Crítica de la obra de teatro 'Estudios elementales': los límites del cuerpo y del alma

Música y danza. Luz Prado y Jesús Rubio Gamo frente a frente en la Sala Mirador con ‘Estudios elementales’, el montaje con el que cierro este 41º Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid que, en conjunto, me parece que presenta un estupendo balance artístico.

Rubio Gamo y Prado son dos magníficos intérpretes. El primero, Jesús, es la armonía andante que posee un dominio absoluto de cada uno de sus músculos, cartílagos y huesos de su cuerpo y, sobre todo, de su cerebro. La segunda, Luz, maneja el arco y las cuerdas con la destreza de una músico más que privilegiada para quien el instrumento no tiene ya secreto alguno y lo toca con auténtico primor. Los dos actúan, crean, improvisan o ejecutan lo ensayado ya docenas de veces, pero, además -y esta es la novedad de su propuesta artística-, son capaces de verbalizar uno a uno cada secreto de cada movimiento o cada nota que suena en el escenario. Analizan al tiempo que tocan o bailan. Y, sin embargo, no rompen la armonía, el encanto de mover sincronizada mente cada músculo (grande o pequeño), cada articulación, cada roce del arco, en una u otra forma, sobre cada cuerda, y el papel de los brazos y los dedos del músico en cada nota alargada o cortada bruscamente para preparar la siguiente….

Hermoso diálogo escénico entre el bailarín y la violinista, dueños absolutos del escenario y de la atención del público que, a pesar de estos ya evidentes rigores del postrer otoño y las toses derivadas de los resfriados, no se pierde ni un instante de las ejecuciones de cada uno de los dos magníficos artistas. Principios técnicos, amalgama de cuerpo y sonido, entrelazados por momentos con explicaciones verbales que quieren quitar importancia a sus complejísimos y sobresalientes intervenciones, capaces al tiempo de abstraer o de conmover.

Un diálogo en el que han colaborado con extrema sensibilidad la luz de Carlos Marqueríe, el espacio sonoro de Alberto Ruiz, el acompañamiento artístico de Elena Córdoba y el asesoramiento escénico de Pablo Messiez.

En palabras de la magnífica violinista, durante casi hora y media se muestra ante el público cómo dejarse llevar, cómo acompañarse hacia lo desconocido en busca de cierta forma de plenitud de ser. “Lo que somos en términos de lo que fuimos”.

Generosidad inmensa las de Jesús Rubio Gamo y Luz Prado que, probablemente, ganan con esta pieza muchos nuevos adeptos al todavía desconocido mundo de la danza, quizás debido a cierto temor a adentrarse en los códigos que rigen este arte, mucho más complejo aun cuando la música que la rige se interpreta en directo. Pero, al mismo tiempo, con un resultado infinitamente más estremecedor y brillante. Muy interesante.

‘Estudios elementales’

Creación e interpretación: Jesús Rubio Gamo y Luz Prado

Diseño de iluminación: Carlos Marquerie

Espacio sonoro: Alberto Ruiz

Acompañamiento artístico: Elena Córdoba

Asesoría escénica: Pablo Messiez

Coordinación técnica: Cristina Bolívar

Ayudantía de iluminación: Andrés Dwyer

41º Festival de Otoño de Madrid

Sala Mirador, Madrid

24 y 25 de noviembre de 2023