Iván López-Ortega es un joven artista (menos de 30 años), pero más que sobradamente preparado. Dramaturgo, director, actor, escenógrafo, músico, pintor, dibujante y no sé cuántas cosas más, de las que ha ido dejando rastro en teatros como el Español, los Canal o el mismo CDN. Todo lo que emprende lo hace más que bien.
El ejemplo perfecto lo tenemos ahora en El Umbral de Primavera, esa coqueta sala de Lavapiés que acoge durante unas semanas su ‘Taxidermia de una alondra’, una pieza original de verdad, inteligentísimamente trenzada para diluir los límites de la tragedia, de la comedia, de lo vivido y lo imaginado o lo deseado y lo temido dentro y fuera de las tablas. Él mismo dirige también la pieza junto a Sergio Iglesias, porque conviene que una mirada ajena se implique a fondo para ver lo que uno es difícil que acabe viendo en sí mismo. Y con la compañía como intérprete de la genial Macarena Sanz, una actriz que hace bueno cuanto pasa por su cuerpo y por su alma de enorme intérprete.
En escena una pareja frente a frente. Ella, Ana, bebe los vientos por Samuel. Se conocieron en el pueblo al que solía ir a veranear la chica junto a su abuelo, uno de esos pueblos de la España profunda. Ella, con 9 o 10 años, miraba la plaza desde la ventana del balcón de la casa, y él -también niño entonces-, viajaba con sus padres y habían hecho una parada casual en el pueblo para comer algo. Jugaba solo mientras sus padres elegían menú y local, pero por la plaza circulaban muchas personas más… Una de ellas, escopeta en mano, segó la vida de 10 viandantes. Era el hermano de Ana, un secreto que la ahora mujer (han pasado más de 20 años desde entonces), lleva bien guardado porque ser “hermana de…” es un estigma que pesa demasiado. Samuel no lo sabía tampoco y conocerlo ahora supone una sorpresa gigante y perturbadora…
En medio, como única escenografía, una vitrina gigante sobre ruedas que lo mismo exhibe un animal disecado -entre otros, la alondra que da título a la pieza-, que un humano que suplanta a Donald Tromp leyendo sentado sobre la taza del inodoro la prensa del día mientras pergeña nuevas, inesperadas y sorprendentes medidas que volverán a agitar el mapa geopolítico mundial, las cancillerías de todo el globo y los espíritus desprotegidos del común de los ciudadanos…
Pero también, y partiendo de las escenas vividas sobre las tablas, desde fuera, Macarena e Iván reflexionan sobre el morbo humano ante ciertas y cotidianas situaciones, unas veces disfrazado de empatía y otras de insaciable curiosidad, ahí presente para que sea el espectador quien encuentre su lugar dentro y fuera del escenario ante los episodios del día a día vividos de cerca, o sobre los conflictos dramáticos, estos últimos observados, analizados y recreados con la distancia de quién ira a salvo lo que sucede en escena.
Las historias que suceden en la calle son tan reales como las presenciadas sobre un escenario, aunque estas últimas más parece que se trate de historias congeladas, expuestas en una vitrina, como si se tratase de un animal preparado por un taxidermista para ser contemplado, estudiado o disfrutado en un museo. Ambas situaciones permiten ser miradas desde fuera, pero el dolor, la desazón, la molestia, la preocupación son muy distintas. En unas, el hombre y la mujer son protagonistas o, al menos, están mucho más cerca de serlo. En las otras, tienen que limitarse a ser testigos, aunque cercanos, de cuanto sucede sobre el escenario.
En todo caso, ahí está la tragedia (o la comedia también a veces), y las personas se acercan a ellas unas veces con empatía y otras con morbo creciente ante lo que parece inevitable, a ser espectadores de primera fila del desastre o del acontecimiento.
Incluso también puede llegar a fundirse escenario, patio de butacas y el suceso convenientemente relatado desde las páginas virtuales o de papel, desde los micrófonos de la radio o las imágenes de televisión. Es una de las sorpresas del montaje al que los espectadores asisten con el mismo grado de curiosidad que de descreimiento... Al final, ya lo hemos dicho desde el principio, lo que está claro es que esta ‘Taxidermia de una alondra’ no es un espectáculo más porque la originalidad y el riesgo la atraviesan en un puzle lúcidamente medido y trabado. Muy interesante.
Ficha técnica de ‘Taxidermia de una alondra’:
- Texto: Iván López-Ortega
- Dirección: Iván López-Ortega y Sergio Iglesias
- Elenco: Macarena Sanz e Iván López-Ortega
- Escenografía: Iván López-Ortega
- Videoescena y diseño promocional: Margo García
- Fotografías: Olivier Theurillat
- Colaboración especial: Carmen Longo y Nieves Muñoz
- El Umbral de Primavera, Madrid
- Hasta el 12 de diciembre de 2025