Crítica de la obra de teatro 'Vania x Vania': el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo

Una vez más resucita sobre un escenario uno de los textos más representados, versionados y adaptados del teatro europeo, Tío Vania de Antón Chéjov. Esta vez a través de un brillante doble ejercicio de dramaturgia firmado por Pablo Remón en 'Vania x Vania', que puede verse en Naves del Español en Matadero hasta principios de abril próximo.

Se trata de 2 versiones distintas, interpretadas por el mismo grupo de excelentes actores que extraen de cada uno de sus personajes un sinfín de matices, de capas, de estados anímicos, de emociones, de razones y sinrazones que hacen de ambos montajes dos verdaderas delicias. El grupo de actores está encabezado por Javier Cámara (Vania), y junto a él Juan Codina (Alexander), Israel Elejalde (Astrov), Marta Nieto (Elena), Manuela Paso (Marina) y Marina Salas (Sonia). Todos ellos tienen el suficiente peso y entidad como para poder afirmar sin género de dudas que son protagonistas en idéntica medida del montaje.

Antes de avanzar en el comentario no quiero que se me pase subrayar que ambas versiones pueden verse el mismo día y de una sola vez, o en días distintos y en el orden que prefiera el espectador. Yo lo hice el mismo día y creo que habría disfrutado aún más si lo hubiese hecho en días distintos. El orden de asistencia sí que es indiferente porque la fábula, obviamente, es la misma, aunque las circunstancias en las que se desarrolla cambian radicalmente como vamos a explicar a continuación.

La primera versión gira más en torno a la palabra, y exige del actor más matices, más concentración y apoyo en el resto de compañeros. Todo se desarrolla en un escenario vacío, con seis sillas verdes que los mismos actores adelantan o retrasan en función de que tengan o no papel en cada escena. Aquí quien brilla con absoluto poder es el actor, a través de la palabra, los gestos, el movimiento corporal…Todos están frustrados por una u otra causa: Vania odia a su cuñado Alexander y está enamorado de su esposa, Elena (“bella sirena”, le llama), pero esta no lo corresponde en ninguna medida; Astrov, médico en ejercicio, es una especie de ecologista del XIX, tan preocupado por los bosques y el clima como de sus pacientes, está febrilmente atraído por Elena; Marina, la más joven del grupo, quiere a Astrov, pero no es correspondida y se refugia en el trabajo; Alexander, marido de Elena, es un escritor de medio pelo que vive a costa de su hija Marina y de su cuñado Vania; Elena, esposa de Alexander, atrae indefectiblemente a todos los hombres que circulan a su alrededor y, especialmente a Astrov y a Vania y, por último, Marina, mujer de una humanidad tremenda, práctica y positiva al mismo tiempo, en cuyas manos recae el funcionamiento del día a día en la hacienda campestre situada en la Rusia profunda.

El inspirado espacio escénico de los dos montajes es obra de Monica Boromello, la matizada iluminación de David Picazo, el bonito vestuario de Ana López y el sonido, siempre ajustado, de Sandra Vicente.

La segunda versión de 'Vania x Vania' se desarrolla en paralelo en una finca rusa a finales del XIX —como en la obra original de Chéjov— y en una finca manchega enclavada en el Toledo de nuestros días, que Monica Boromello ha fundido en una sola escenografía (mitad izquierda, la finca rusa, y mitad derecha el blanco caserón manchego). A pesar de que unas partes de la fábula se desarrollan en un espacio y una época distintos de las otras, el espectador funde sin gran esfuerzo la trama de la misma.

En una y otra versiones los personajes están inundados de aburrimiento, de tedio, de frustraciones, de sinsabores, de melancolía, de amores imposibles o no correspondidos y, como consecuencia de todo eso, el alcohol fluye con abundancia como única fórmula de plantar cara a la adversidad. Y, al final, como no podía ser de otra manera, las aguas vuelven a su cauce y la hacienda queda habitada únicamente por los tres inquilinos que la sostienen, tío Vania, Sonia y el ama de llaves, Marina, "el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo", como ella mismo sentencia.

La propuesta es imperdible. A la lección de interpretación que brindan al público los seis personajes durante hora y cuarenta minutos en cada una de las versiones, hay que sumar también el magnífico ejercicio de dirección de escena y de reescritura de Pablo Remón que sigue pareciéndome uno de los dramaturgos que mejor manejan los diálogos.

Ficha técnica de la obra 'Vania x Vania'

A partir de Tío Vania, de Antón Chéjov

Texto y dirección: Pablo Remón

Reparto: Javier Cámara, Juan Codina, Israel Elejalde, Marta Nieto, Manuela Paso y Marina Salas

Diseño de espacio escénico: Monica Boromello

Ayudante de espacio escénico: María Abad

Diseño de iluminación: David Picazo

Diseño de vestuario: Ana López

Diseño de sonido: Sandra Vicente

Ayudante de sonido: Kevin Dornan

Producción ejecutiva (Teatro Kamikaze): Pablo Ramos Escola

Dirección de producción (Teatro Kamikaze): Jordi Buxó y Aitor Tejada

Ayudante de dirección: Raquel Alarcón

Asistente de dirección: Laura Garmo

Una coproducción de Teatro Español y Teatro Kamikaze

Naves del Español en Matadero, Madrid

Hasta el 7 de abril de 2024