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Crítica de la obra de teatro 'Oceanía': el poético, descarnado y hermoso legado vital, estético y ético de Gerardo Vera
(Foto: José Alberto Puertas)

Crítica de la obra de teatro 'Oceanía': el poético, descarnado y hermoso legado vital, estético y ético de Gerardo Vera

domingo 13 de marzo de 2022, 17:52h

Una de las decenas de miles de víctimas que el COVID se ha cobrado en estos dos años de pandemia en nuestro país ha sido la de Gerardo Vera, un hombre que llenó páginas enteras en la historia del cine, del teatro y de la televisión españoles del último medio siglo. Su obra póstuma, que escribió junto a José Luis Collado, ‘Oceanía’ puede -¡y debe!- verse durante estos días en la Sala Max Aub de las Naves del Español en Matadero. Dirigida por José Luis Arellano e interpretada por Carlos Hipólito, que reencarna de forma magistral y admirable la figura de Vera sobre el escenario. Todos son los artífices de este sencillo, profundo y entrañable canto al amor, a la amistad, al saber, a la pasión, a la familia, a la libertad y a la vida.

Quiero citar a otro maestro -este, de periodistas-, el polaco Ryszard Kapuscinski para expresar con precisión lo mucho que puede llegar a concentrar una propuesta como ‘Oceanía’, en la que Vera, Collado, Arellano e Hipólito han conseguido una vez más que el aserto se materialice: «Dentro de una gota hay un universo entero». En el caso de ‘Oceanía’ es así verdaderamente porque por ella desfilan con humor, con dolor y con verdad no solo la vida del genial artista sino, con ella, también la de toda una época de España, la que va desde los años 50 del siglo pasado hasta prácticamente nuestros días.

Por la propuesta escénica póstuma de Vera desfilan los más significativos momentos de su vida: la más que acomodada infancia de Gerardo, su atormentada relación con su padre, la presencia constante en su vida de su madre, sus tías, su hermana, la fiel sirvienta de la familia, el descubrimiento de su homosexualidad, el primer amor, su pasión por el cine -primero-, y luego del teatro y de la ópera, y con ellas su forma de traspasar una realidad que no le gustaba para construir otras mucho más poéticas y reales sobre escenarios y pantallas…

“Mi infancia transcurre en el seno de una familia acomodada en un pueblo de Castilla. El cura, don Antonio, era el mejor cura que existía en el mundo. Don Tomás era el médico que mejor curaba. El alcalde, don Manuel, era un hombre de principios. Don Claudio, el capitán de la Guardia Civil, era el mejor guardián del orden público… Y el jefe de Falange, don Gerardo, con su uniforme oscuro, sus medallas doradas y sus dos pistolas en el armario…, era mi padre”. Así, con la verdad por delante, sin ambages, solo tamizada por el ya lejano recuerdo de quien evoca una época, la de posguerra, comienza Gerardo Vera a través de Carlos Hipólito a desgranar los episodios esenciales de su vida. Lo hace con una sencillez, con una verdad tan grande e intensa, que me parece que todos los estudiantes de interpretación de todas las escuelas de teatro de España debieran acudir a disfrutar de su interpretación y a tomar buena nota de ella.

Lo digo porque en la interpretación de Carlos Hipólito no aparece ni uno solo de los gestos que ya se han convertido en rituales de casi toda propuesta escénica moderna. Eso de “empujar”, obsesiva e innecesariamente las más de las veces, con gestos del cuerpo, especialmente brazos, cualquier palabra que sale de la boca del actor para imprimir una falsa energía a la acción, brilla hermosamente -y gracias a Dios-, en esta propuesta por su ausencia. Quizás, también por eso, da vida no solo a Gerardo Vera, sino también a su madre, a Francisca, a su hermana y a tantos otros personajes, con leves inflexiones de voz y suaves gestos corporales y mímicos. Y verlo así durante más de hora y media de monólogo, moviéndose a lo largo y ancho del escenario de la Max Aub, es un verdadero placer para los sentidos.

El texto es también sugestivo porque, con palabras directas, sencillas y muchas veces preñadas de un gran sentido del humor, los dos autores conectan con valentía, descarnadamente, con los miedos, las frustraciones y las alegrías de toda una vida del genial artista de escenarios y pantallas cinematográficas y televisivas.

Arellano ha conseguido lo que, probablemente, es lo más difícil de alcanzar para un director de escena, su aparente desaparición de cuanto sucede en ella. Y el equipo artístico al que ha recurrido el director ha impregnado de mayor autenticidad, si cabe, toda la propuesta: la escenografía y vestuario de Alejandro Andújar, la iluminación de Juan Gómez-Cornejo, la vídeoescena de Álvaro Luna (por cierto, rescaten como sea el hermosísimo documental de Luna sobre Vera, El teatro de la vida, porque complementa espléndidamente este montaje), y la composición de música original de Luis Delgado.

‘Oceanía’ es, en fin, uno de esos montajes aparentemente sencillos, sin más pretensiones que poner sobre las tablas un trozo de verdad y de vida pero que, a fuer de modesto se convierte en grandioso, en universal, en imperdible. Evoca, conmueve, deleita, y es un verdadero modelo del teatro bien hecho. Absolutamente imprescindible.

‘Oceanía’

De: Gerardo Vera y José Luis Collado

Dirección: José Luis Arellano

Con: Carlos Hipólito

Diseño espacio escénico y vestuario: Alejandro Andújar

Diseño de iluminación: Juan Gómez-Cornejo (A.A.I.)

Diseño de vídeoescena: Álvaro Luna con la colaboración de Elvira Ruiz Zurita

Composición música original: Luis Delgado

Una coproducción de Teatro Español, Carhip5 S.L., Traspasos Kultur S.L. y COART+E

Naves del Español en Matadero, Madrid

Hasta el 24 de abril de 2022

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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