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Obra 'Donde el bosque se espesa'
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Obra 'Donde el bosque se espesa' (Foto: Javier Naval)

'Donde el bosque se espesa': la verdad duele, pero libera

domingo 06 de mayo de 2018, 17:33h

Laila Ripoll y Mariano Llorente firman uno de esos textos que duelen tanto como se necesitan. Se trata de ‘Donde el bosque se espesa’, en extraordinario montaje dirigido por la misma Laila Ripoll, que puede verse -y, a nuestro juicio, ningún espectador de teatro debiera perderse- en el Teatro Español de Madrid antes del día 13 de mayo. Fieles a su impecable trayectoria de más de 25 años con su propia compañía, Micomicón, Laila y Mariano vuelven a bucear en esos recónditos espacios de la memoria histórica que hacen al hombre avergonzarse de su condición, al tiempo que le abren una vía de salida -la de la verdad, la de llamar a las cosas por su nombre-, como única fórmula de reconciliación consigo mismo, para perseguir por enésima vez a lo largo de la historia, la posibilidad de desprenderse del dudoso honor de ser el animal más cruel que existe sobre la faz de la Tierra.

El montaje estremece, convulsiona y hasta crispa porque rescata a lo largo de más de dos horas, la historia de una familia española que, buceando en su pasado, recorre los horrores que ha vivido la vieja Europa a lo largo del siglo XX. Dos hermanas, Antonia e Isabel, reciben una caja cerrada que su madre les ha dejado en herencia. Después de dudarlo mucho, deciden abrirla y en ella encuentran varios objetos (cartas, fotografías, postales, mapas, medallas…), antiguallas que no parecen tener sentido alguno que vaya más allá de la certificación del dudoso estado mental de su madre en sus últimos años de vida. Con todo, Antonia, acompañada por su hija Ana, deciden emprender una aventura personal y familiar que les llevará a hacer un recorrido físico y emocional que dará un vuelco a sus vidas.

Ana es una jovencita inocente y espabilada al mismo tiempo, y decide ir con su madre, Antonia -ya casi ciega-, en busca de varias personas que alguna vez estuvieron relacionadas con la abuela, el abuelo y el bisabuelo. Zoran, el marido y padre, yugoslavo -hombre comprensivo y bonachón, que fue poeta en su juventud-, asiste perplejo a la iniciativa de la madre y la hija, aunque no se opone frontalmente a su decisión. Las dos mujeres tienen que salir así de su terruca, Santander, en un viaje de investigación familiar que las llevará hasta Banja Luka, en Bosnia, pero pasando por Barcarés, Lourdes, París, Toulouse, Mauthausen, Roma, Sarajevo, Kravica y Jasenovac. Lugares todos que están relacionados con las guerras más crueles y fratricidas que vivió Europa durante todo el siglo pasado: una guerra civil en España, la II Guerra Mundial, y, ya casi a finales de siglo, la sangrienta guerra de los Balcanes.

En escena, nueve formidables actores: Mélida Molina (magnífica en los varios papeles que representa), Arantxa Aranguren, Juanjo Cucalón, Aurora Herrero, Puchi Lagarde, Carolina Herrera (entrañable en el contrapunto inocente y humorístico de Ana), Antonio Sarrió, Carlos Jiménez-Alfaro y Néstor Ballesteros. Todos ellos componen un fresco impresionante, lleno de vida, de fuerza, en donde cabe el horror, el asesinato, las violaciones, los degollamientos, los abusos de todas las guerras que en el mundo han sido, pero también la complicidad, la valentía, la búsqueda de la verdad, y las inevitables consecuencias que siempre trae consigo esta. Y todo ello a través de lúgubres habitaciones de hotel, oscuras tabernas en donde lo mismo suena un pasodoble que un turbofolk serbio, y donde los mostradores y las ropas se manchan de aguardiente, de cerveza o de vino.

La escenografía y la iluminación, que firman Arturo Martín Burgos y Luis Perdiguero, componen distintos espacios íntimos o fantasmagóricos -la casa familiar, la taberna, los puntos de guerra, los hoteles sencillos o siniestros, que trasladan con fuerza al espectador a cuanto se vive en el montaje. La música y el espacio sonoro de Mariano Marín potencian aún más todas esas sensaciones, y los figurines de Almudena Rodríguez Huertas inundan de realismo a los personajes que visten.

El viaje emocional que Laila Ripoll ha conseguido plasmar sobre el escenario es de esos que estremecen, revolucionan las entrañas y dejan al espectador durante varias horas sin poder pensar en otra cosa que en ‘Donde el bosque se espesa’, un montaje de los que hacen Historia, con mayúsculas, y no solo teatral, sino política y social. Una propuesta magnífica, imprescindible. La pena -sucede lo mismo con Ahora todo es noche, de La Zaranda, el montaje que ha precedido a esta propuesta escénica-, es que merecen estar muchos más días en el Español, así es que hay que ir haciéndole ya un hueco para la temporada que viene.

‘Donde el bosque se espesa’

Autores: Laila Ripoll y Mariano Llorente

Dirección: Laila Ripoll

Intérpretes: Mélida Molina, Arantxa Aranguren, Juanjo Cucalón, Aurora Herrero, Puchi Lagarde, Carolina Herrera, Antonio Sarrió, Carlos Jiménez-Alfaro y Néstor Ballesteros

Escenografía: Arturo Martín Burgos

Iluminación: Luis Perdiguero

Vestuario: Almudena Rodríguez Huertas

Música y espacio sonoro: Mariano Marín

Videoescena: Álvaro Luna

Locución videoescena: Pablo Béjar y Carolina Herrera

Fotografía: Javier Naval
Producción ejecutiva: Joseba García y Mariano Llorente
Distribución: Joseba García
Ayudante de dirección: Héctor del Saz

Una Producción de: Micomicón Teatro

Teatro Español, Madrid

Hasta el 13 de mayo de 2018

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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