Roses. La historia que habían fabricado sobre él era una horma perfecta para el sensacionalismo, la manipulación de la opinión pública y la ración diaria de carnaza que, al parecer, exige el ciudadano de nuestros días.
La fábula se sitúa en Estados Unidos, Ohio, barrio de White Roses. A principios de los 90 del siglo pasado, un ciudadano escucha unos gritos de socorro provenientes de un almacén de zapatería. Las desgarradoras voces son de Emily, una chica secuestrada desde hacía más de un año sobre la que habían circulado todo tipo de historias truculentas (prostituta, depravada, solitaria.) que, desde luego, nada tenían que ver con la dura experiencia que el secuestro había provocado en la joven. La propuesta teatral, que parece a mitad de camino entre lo real y la ficción es, sin embargo, totalmente ficcionada. Trenza un oscuro montaje en el que se diseccionan las retorcidas relaciones entre Emily y Harry -secuestrada y secuestrador-, durante esos largos meses de cautiverio.
El montaje es turbador, inquietante, de esos que mantiene al espectador hipnotizado por cuanto contempla sobre el escenario. Un escenario con un sillón funcional en el centro, delante de una gran pantalla sobre la que se proyectan teóricamente imágenes entresacadas de las televisiones de la época (también falsa apariencia porque las imágenes se han grabado expresamente para el montaje.), con música popular norteamericana de fondo. A la izquierda, un sucio colchón en primer término donde Emily permanece atada con cadenas, un sinfín de cajas de zapatos almacenadas verticalmente, algunas estanterías sobre las que Harry ha puesto un viejo televisor desde donde Emily escucha las barbaridades que se construyen sobre su pasado, sin más fundamento que las elucubraciones de algunas personas de su entorno más o menos cercano. El espectáculo televisivo está servido: horas y horas dando vueltas a suposiciones, a teóricos análisis sobre unos hechos que, en realidad, no conocen más que la joven y su secuestrador.
Harry es un tipo despreciable al que Víctor Palmero construye con una fuerza tremenda. Contrasta con la dulzura de Emily que, poco a poco, va tornándose en mujer decidida a poner fin a esa tremenda situación. Sensacional también la interpretación de Lucía Díez.
Hora y cuarto en donde no sobra ni un solo segundo de función, Y en donde el espectador debe situar en su justo punto los hechos que mueven a un joven a secuestrar a otra joven, los tortuosos mecanismos psicológicos que circulan por la cabeza del secuestrador para justificar de algún modo ante sí mismo su actitud, y la manipulación de los medios para satisfacer el morbo de los telespectadores.
Me encanta toparme de vez en cuando con jóvenes artistas como Jesús Torres, con la cabeza tan bien amueblada, desinhibido, valiente, la sensibilidad siempre a flor de piel y una capacidad extraordinaria para dibujar personajes, situaciones, palabras y espacios de la mejor forma posible ¡Muy recomendable!
Ficha técnica de la obra teatral 'El monstruo de White Roses'
Dramaturgia y dirección: Jesús Torres
Reparto: Víctor Palmero y Lucía Díez
Diseño de iluminación: Jesús Díaz Cortés
Diseño de escenografía: Carlos Brayda y Juanjo González Ferrero
Diseño de vestuario: Juanjo González Ferrero
Videoescena: Antonio Villar
Fotografías: Moisés F. Acosta
Diseño gráfico: Enblanco
Producción: El Aedo Teatro
La Mirador, Madrid
30 de abril de 2023
Si (
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